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La VI Scooter Run llenó de color y sonido la provincia
La cita, organizada por el Vespa Club Valladolid, reunió a cerca de cien aficionados a las scooters clásicas
Este sábado, las carreteras de la provincia se llenaron de color y del inconfundible sonido de las vespas y lambrettas. El Vespa Club Valladolid celebró su VI Scooter Run, una cita marcada en rojo en el calendario de los amantes de estas motocicletas clásicas.
La jornada arrancó a las nueve de la mañana en la Acera de Recoletos de Valladolid y, una hora más tarde, se dio la salida oficial a una ruta que recorrió más de 140 kilómetros por distintos pueblos de la provincia. El itinerario llevó primero a los casi cien motoristas hasta Fuensaldaña, para continuar después por Villanubla, Wamba y Castrodeza. Desde allí pusieron rumbo a Torrelobatón, donde realizaron una parada en su castillo y descubrieron el mundo de la apicultura gracias a Francisco González, de Mielegante. A continuación, siguieron la ruta hacia La Santa Espina, Urueña y Villardefrades, donde hicieron una parada para comer.
La ruta, que contó con el apoyo de Diputación de Valladolid, reanudó su marcha volviendo a pasar por Urueña y continuando después por San Cebrián de Mazote, Barruelo del Valle, Torrelobatón, Velliza, Geria y Simancas. El punto final fue el Bar Pinar de Antequera, donde se celebró la tradicional yincana de habilidad, una prueba en la que los participantes demostraron su destreza sobre las dos ruedas.
El Vespa Club Valladolid, fundado en 1954, fue uno de los más activos de la época, con más de 150 socios que recorrían la provincia y buena parte del país en sus scooters. Tras unos años de parón, en 2019 un grupo de aficionados decidió refundarlo para mantener viva la pasión por estos vehículos que marcaron toda una generación. Hoy cuenta con más de 80 socios y una presencia habitual en concentraciones nacionales e internacionales como los Vespa World Days o el Eurovespa.