«Si tuviera que emprender, volvería a hacerlo en el mundo rural»
Un curso despertó en ella la vocación empresarial y la ha desarrollado desde su pueblo con NaturSnacks
Un curso sobre autoempleo le abrió los ojos sobre su vocación con 22 años y ahí sigue, al pie del cañón, más de una década ... después y tras superar «grandes dificultades como la pandemia». La joven emprendedora Sandra de Blas (Pedrajas de San Esteban, 1991) es la propietaria de NaturSnacks, una empresa que se dedica a la elaboración y envasado de fruta deshidratada mediante un sistema 100% natural. Lo hace en su pueblo, porque tenía claro que esa era la mejor opción.
«Empecé a desarrollar el producto y la idea en mi casa, e involucré a toda la familia porque no tenía recursos y era donde tenía el mayor apoyo y más facilidades», recuerda. A esto se sumó que este municipio de Valladolid tenía «todos los servicios, buenas comunicaciones, transporte, Internet…», enumera, y que encontró «un obrador en alquiler que se ajustaba a mis necesidades».
De ahí que esté satisfecha con la decisión de asentarse en su localidad, que se ha visto reforzada por el hecho de que «he elegido hacer un proceso artesanal y lo he unido mucho a las tradiciones del lugar». «Yo he vivido el mondado del piñón desde que tenía uso de razón», explica, y como ella muchas mujeres de la zona, habituadas a «trabajar con las manos». Esto ha sido una ventaja a la hora de encontrar mano de obra, hasta el punto de que cinco de las seis personas que integran la plantilla de su compañía son féminas y entre ellas está la madre de la fundadora.
Evitar la fuga de jóvenes
Comparte la visión de que son las mujeres las que anclan población, y por eso en el día a día Sandra intenta que su plantilla «pueda conciliar con su vida familiar», pero al mismo tiempo llama la atención sobre la importancia de «evitar la fuga de talento de personas jóvenes, de la que no se habla tanto, porque si no los pueblos se van a quedar vacíos».
Partiendo de la base de que «emprender es un reto y algo muy, muy duro», cuando se le pregunta si volvería a asentarse en el mismo sitio lo tiene claro: «Si tuviera que emprender, volvería a hacerlo en el mundo rural», sentencia, porque «aquí no me falta de nada».
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