Piscina, terraza y comunión, en la primera jornada de Íscar y Pedrajas fuera del confinamiento
El fin de los controles en los accesos a las localidades y las visitas a las ermitas, gestos recuperados después de dos semanas
Sin controles de la Guardia Civil en las carreteras de acceso y con parques infantiles desprecintados. Sin limitaciones ya para salir del término municipal y ... con varias instalaciones públicas (el Museo Mariemma, las piscinas en Pedrajas) de nuevo abiertas. Sin restricciones en la movilidad y con la conciencia de que la responsabilidad demostrada estas dos semanas han servido para doblegar la curva.
Los vecinos de Íscar (6.344 habitantes) y de Pedrajas de San Esteban (3.327) se han despojado este domingo del incómodo corsé de dos semanas de confinamiento impuesto por la Junta para contener la extensión de un brote de coronavirus que hace quince días, con transmisión comunitaria, parecía desbocado. Y ahora se ha conseguido controlar. De hecho, los indicadores de la Junta que situaban a esta zona anteayer en rojo (más de diez pacientes por cada diez mil tarjetas sanitarias)han rebajado la situación en el área de salud de Íscar a amarillo (sin pasar por la escala naranja).
La mañana de domingo se desperezó con el trabajo de los empleados municipales (que retiraron vallas, cintas, balizas y carteles de los espacios restringidos) y con menos gentío en los bares y terrazas del que suele ser habitual otros veranos por estas fechas. Entre las posibles razones, que ha habido quien ha hecho las maletas este fin de semana para salir ayer de vacaciones (hubo quien las tuvo que suspender a principios de agosto ante la imposibilidad de abandonar el municipio por el confinamiento).
Según avanzaba la mañana, sí que se ha notado más movimiento, con la llegada de personas de otras localidades, que se han acercado a Íscar y Pedrajas para reunirse con los seres queridos que no han podido visitar estas dos semanas. Esto alentaba un poco el ánimo de los hosteleros de cara a la hora del vermú y el café vespertino. Los profesionales del sector no ocultan su desaliento ante el «futuro incierto» que les espera cuando, a partir de este lunes, entren en vigor las nuevas restricciones y limitaciones aprobadas por los gobierno de España y de las diferentes comunidades autónomas.
Los hosteleros dan ya prácticamente por perdido el verano. «Si las la suspensión de las fiestas fue de entrada como un pinchazo y las anteriores limitaciones horarias una estocada, la nueva hora de cierre y la restricción de fumar va a ser una puntilla mortal de la que muy pocos se van a salvar. Y no es solo esto, es lo que vendrá después del verano, cuando la gente ya no salga tan alegremente a la calle como ahora».
La sensación de recuperación de la libertad que les privó el confinamiento era sin duda lo más valorado entre los vecinos, aunque algunos veían negativas esas nuevas restricciones. «Verano, vacaciones, calor, sin fiestas, horarios más restringidos aún. Menudo plan, mejor quedarnos en casa», indicaba un grupo de jóvenes mientras tomaban unas cañas a la hora del vermú en una terraza.
Y otro malestar: «Entre confinamientos y prohibiciones, se les ha olvidado la atención presencial en el consultorio médico. ¿Cuándo la vamos a recuperar? No es de recibo que podamos estar alegremente sentados en una terraza, los niños vayan a empezar el colegio en unas semanas sin aún saber con qué garantías, y la atención medica continúe siendo telefónica», señalaba toda airada una madre de familia, que además se ocupa de atender a sus progenitores ya mayores.
Sí que hubo movimiento en las colas de las panaderías, en los barriles bici o en las áreas recreativas junto a los ríos Pirón y Eresma, donde se ubican las ermitas de Cristo Rey y de la Virgen de Sacedón. En esta última se notó una notable afluencia de fieles, ya que durante estas dos semanas no pudieron acercarse, ya que para ir a la ermita hay que salir del término municipal de Pedrajas.
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El protagonismo dominical en Íscar lo asumieron los seis niños que, después de tres meses de espera, pudieron celebrar su primera comunión en la iglesia de Santa María de los Mártires, con mascarilla.
Desde este lunes, el abanico de espacios e instalaciones en Íscar y Pedrajas se amplía con la reapertura de la piscina cubierta (solo para uso deportivo), las instalaciones deportivas al aire libre, las bibliotecas y las visitas al castillo por parte de la oficina de turismo. El martes y el miércoles volverán los mercadillos semanales.
Los alcaldes de ambas localidades han asegurado este domingo que abandonan esta situación «contentos, con buen ánimo y concienciados de lo que supondría dar un paso atrás», por lo que animan a sus vecinos a «no bajar la guardia». El regidor de Íscar, Luis María Martín, recuerda que ha sido una medida «necesaria que ha surtido efecto». «Los casos empezaron a remitir y ahora llevamos ocho días sin positivos. Se ha demostrado que la forma de combatirlo es mucha higiene y distanciamiento», informa Europa Press. Alfonso Romo, alcalde de Pedrajas, confía en que los vecinos mantengan la misma actitud que en los 14 días anteriores y que abandonar el confinamiento «no sea motivo para volver a relajarse».
El vicepresidente de la Junta, Francisco Igea, ha puesto a Íscar y Pedrajas como ejemplo de responsabilidad para contener el virus ante posibles brotes.
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