Hornillos de Eresma presume de sendero natural

La red de senderos homologados de la provincia de Valladolid cuenta desde finales del pasado año con uno nuevo en la comarca de Tierra de Pinares, concretamente el denominado 'PRC-VA42 Sendero Río Eresma' promovido por el consistorio de la pequeña localidad de Hornillos de Eresma y que discurre íntegramente por su término municipal.

Una ruta circular de 8,5 kilómetros de longitud de dificultad baja, ideal para realizar en familia, que comienza en la Plaza Mayor y recorre amplias zonas de pinares de la localidad, en las que el caminante podrá apreciar en su recorrido no solo la riqueza de la flora y la fauna locales, sino también disfrutar de las vistas que ofrece el río Eresma desde el pago de Valdihuete, la belleza del viaducto medieval conocido como Puente Mediana, el arroyo Sangujero, los restos la conocida casa de Rigo o vastas zonas de viñedos. Incluso puede hacerse un alto en el camino para degustar un rico café o chocolate elaborado de forma artesanal en la fábrica 'Puchero Coffee' del Centro de Turismo Rural Puentes Mediana.

Porque como señala su alcaldesa, Coral López de la Viuda, en Hornillos de Eresma el visitante podrá observar gran variedad de especies que encuentran en el entorno de un lugar privilegiado. Así desde el punto de vista ornitológico destaca la presencia de ejemplares de halcón peregrino, buitre, lechuza blanca y avutarda entre otros, y de especial interés son igualmente corzos, jabalíes, jinetas, tejones y ardillas.

Aunque una de las mayores riquezas del municipio son sus amplias extensiones de pinares albares y negrales, de los que se aprovecha la piña y la resina respectivamente, los que «confieren al paisaje de Hornillos de Eresma de una belleza singular que hace de la rutas un lugar con encanto donde el visitante puede perderse y disfrutar de la naturaleza». Al lado, viñedos centenarios que resistieron a la filoxera y a los que se les considera de los más antiguos de la provincia, «centenares de hectáreas antiguas y nuevas se extienden paralelas al núcleo urbano y crean hermosos paisajes junto a los pinares».

Un sendero que tiene su colofón con una obligada visita a la iglesia de San Miguel, templo de estilo barroco del siglo XVII declarado Bien de Interés Cultural (BIC) desde 2013 construido en ladrillo y tapial sobre zócalo de piedra labrada de planta de cruz griega, con torre, sala de la pila bautismal y otras dependencias adosadas a la sacristía.

Templo que atesora en su interior tres retablos policromados de los que destaca el altar mayor dedicado a San Miguel Arcángel atribuido a Juan de Juni, de estilo salomónico el cual consta de un único cuerpo dividido en tres calles de 7 x 5,5 metros fabricado enmadera policromada y dorado por Alonso de Ribadeneira y Pedro de Acuña en el siglo XVIII, en cuyo centro se sitúa una magnífica talla del santo arcángel titular.