La salida del aparcamiento de la Plaza Mayor de Valladolid volverá a la calle Jesús el viernes

Los operarios terminaron ayer las labores de hormigonado de las cuatro zanjas abiertas en torno al Ayuntamiento para determinar los posibles restos arqueológicos existentes en el subsuelo de las tres calles afectadas por la futura construcción de los accesos del aparcamiento de la Plaza Mayor, como son Manzana, Jesús y Molinos, sin que el arqueólogo encargado de supervisar los trabajos haya encontrado «nada suficientemente relevante, en principio, para cambiar el proyecto aprobado para sacar las rampas de la plaza», según apunta el concejal de Urbanismo, Manuel Saravia, quien aclara que el pertinente informe municipal será remitido este mismo mes a la Comisión Territorial de Patrimonio Cultural de la Junta para que sus técnicos determinen si las rampas previstas en las calles Manzana (de entrada) y Molinos (de salida), así como el túnel que discurrirá bajo la calle Jesús (también de salida) pueden ejecutar conforme al plan previsto.

Los trabajos arqueológicos mantienen cortada desde entonces la salida habitual del estacionamiento por la calle Jesús(se ha habilitado un desvío provisional por la propia plaza hacia Pasión), aunque está previsto que los coches puedan volver a circular por ella a partir de este mismo viernes. El Ayuntamiento ha aprovechado el cierre al tráfico para «retirar los adoquines de la calzada que estaban levantados o movidos con el fin de evitar caídas». Dichas labores comenzaron ayer y estarán listas presumiblemente hoy mismo.

Las zanjas en las citadas vías (dos en Jesús, una en Manzana y otra en Molinos) se abrieron el martes de la semana pasada y lo único relevante con lo que se toparon los operarios fueron con los cimientos de la fachada original de la iglesia de Jesús (siglo XVII), que fue mutilada literalmente entre los años 1880 y 1885 para alinearla al resto de los edificios, y con los restos de un pozo mucho más moderno, en este caso ubicado en la esquina de la calle Manzana con el propio Ayuntamiento. Este último, según explica el arqueólogo Jesús Misiego, encargado de las catas, «pudo ser un aliviadero de una red de saneamiento anterior, aunque moderna, que está seccionado por las canalizaciones y que no parece que tenga valor histórico».

El experto tendrá que plasmar ahora sendos hallazgos en el informe definitivo que el Ayuntamiento remitirá antes de agosto a la administración autonómica para que esta decida finalmente si las obras del aparcamiento pueden o no salir adelante conforme a lo previsto. «El objetivo, si todo va bien, y eso esperamos, es que los trabajos comiencen después de las ferias y estén listos en un plazo de seis meses», reiteró ayer con la debida prudencia, a falta del dictamen de Patrimonio, el titular del Área de Urbanismo.

Las zanjas abiertas para inspeccionar el subsuelo, que tenían una superficie de diez y doce metros cuadrados y dos metros y medio de profundidad, fueron rellenadas ayer con hormigón y los cuatro parches presentarán este firme hasta el inicio de las obras, que «afectarán evidentemente a la calzada adoquinada». Y este mismo acabado de hormigón será el que presenten también provisionalmente los cuadros de adoquines retirados para evitar tropezones por parte de los viandantes.

El proyecto para sacar los accesos del aparcamiento, y convertir así la Plaza Mayor en peatonal, como ya ocurrió a finales del año pasado con el corredor entre Ferrari y Pasión, prevé habilitar un túnel con muros pantalla por la calle Jesús para dar salida a los vehículos en una rampa situada a la vuelta de la esquina, en la calle Molinos, frente al lateral Correos. La entrada se mantendrá por Manzana, aunque con una rampa que se encontrará a mitad de la vía. Los trabajos cuentan con un presupuesto de 2,6 millones de euros y un plazo de ejecución de seis meses a contar, en teoría, a partir del inicio de las obras en septiembre.