«No recuerdo ni cuando salí del bar», declara el conductor que causó el accidente mortal de Parquesol
Un testigo asegura que creyó que se trataba de un atentado terrorista, porque el coche iba «descontrolado, como un kamikaze»
No podía declarar, le ha dicho al juez cuando le ha preguntado esta mañana si se reconocía como autor del accidente, porque no se acordaba ... de nada. «No recuerdo ni el momento en el que salí del bar». Carlos Drouet Medina, de 33 años, es el conductor que se dio a la fuga tras colisionar con un taxi que estaba estacionando en la parada de El Corte Inglés y, ya en Parquesol, a enorme velocidad y tras saltarse tres semáforos, se estampó contra el coche que conducía Sonia Herrero, de 30 años. Cuatro días después, la mujer falleció. Pero el acusado, que se enfrenta hasta a cinco años de prisión por los delitos de homicidio por imprudencia grave, contra la seguridad vial y conducción temeraria, no recuerda nada. Solo que tomó «dos o tres jarras», según ha indicado a la única pregunta del fiscal, que optó por no continuar interrogándole.
Quienes sí se acordaban con lujo de detalles de lo ocurrido poco antes de las 23:00 horas del 4 de agosto de 2017, han sido los testigos. El primero, el taxista, quien estaba entrando en la parada ubicada en el lateral del centro comercial de Zorrilla cuando, de repente, «un Opel blanco de empresa, que tenía una escalera arriba, se dio contra mi y pasó por encima de la acera». Salió del vehículo, primero, el copiloto. Asegura que en ese momento ya sospechó de que el conductor podía estar bebido porque se frotaba los ojos y no articulaba palabra, así que llamó a la Policía. Pero cuando se disponía a hacer el parte, los dos jóvenes se subieron rápidamente el coche y se dieron a la fuga. «Era una conducción agresiva», ha indicado el chófer, quien apuntó que primero pensaba que se iban a tirar por la calle Hípica y fue detrás de ellos, pero que en la raqueta, donde giraron, les perdió de vista. «Luego un compañero que llegó 35 minutos después a la parada me dijo que había habido un accidente muy grave en Parquesol y yo pensé que habían sido ellos, hice foto de la matrícula y se la enseñé a la Policía».
En uno de los semáforos del cruce de Zorrilla con Juan de Austria esperaba a que pasaran los peatones el segundo testigo, que conducía una moto y viajaba con su esposa. «En ese momento oigo un coche que arrancaba en el carril contrario, se salta el semáforo en rojo, está a punto de arrollar a los peatones que estaban cruzando, a uno le hizo dar un salto atrás, continuó por Zorrilla, hizo la U, volvió a El Corte Inglés, donde estaba yo, hizo el giro completo y nos pasó rozando por el carril izquierdo a toda velocidad en dirección a la avenida de Salamanca».
En Parquesol, un joven del barrio y su novia, que estaban dando un paseo, se quedaron pasmados cuando se toparon, a apenas 50 metros de distancia, con la alocada trayectoria del Opel blanco a la altura de Doctor Villacián en el cruce con Adolfo Miaja de la Muela, de tres carriles. «Dio marcha atrás quemando rueda, se saltó el semáforo en rojo, siguió acelerando, se saltó el segundo y a los pocos segundos oí el golpe fuerte». El testigo, que hizo fotos del accidente, ha señalado que salió corriendo y cuando se acercó al vehículo siniestrado, el copiloto estaba con el móvil y el conductor se quejaba de los dolores. «Los dos estaban sin cinturón, creo que no eran conscientes de lo que había pasado. Tuvieron que sacarles los bomberos».
«Lo primero que pensé es que era un ataque terrorista. Iba descontrolado, era como un kamikaze», ha señalado.
Sin luces y a cien por hora
Un trabajador de los juzgados que en ese momento venía conduciendo desde el Auditorio Miguel Delibes y llegó al primer cruce con Doctor Villacián también ha sido expeditivo en su testimonio. Ha afirmado que estaba detenido en el semáforo en rojo cuando vio venir un vehículo de empresa «con las luces apagadas, a cien por hora, se saltó los tres semáforos e impactó con otro vehículo, que volcó». Lo primero que pensó, ha rememorado, es que «el conductor no venía bien, por la velocidad excesiva, el cambio de carril, no es un forma de conducir normal, esto no es de alguien que solo se ha tomado una copa. Tuve la sensación de que iba a pasar algo y pasó«.
Según las agentes de la Policia Municipal que realizaron el atestado, el conductor del Opel «olía mucho a alcohol, tenía el habla pastosa y apenas articulaba palabra». Ambas policías han indicado que se mostró dispuesto a colaborar en todo momento y se le realizó una prueba de alcoholemia en sangre en el hospital. La prueba arrojó una tasa de 2,47, similar a 1,23 miligramos de alcohol por litro de aire espirado.
El subinspector que realizó el informe técnico ha corroborado que los semáforos de Parquesol funcionaban correctamente y que la velocidad permitida en esa zona es de 50 kilómetros por hora y el conductor iba a 85. «No había huella de frenada, el golpe fue limpio», ha puntualizado, respecto a la nula reacción del conductor.
El fiscal y la acusación particular mantienen sus peticiones de cuatro y cinco años de prisión, respectivamente, para el acusado, así como la pérdida de vigencia del carné de conducir y su retirada por nueve años. El fiscal ha incrementado la petición de indemnizaciones para la familia de la víctima a más de 200.000 euros, mientras que el representante legal de los padres reclama más de 110.000 euros.
La acusación particular aplica la agravante de reincidencia, pues el acusado fue condenado por otro delito contra la seguridad vial en 2010, informa Europa Press.
La defensa tipifica lo ocurrido como un concurso ideal de delitos, uno contra la seguridad vial, en su modalidad de conducción bajo la influencia de bebidas alcohólicas, y otro de homicidio por imprudencia, y solicita una condena de un año de prisión, junto con indemnizaciones que rebaja en un 75% al entender que hay concurrencia de culpas.
El juicio ha quedado visto para sentencia.
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