Valladolid
El Centro El Sequillo promueve el sentimiento de arraigo en el medio rural entre niños y jóvenesCon el título de Yo amo mi pueblo, se han organizado distintas actividades en Villafrechós, Moral de la Reina, Aguilar de Campos y Tordehumos
El sentimiento de pertenencia y arraigo a un pueblo nace de la vivencia y de la convivencia, creando un vínculo fuerte con la comunidad y ... el territorio, pero también se puede promover entre las nuevas generaciones con actividades como la que ha organizado durante agosto y julio el CDR El Sequillo-Coceder (Confederación de Centros de Desarrollo Rural) con divertidas jornadas veraniegas entre niños y jóvenes de Villafrechós, Moral de la Reina, Aguilar de Campos y Tordehumos, contando con la colaboración de los ayuntamientos de estas localidades.
Bajo el sugerente título de Yo amo mi pueblo (aunque con un guiño al inglés con un «I love mi pueblo», aunque cambiando el love por un corazón), las jornadas se enmarcaban en el Programa de sensibilización y concienciación sobre la despoblación y la necesidad de emprendimiento en el medio rural, según indicó la técnica responsable de la iniciativa, Marian González de Vega, quien explicó que para cumplir los objetivos «se han realizado diversas actividades de tiempo libre, encaminadas a que los niños y jóvenes conociesen la cultura y las tradiciones de su pueblo, su entorno natural y el patrimonio histórico artístico que atesora, pero, sobre todo, se ha intentado que valoren las ventajas de vivir en el medio rural».
Con el fin de promover el descubrimiento de la riqueza ambiental de cada pueblo, se han realizado rutas en la naturaleza, la creación de bombas de semillas para la repoblación de una zona silvestre, una visita a las fuentes naturales o la búsqueda de elementos de la naturaleza como plantas o insectos. Para conseguir que se valore la cultura tradicional del medio rural, se organizó una yincana con pruebas como lavar con tabla o conocer los útiles y aperos utilizados en los distintos oficios de antaño, como el de agricultor, herrero, carpintero o pastor, entre otros. El conocimiento de la historia y patrimonio de cada pueblo ha llegado con las siempre acertadas visitas guiadas de sus iglesias y ermitas, pero también a otros elementos patrimoniales como el rollo de Aguilar de Campos. También han realizado «una búsqueda de corazones» con los vecinos y vecinas de los pueblos, intentando descubrir por qué puede hacerse realidad el título de la actividad de yo amo mi pueblo.
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Después de una semana de duración, el último día de las jornadas se dedicaba a fiestas y juegos tradicionales, realizando un taller de elaboración de embutidos, como se hacía cuando se celebraba la matanza; se han decorado y corrido las cintas, usadas tradicionalmente por los quintos; y, por supuesto, se han practicado distintos juegos populares como la tanga, la calva, la soga o la goma.
Estas actividades han sido financiadas por el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, dentro del Programa de sensibilización y concienciación sobre la despoblación y la necesidad de emprendimiento en el medio rural; la Junta de Castilla y León, a través del Programa de conciliación dirigido a familias con menores en el medio rural a través de actividades de tiempo libre ; la Diputación de Valladolid, mediante el programa Fomento de la integración social de la infancia y la juventud a través de la educación no formal en el medio rural y por los propios Ayuntamientos.
Unas jornadas veraniegas que «han sido todo un éxito de participación, que queremos agradecer tanto a los niños y a sus familias, como a los Ayuntamientos que han colaborado en la organización», expresó Marian González de Vega, quien manifestó del deseo del CDR El Sequillo de que «el próximo verano se puedan repetir».
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