Valladolid tiene 116 pueblos donde más de la mitad de sus casas están vacías casi todo el año
Casi una de cada cuatro viviendas del medio rural tienen un uso esporádico: solo se ocupan en verano o los fines de semana
No viven de continuo en el pueblo. Pasan la mayor parte del año en Valladolid, en Barcelona, en Bilbao. Eso sí, reservan siempre unos días ... de sus vacaciones para acercarse por Gatón de Campos, su localidad de origen, allí donde están las raíces (y la casa) familiar. Este año, el Ayuntamiento ha elegido a los integrantes de la peña Simpas para pronunciar el pregón de las fiestas… y esta decisión ilumina una realidad que se produce (sobre todo durante julio y agosto) en muchas localidades de la provincia. Llegan los veraneantes. La población de los pueblos se multiplica… y se llenan esas casas que durante el resto del año han estado cerradas a cal y canto, con las persianas bajadas, los dormitorios sin orear.
Gatón de Campos es, precisamente, el municipio de la provincia que cuenta con mayor porcentaje de viviendas no principales (que el Instituto Nacional de Estadística define como aquellas que «no son utilizadas toda o la mayor parte del año como residencia habitual de una o más personas»). Puede ser una vivienda secundaria: el chalé de las vacaciones, la casa de la abuela, ese caserón familiar al que escapar cuando el calor aprieta en la ciudad, o un fin de semana, o en Navidad. Pero aquí también se incluyen esas casas que ya están vacías. En los pueblos, desgraciadamente, son muchas. Incluso abandonadas, en ruinas o al borde de su declaración. Así que este indicador puede servir para apreciar cómo afecta la despoblación (casas que se quedan vacías) y también la capacidad del pueblo para recibir a visitantes durante el verano.
En Gatón, el 79,22% de sus construcciones son viviendas no principales. Según el último registro (a 1 de enero de 2024) hay 41 personas empadronadas en la localidad. La Encuesta de Equipamientos e Infraestructuras Locales calcula que, durante el verano, casi se duplica la población. La realidad es que sus calles están mucho más animadas… y las casas más llenas. Este mapa de las casas vacías no solo se despliega en Gatón, sino que es muy habitual en la provincia. En 129 de los 225 municipios de la provincia (el 57,3%), más de la mitad de sus viviendas no están habitadas durante todo el año.
El caso más extremo es el de Gatón, pero en unos porcentajes similares se encuentran también Torre de Peñafiel (78,26%), Melgar de Abajo (75,42%) o Villafrades de Campos (73,98%). En la mayor parte de los casos, se trata de pueblos que han sufrido de forma intensa los zarpazos de la despoblación. Sus jóvenes emigraron durante la industrialización de la segunda mitad del siglo XX, el número de nacimientos está bajo mínimos y cuentan con una población cada vez más envejecida. El listado se completa (con más del 70% de viviendas no principales) con localidades como Roturas, Vega de Ruiponce o Castrillo de Duero.
Hay otra variante, vinculada con municipios más grandes y más cercanos a la capital, que apunta no tanto a la vivienda familiar como a la segunda residencia. Es el caso de aquellos que han decidido construir un chalé en el pueblo (o rehabilitar la casa familiar) para pasar el verano y también los fines de semana. En Traspinedo (1.444 empadronados), el 61,77% de sus construcciones son viviendas no principales. Es el municipio de más de mil habitantes que presenta un porcentaje tan alto. El siguiente, a mucha más distancia, es Alaejos (50,7%) y el tercero, Villanueva de Duero (48,19%).
¿Dónde se da el porcentaje más bajo de estas viviendas vacías o esporádicas? ¿Dónde hay mayor ocupación de pisos durante todo el año? Para encontrar la respuesta basta con darse un paseo por las localidades del alfoz. Los municipios más cercanos a la capital son los que cuentan con mayor porcentaje de pisos llenos, de viviendas habitadas de continuo. En La Cistérniga, apenas el 15,74% de sus casas entran en esa categoría de no principales. En Laguna de Duero son el 16,11%. En Arroyo de la Encomienda, el 18,23%. Son municipios que han multiplicado durante los últimos años su población, con viviendas de construcción reciente y donde quedan cada vez menos testimonios de esas casas molineras que hace décadas enladrillaron el lugar. Eso, por un lado. Pero también, al ser núcleos tan cercanos a la capital, hace que muchos vecinos no tengan que mudarse a la capital y puedan ir y venir a trabajar a la ciudad sin necesidad de dejar la casa tradicional. El porcentaje es también bajo en cabeceras de comarca, como Medina del Campo (24,98%), Íscar (27,69%) o Medina de Rioseco (31,74%). Y en la capital (20,19%).
