Valladolid

Los trabajos de asfaltado en la VA-20 obligarán a imponer desvíos de tráfico hasta el 1 de septiembre

Son 10,3 kilómetros en total. El primer tramo afectado será el que conecta la glorieta de la avenida de Burgos (bajo la N-620, prolongación de la avenida de Burgos) con la A-62 en sentido salida de la ciudad. Una conexión que se encuentra en pésimo estado, muy bacheada, y que será la primera en pasar por el fresado y asfaltado. Los trabajos durarán cuatro días, según las previsiones del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible. Desde las 9 de la mañana del lunes y hasta finales de semana los conductores tendrán que utilizar desvíos para acceder a la A-62 desde la glorieta. Los que vayan a salir en dirección a Burgos-Palencia tendrán que acceder a la N-620a, paralela al Canal de Castilla, e incorporarse 3 kilómetros más al norte a la autovía. Es la salida hacia el Polígono Fuente Berrocal.

Al mismo tiempo, quienes deseen enganchar con la A-62 en sentido Salamanca tendrán que hacerlo por la avenida de Burgos para posteriormente subir por la avenida de Gijón hasta pasado el hotel Conde Ansúrez.

Será la primera afección importante al tráfico, pero no la última. Al día siguiente comenzarán las siguientes fases de asfaltado de los dos carriles y también del carril bici de nuevo cuño, obras que no impedirán que prosigan otros trabajos paralelos. Por ejemplo, la aportación de «tierra vegetal» para las nuevas zonas ajardinadas entre ambas calzadas, operación que se estaba llevando a cabo este jueves por la tarde, sin ir más lejos, en las inmediaciones del cementerio del Carmen. Algunos de los pasos peatonales entre ambos márgenes ya se han acondicionado, incluso con el tramo correspondiente de carril bici y el pavimento táctil para invidentes.

El día 22 de julio comenzará la segunda fase de asfaltado. Una segunda fase que incluirá cortes importantes entre los diferentes puntos, rotondas e intersecciones, que jalonan los 10,3 kilómetros de trazado. Que son unos cuantos. Desde la glorieta de la avenida de Burgos se llega a la de Michelin, posteriormente el cruce hacia Santovenia, luego Cementerio, Renedo, calle Villabáñez, avenida de Soria, calle Dulzaina, avenida de Segovia y, desde ahí, la prolongación hacia el sur hasta conectar con la glorieta de la VA-30.

Para cada uno de esos tramos entre glorietas se han diseñado unos recorridos alternativos, aunque para tranquilidad de los conductores no se cortará todo a la vez, como es lógico. «Se irán cortando los tramos entre glorietas según avancen los trabajos de fresado de firme, reabriéndose al tráfico a medida que vayan finalizando los trabajos de extendido de aglomerado», explican.

Son conscientes, a pesar de ello, de que «pueden producirse retenciones en los tramos afectados por las obras» en las horas punta del día, por lo que recomiendan estar atentos a las indicaciones de la Policía Local y la Dirección General de Tráfico.

Es un paso más en unas obras que comenzaron a finales del pasado mes de septiembre de 2024 y que tienen un plazo de ejecución de 19 meses. Es decir, que llegado a este punto se encuentran a la mitad del tajo previsto. Aún quedarán por delante nueve meses más para que la humanización de la VA-20 sea una realidad completa. Esto es, hacia la primavera de 2026, aunque puede que en ese caso el reasfaltado de la otra calzada tenga que esperar un poco hasta la llegada del buen tiempo.

La obra, que tiene el respaldo de fondos europeos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, cuenta con un presupuesto de 12,75 millones de euros. El anterior equipo de Gobierno municipal, con PSOE y VTLP al frente, presentó el proyecto en concurrencia competitiva, consiguió el visto bueno y ahora, con Óscar Puente en el Ministerio de Transportes, sigue de cerca el desarrollo de unos trabajos que van a cambiar por completo el paisaje de la ronda interior vallisoletana. Lo que era una doble calzada separada por bloques de hormigón y sin prácticamente paso viable para peatones y ciclistas, con las márgenes repletas de hierbajos y matojos, se convertirá en una prolongación de la avenida de Zamora, ajardinada, con aceras, carril bici y medianas verdes.

Y es que como parte de las obras de humanización se aprobó un plan de arbolado que se desarrollará en otoño e invierno y que incluye la colocación de arbustos, árboles y plantas ornamentales en los márgenes, medianas y ocho rotondas. Costará casi 800.000 euros para plantar 41.961 unidades de árboles y arbustos en una superficie liberada de 31,20 hectáreas.

Una de las consecuencias que tendrá esta obra de «humanización» de la VA-20 será que la ronda interior este pasará a ser una calle de gestión municipal. Y eso conllevará, además, que lo que ahora es una carretera limitada a 80 kilómetros por hora pase a convertirse en una travesía con una velocidad máxima de 50 kilómetros por hora, tal y como ocurre en la avenida de Zamora. Los dos carriles por sentido, además, se verán estrechados respecto a lo que ocupan ahora mismo. Y las partes más conflictivas de la obra se verán en los pasos elevados sobre las vías o sobre el río, donde la plataforma disponible es más limitada.