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Es la máxima condena de privación de libertad en España y esa se instauró hace casi diez años en el país, en 2015. Es la prisión permanente revisable. Desde entonces, en Valladolid, hasta este 24 de enero de 2025, solo existía un fallo de tal ... calibre y fue el que recayó sobre Roberto Hernández, condenado por asesinar a principios de agosto de 2017 a la niña Sara de 4 años. Contó con la implicación de la madre de la menor, Davinia Muñoz, si bien su colaboración con la Policía redujo su pena hasta los 28 años de cárcel.
Siete años y medio después de ese crimen que conmocionó a toda la ciudad, este viernes, la Audiencia de Valladolid ha vuelto a repetir fallo con David Maroto como protagonista por asesinar a su pareja sentimental, Paloma Pinedo (25 años de cárcel) y a la hija de esta, India, de ocho años (prisión permanente revisable).
El asesinato de las dos menores, tanto de Sara como de India, ha sido el motivo de que hasta el momento ese fallo se dictara en dos ocasiones en la provincia vallisolenta. De hecho, el crimen de India retrotrajo la mirada a los sucedido en la capital el 2 de agosto de 2017, cuando se desencadenaron los hechos en un piso de La Rondilla. Roberto Hernández, exnovio por aquel entonces de la madre de Sara, después de penetrar vaginalmente a la niña, la golpeó de forma tan brutal y salvaje, que quedó inconsciente y falleció en la mañana del día siguiente. Sara murió por el traumatismo craneoencefálico.
Hubo alevosía y ensañamiento, al igual que en el caso de Paloma e India. Roberto buscó asegurar la muerte de la pequeña, indefensa, pero además le ocasionó múltiples heridas innecesarias para matar, que aumentaron deliberadamente y de forma inhumana el dolor de la niña, como las uñas arrancadas en un dedo de cada pie.
En la investigación por asesinato también estuvo la madre de Sara, que fue condenada a 28 años de cárcel, pero se libró de la prisión permanente revisable. Todo ello por no haber protegido a su hija. Se resumió la implicación a a obviar su obligación de garantizar la seguridad de Sara, a desatender todas las voces que le advertían del maltrato que estaba sufriendo su hija menor (parientes, médicos, policías, trabajadores sociales) y mantener la convivencia con el hombre a quien hacía apenas mes y medio que había conocido en un chat. «Davinia, al dejar a Sara al cuidado de Roberto, tras las lesiones que había sufrido los días 23 de junio, 11, 23 y 28 de julio (en la sien), aceptó la posibilidad de que pudiera causarle lesiones de tanta gravedad que le produjeron su muerte, cuando debió adoptar las medidas de precaución necesarias para evitar que ello sucediese», refleja la sentencia emitido por el expresidente de la Audiencia Feliciano Trebolle.
Que el jurado exonerara a la acusada del delito de violación la alejó de la prisión permanente revisable y así lo entendió la fiscal, que reconsideró su petición y decidió solicitar una pena por el asesinato de la niña de 25 años, a los que suma dos años y once meses por los delitos de lesiones y maltrato habitual. Se le aplicaron las circunstancias atenuantes de obcecación y confesión.
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