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Manto blanco de pelusas sobre el Canal de Castilla en Medina de Rioseco en 2016. El Norte

Las lluvias dan un respiro a los alérgicos

Con la llegada de la primavera, las calles se llenan de pelusas que transportan polen y causan molestias

Cristina González fERNÁNDEZ

Miércoles, 30 de mayo 2018, 07:57

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Los mantos blancos que se forman en las orillas de los ríos durante la primavera están formados por pelusas que durante esta época sobrevuelan en el ambiente. Son incómodas para los viandantes porque se meten en la boca o por la nariz y molestan en los ojos pero su problemática no pasa de ahí, este volador no puede producir ninguna alergia y si se ingiere sin querer no causa ningún problema a la salud.

Vilanos es el nombre que comunmente reciben estos voladores cuyo origen está en los chopos que en su mayoría crecen en las orillas de los ríos. «La pelusa es la semilla del chopo que vuela para reproducirse», explica Jesús Alberto del Río López, ingeniero técnico de la Asociación Forestal de Valladolid (Asfova).

José María Rodríguez del Servicio Municipal de Parques y Jardines ha explicado que en Valladolid una de las zonas en la que más chopos hay es en la Avenida de Gijón a la altura del Canal de Castilla. Otra zona en la que predomina la plantación de este árbol es en el Jardín Botánico de La Victoria. El peligro de estas pelusas recae en que son inflamables y prenden facilmente. «Este año no se ha registrado ningún incendio de vilanos pero en otras ocasiones suelen suceder por colillas que caen encima de las pelusas y prenden» comenta .

Según José María Rodríguez esta primavera la mayoría de los chopos ya han soltado sus semillas y con las tormentas no se han notado mucho en el ambiente. «Aún faltan algunos chopos por reproducirse así que dependiendo del tiempo que llegue los próximos días la aparición de vilanos será mayor o menor»

El viento es el que causa toda la problemática de las alergias porque se encarga de dispersar en el ambiente las partículas de polen. En el caso de Valladolid como explica Alicia Armentia, jefa de la Unidad de Alergología del Hospital Río Hortega, «cada cierto tiempo recibimos ráfagas de aire del Sáhara. Este aire contiene micropartículas de PM10 que son malas para los asmáticos y personas que sufren problemas de corazón.» Pero hay que tener clara una diferencia importante, las pelusas de los chopos no dan alergia. Cuando pueden producir alergia es al mezclarse con partículas del aire contaminadas. En ese caso las personas alérgicas lo notarán. La pelusa es un volador que actúa como un conductor «la pelusa es la parte visible», y se la culpa de ser mala cuando realmente sola no causa ningún problema.

Si nos cruzamos con estos voladores y sentimos conjuntivitis o presión en el pecho es posible que estemos ante una posible alergia, en ese caso para salir de dudas lo mejor es ir al médico para que detecte si hay enfermedad o no. Si es una alergia problemática se destina al paciente a la unidad de alergología del Hospital Río Hortega que cuenta con diferentes máquinas que concretan más el tipo de reacción que se tiene. La técnica de análisis molecular es el estudio más claro porque identifica todas las sustancias a las que es alérgica la persona analizada, expone la doctora Armentia que en estos casos recomienda quedarse en casa en las horas en las que hay más vilanos por el aire y salir después de las tormentas que es cuando más calmado está el ambiente.

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