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Prisión permanente revisable para David Maroto por asesinar a Paloma e IndiaEl veredicto de culpabilidad tras el juicio con jurado popular contra David Maroto por matar en enero de 2023 a su pareja sentimental, Paloma Pinedo, y a la hija de esta, India, de 8 años, lo dejaba bien claro: doble culpable de asesinato. Un ... mes después de la conclusión de las vistas orales, marcadas por la tensión después de que el padre de India se abalanzara sobre el acusado en una de las sesiones, la Audiencia de Valladolid ha condenado al autor de los hechos a prisión permanente revisable por la muerte de la menor y a 25 años de cárcel por acabar con la vida de la que era por aquel entonces su pareja.
El magistrado ha apreciado el agravante de parentesco y de actuar por razones de género en ambos asesinatos, calificados de «brutales» desde el día de los hechos. Asimismo, David Maroto, en concepto de responsabilidad civil, ha sido condenado a pagar 323.000 euros: 113.000 a la madre y abuela de las víctimas, 25.000 a cada una de las dos hermanas de Paloma y 160.000 euros al padre de India.
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Álvaro Muñoz
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Tras iniciar la relación en 2022, David y Paloma se fueron a vivir a la casa de Paloma, en el número 66 del Paseo de Zorrilla, la que a la postre, seis meses después, se convertiría en la escena del crimen. Allí, David Maroto, tras una tarde en la que consumió una cerveza y alguna copa, se presentó en el domicilio de las víctimas, después de que advirtiera de que esa noche iba a ir a un hotel con su hijo. Llamó en varias ocasiones a Paloma hasta que esta le abrió la puerta. Ya en el interior, se desconoce el motivo, David apuñaló hasta la muerte a su pareja. Y la causó sufrimiento después de la testifical de los forenses.
Reflejan los fundamentos de derecho de la sentencia que existe alevosía convencional. «La multiplicidad de heridas en cuello y tórax, no esperadas por la víctima (Paloma), con el empleo de cuchillo, impedía una real defensa», refleja.
Tras asesinar a Paloma, la menor, que se despertó en el transcurso de la agresión a su madre, cogió el teléfono y telefoneó a emergencias. Esa llamada duró siete segundos, si bien India no llegó a hablar con el operador. David le arrebató el teléfono y la asesinó. La primera puñalada, en la cabeza, fue mortal de necesidad. Después propinó otras cuatro.
La descripción de ese acto violento por parte de las médicas derivó en los momentos más tensos del juicio. El padre de India, acompañado de otros dos hombres, agredió al que era por aquel entonces acusado. La vista se suspendió para reanudarse minutos después.
Durante más de una semana de vistas, la autoría de David Maroto ha quedado acreditada. No ha podido dar credibilidad a su línea de defensa después de que declarara que esa tarde, un amigo suyo, le diera fentanilo. Su amigo lo negó y apuntó que tomaron tres copas. Precisamente, estos dos hombres, acompañado de un tercero, se despidieron a las 22:00 horas, dos antes de que David Maroto apareciera en los aledaños de la casa de Paloma. Se desconoce qué hizo el condenado durante esas horas.
Lo que sí que ha quedado acreditado es que David subió a casa sobre las 1:00 horas. Asesinó a las dos mujeres y tiró dos bolsitas de cocaína por la ventana. Después llamó a su hermana (destrozada anímicamente según se vio el primer día de juicio), a la que confesó el crimen en una conversación que duró más de una hora. Fue finalmente el cuñado de Maroto el que avisó a emergencias. Relató al operador lo que había sucedido y se montó un operativo para acceder a la vivienda, al estar cerrada con la llave puesta por dentro.
Finalmente, los Bomberos de Valladolid consiguieron un acceso por una de las ventanas. Entraron los agentes de la Policía Nacional se encontraron una escena durísima (el visionado de las imágenes se hizo a puerta cerrada por lo impactante del caso), con los dos cadáveres y a un David Maroto con heridas superficiales y autoinfligidas.
Durante el traslado al complejo hospitalario, Maroto también confesó el crimen. Lo hizo a una de las enfermeras en una breve conversación que concluyó cuando el condenado dijo «la que he liado».
Tras decretarse su ingreso en prisión, Maroto, tras un cambio de abogado, decidió declarar ante el Juzgado de Violencia Sobre la Mujer. Era la primera vez que declaraba en sede judicial y lo hacía para decir que no se acordaba de nada, porque le habían echado alguna sustancia.
Historia que repitió ante el jurado popular, pero con la apreciación de que esa droga había sido fentanilo. No le dieron credibilidad. Sobre todo porque las sanitarias que le atendieron, acostumbradas a lidiar con gente que consume alcohol y drogas, no apreciaron que estuviera bajo los efectos de alguna sustancia.
De igual forma, lo acreditaron los forenses (ratificado en el veredicto), además de describir a David Maroto con una personalidad límite inestable, narcisista, esquizotípica, obsesivo compulsiva y depresiva. sobre esto, el magistrado recalca que «es preciso recordar que estos perfiles de personalidad son rasgos caracteriológicos del temperamento o de la afectividad, patrones característicos del pensamiento, de los sentimientos y de las relaciones interpersonales, que pueden ser susceptibles de tratamiento (psicoterapia o fármacos), pero ello no quiere decir que la capacidad de entender y querer del sujeto esté disminuida o alterada desde el punto de vista de la responsabilidad penal, pues no han sido considerados por la jurisprudencia como enfermedades mentales que afecten a la capacidad de culpabilidad».
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