Esta estadística del INE se puede completar con otra que permite ajustar todavía más qué ocurre con esas viviendas no permanentes. Para ello, se cruzan los datos de construcción con los del consumo eléctrico. Esto ayuda a discernir entre las que están vacías y las que tienen un «uso esporádico». En la primera categoría entran aquellas que no disponen de contrato de suministro eléctrico o que tiene un consumo mínimo (la media de ese municipio dividida por 24). Las de uso esporádico se refieren a aquellas que, en función de su factura de la luz (entre 251 y 750 kilovatios hora) estarían ocupadas entre uno y tres meses. Estos datos, recogidos en el Censo de Población y Viviendas, no alcanzan a todas las localidades, sino que se queda en cuarenta con más de 500 vecinos y agrupa el resto en un solo indicador.
Así, en esos pueblos más pequeños se alcanza el mayor porcentaje de casas vacías (el 22,51%). A continuación están núcleos periféricos tanto del norte como del sureste de la provincia. En cabeza está Alaejos (20,55% de casas vacías), seguido por Mayorga (19,84%) y Villalón de Campos (18,79%) o Nava del Rey (17,81%). Los pueblos del alfoz son, aquí de nuevo, los que tienen menos casas vacías. La Cistérniga, Arroyo, Zaratán, Laguna y Aldeamayor están por debajo del 5%.
¿Y qué ocurre con las segundas residencias, con esas casas de uso esporádico que remiten a su ocupación en vacaciones y fines de semana? Traspinedo destaca con el 17,73%, en un porcentaje muy parecido al que tienen Mayorga o Campaspero. Por encima del 15% están también Matapozuelos, Quintanilla de Onésimo, Villabrágima y Peñafiel.
Estos datos no solo los ofrece el INE, sino que también han sido recopilados y analizados por el Consejo General de Economistas, donde comprueban que este fenómeno de casas no principales en los pueblos más pequeños del interior también se da en un alto porcentaje en municipios de la costa, vinculado en este caso con las casas de veraneo y playa. En Noja, el 91,6% de las viviendas son no principales. En Peñíscola, el 81%. En Oropesa del Mar, el 85%.
Además, ese informe del Consejo General de Economistas recoge otras particularidades de las viviendas. Por ejemplo, su tamaño. El mayor porcentaje de casas grandes (por encima de los 180 metros cuadrados) se da precisamente en estos municipios del medio rural y, especialmente, en Tierra de Campos. Por encima del 20% están en Cuenca, Herrín, Morales, La Unión, Aguilar o Montealegre. Tan solo el 1% de las viviendas de la capital superan esa superficie.
El siguiente tramo (entre 121 y 180 metros cuadrados) es mayoritario ya no solo en estas pequeñas localidades, sino también en municipios del entorno de la capital donde proliferan los chalés. Es el caso de Renedo (41,23% de sus casas están en esa superficie) o Simancas (34,81%). En la capital y su entorno, más de la mitad de sus pisos están entre 61 90 metros cuadrados. Son el 55,97% en Laguna, el 54,91% en Valladolid y el 51,55% en La Cistérniga. También es el 52,02% en Medina del Campo.
Muchas de estas casas se llenan ahora en verano. ¿Con cuánta gente? Un indicador es el que ofrece la Encuesta de Equipamientos e Infraestructuras Locales, un trabajo que elabora el Ministerio de Política Territorial y que este año todavía no se ha actualizado para la provincia de Valladolid. Aquí, se calcula el pico de población que asume una localidad en función de los servicios que presta a los residentes flotantes (aquellos que pasan el verano en sus pueblos). Esto obliga a reforzar, por ejemplo, la recogida de basuras.
De acuerdo con este trabajo, los municipios de la provincia tienen empadronados 223.612 habitantes. Durante el verano, alcanzan los 353.901 (con 130.289 residentes más).
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