Gatón de Campos, pasar de 12 a 200 vecinos
La localidad rejuvenece en verano, abriendo todas sus casas, lo que la hace ser la primera localidad de la provincia con segundas viviendas con un 79 por ciento
Cuarenta y cinco habitantes pueden parecer poco para el que solo mire cifras, pero nosotros sabemos que aquí caben cien corazones, mil recuerdos, y un ... millón de momentos compartidos. Son las palabras que el pasado 4 de agosto pronunció en Gatón de Campos Patricia Tejedor durante el pregón de las fiestas patronales del terracampino pueblo, expresando el sentir de numerosas familiares y allegados que cada año reservan parte de sus vacaciones para volver al pueblo de sus ancestros y llenar sus calles de vida.
Un sentimiento de apego a un lugar que hace que los 12 vecinos, de los 45 censados, que viven en la práctica totalidad del año, pasen a dos centenares de personas que vuelven a dar vida al 79 por ciento de las casas de la localidad poniendo a Gatón de Campos a la cabeza de los pueblos de Valladolid con más segundos domicilios. Un récord que se suma al que colocó a la terracampina localidad a la cabeza de los municipios en el que más creció el padrón en 2024.
El alcalde, Rafael Pérez, explicó que algunos vuelven a la casa de sus padres o abuelos que todavía viven en el pueblo, otros regresan a la casa familiar y llegan con su padre o madre, como es el caso de Cecilio Tejedor, al que acompaña su madre, Aurora de la Rosa, de 97 años. Hay también quien al ser tantos familiares han comprado la casa de al lado para poder acoger a todos. Además, están, en los últimos años, los que han comprado alguna casa sin tener ningún parentesco en el pueblo, llegados de ciudades como Madrid, Valencia o Barcelona. Muchas de estas casas han sido reformadas, «otras se le va poniendo parches».
Lo cierto es que, del 1 al 10 de agosto, en los días de las fiestas, «estamos todos, no falta nadie, ya que si falta se le echa de menos», aseguró el alcalde, quien destacó que «la gente coge las vacaciones para estos días, creo que desde enero». Además, explicó que «lo que más se aprecia es el reencuentro, en especial cuando la plaza se llena». Lo que se busca es la desconexión, la tranquilidad, «pasar el tiempo en el lugar donde nacieron y del que conservan los recuerdos». Algunos incluso se ofrecen a hacer labores como regar, podar o sembrar, aunque también hay quien hizo algunos bancos. Aun así y sin menospreciar este rejuvenecimiento de la localidad en verano, el alcalde recordó que «la vida del pueblo tiene 365 días, con sus problemas, con su gestión diaria y no es solo las fiestas»
Los hermanos Isabel, Julián, Ramón y Teresa Barroso Martínez son algunos de los vecinos foráneos que no fallan cada primera quincena de agosto para viajar a Gatón de Campos desde Madrid, Tres Cantos, Barcelona y Aranda de Duero a la casa familiar en la que vive su madre, Teresa Martínez, de 85 años, la que fuera alcaldesa y actual teniente alcalde, que llegó a la localidad en 1996 cuando se jubiló su esposo, el guardia civil José Barroso, que falleció el pasado año, para habitar la casa que habían adquirido en 1986 por la estrecha relación de amistad con el también guardia civil de la localidad Anselmo Álvarez.
Los cuatro hermanos llegan con sus esposas e hijos, a los que acompañan sus novias, en un total de más de 20 personas, «porque cuando decimos vamos a casa, esta es nuestra casa, porque es la de nuestros padres», aseguró, Ramón Barroso, que es profesor de Geografía e Historia en un instituto de Barcelona, quien señaló que «es un sitio de encuentro», destacando que «nuestros hijos no quieren oír la posibilidad de no volver». Además de asegurar que «es una suerte tener pueblo», el tercero de los hermanos recordó que su madre siempre les ha dicho que «no dejéis de volver a Gatón, aunque yo falte». La gran familia Barroso Martínez vuelve también en Navidad, con tiempo de hacer cosas juntos, como el pintado del atrio de la iglesia que han hecho este año en las fiestas.
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