6.000 nuevos árboles y una casa recuperada en Piñel de Abajo para atraer a más vecinos
La asociación Prao de Luyas pone en marcha la iniciativa 'Planta un árbol y 'Pon una teja', que ha permitido contratar a una persona para la tarea de reforestación
La asociación Prao de Luyas, de Piñel de Abajo, ha comenzado el año con nuevos reconocimientos –como el Premio Soberanía de la Alegría, otorgado ... por la Universidad Rural del Cerrato Paulo Freire– y con la puesta en marcha de una nueva iniciativa enmarcada en el conjunto de acciones emprendidas por sus miembros desde hace ya varios años. Su actual propuesta –en ese marco de actuaciones– tiene como objetivo «crear empleo verde en el medio rural, frenar el cambio climático y luchar contra la despoblación», señalan desde esta agrupación. Por ello han iniciado la campaña 'Planta un árbol y pon una teja', la cual ya ha conseguido crear un puesto de trabajo, aunque sea por tiempo limitado.
A esta iniciativa se pueden sumar tanto particulares como empresas, aportando 3,5 euros para plantar un árbol ,y 0,5 euros para destinarlo a la adquisición y rehabilitación de viviendas del municipio para nuevos pobladores. En el segundo caso, de conseguir los recursos necesarios, sería la segunda casa que pondrían a disposición de nuevos vecinos después de que el pasado año hicieran lo propio con la primera. En cuanto a la plantación de árboles, el número de los que llevan ya plantados en los últimos 10 años en el entorno del municipio alcanza los 30.000 ejemplares.
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¿Cómo plantar un árbol?
En poco más de un mes de la puesta en marcha de 'Planta un árbol y pon una teja' se han recaudado 2.803 euros, de los cuales 2.450 son para la plantación y 352,50 para la vivienda. Las aportaciones han permitido adquirir 700 árboles y contratar a un joven del pueblo durante un mes para que los plante. Precisamente la familia de la persona contratada, Omar El Goufairi (24 años),accedió el pasado año a esa primera vivienda dispuesta por la asociación para asentar población.
Cada árbol que se está poniendo porta una etiqueta identificativa de la persona o empresa –o de sus trabajadores– que lo ha apadrinado. La campaña de apadrinamiento sigue recibiendo colaboraciones de la zona, como el de alguna bodega que ya ha contactado con la asociación para sumarse al proyecto.
La asociación piñelana ha realizado un esfuerzo importante para que el contrato del trabajador se prolongue, de momento, un mes, y así aprovechar que durante el pasado febrero recibieron 1.200 plantas del vivero de la Diputación vallisoletana, 1.100 plantas del vivero central de la Junta de Castilla y León y 750 frutales del vivero Arbolé. Estiman que este año en Piñel de Abajo van a plantar más de 6.000 árboles, 2.000 de los cuales los pondrá el trabajador contratado durante 30 días.
Las plantaciones efectuadas en esta última década, como señalan desde Prao de Luyas, tienen un valor añadido, no se trata de plantar por plantar, sino que han servido para restaurar áreas fuertemente erosionadas y desérticas del municipio, para recuperar manantiales y colmenares, para crear colecciones de variedades tradicionales de frutales, crear un banco de tierras, zonas truferas, así como una reserva de mariposas. En el caso de frutales como los cerezos, la localidad dedica un día a una feria específica.
Omar El Goufairi lleva, junto a su familia, 13 años residiendo en Piñel de Abajo, municipio en el que «desde el primer día me he encontrado muy a gusto, me han recibido con los brazos muy abiertos y me han tratado muy bien desde el principio. Estoy arropado por todos los vecinos, todos se han volcado con nosotros al igual que la asociación Prao de Luyas.
La Espala vaciada
El joven considera una muy buena oportunidad realizar una tarea de estas características y hacerlo en su pueblo. «Trabajar haciendo algo que me gusta y además hacerlo para Prao de Luyas es algo que me enorgullece». Supone también una forma de colaborar con el trabajo de la asociación y que otras personas, otros jóvenes, dispongan de oportunidades en el entorno rural, porque de lo que se trata «es de apoyar a la gente joven para vivir en los pueblos». «Estoy viendo que mi generación quiere irse a la ciudad, ser urbanitas, pero también tiene que haber personas que se preocupen por la despoblación rural porque la España vaciada existe, y todo el mundo lo sabe», señala este joven que apuesta por Piñel, por el medio rural, donde es feliz y desea vivir.
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