Valladolid
La «cadena de acciones» que evitó una muerte por atragantamiento en un restaurante de TordesillasEl Policía Local y exportero del Real Valladolid, Julio Iricibar, ayudó a salvar la vida de un hombre de 70 años que se estaba asfixiando con un pedazo de entrecot
Este miércoles el Policía Local de Tordesillas, Julio Iricibar, acababa de terminar su periodo de prácticas y jamás se hubiese imaginado que fuese a estrenar ... su uniforme por todo alto y con una intervención que no olvidará nunca. Él, junto a su compañero de patrulla Arístides Pablos formaron parte de una serie de acciones que permitieron finalmente contar una historia feliz y salvar la vida de un hombre de 70 años que se encontraba en un restaurante de la localidad disfrutando de un entrecot cuando todo empezó a ir mal.
El septuagenario, vecino de Castro Urdiales, se atragantó con un pedazo de carne que obstruía por completo sus vías respiratorias e impedía el paso de oxígeno, lo que provocó momentos de «mucha angustia y tensión», tanto entre su mujer, que le acompañaba en ese momento, como entre el resto de comensales. Sacaron al hombre a la calle en un intento de que pudiese tomar aire, pero fueron conscientes de la gravedad cuando el varón empezó a hacer gestos desesperado.
«Eran las dos y media del viernes cuando nos entró una llamada del 112 alertando de que un varón estaba sufriendo un atragantamiento en la Plaza Mayor de Tordesillas y fuimos de inmediato. En dos minutos estábamos con él«, explica el agente.
Insiste en que «el mérito es de todos», porque antes de la rápida llegada de los agentes varios ciudadanos habían iniciado las maniobras pertinentes para que el hombre pudiera respirar. «Estaba consciente pero ido, porque no le estaba llegando suficiente oxígeno al cerebro y comenzaba a ponerse morado entonces mi compañero y yo nos fuimos turnando para hacer la maniobra de Heimlich con bastante fuerza hasta que llegaron los sanitarios», dice el vallisoletano de 32 años, que fue durante 15 años portero del Real Valladolid jugando 250 partidos entre segunda y segunda B.
Es consciente de que ese día «se alinearon todos los astros para que el hombre salvase la vida». Primero, por la rápida ayuda de los ciudadanos, después, por la intervención de los policías y, por último, la disponibilidad de la ambulancia en la localidad y la rápida llegada de los sanitarios. «De no ser así, la historia hubiera sido distinta», asegura. Fueron aproximadamente seis minutos que se hicieron eternos para los presentes por la gran angustia y ansiedad que generó la situación y que terminaron en el momento en el que los sanitarios emplearon una herramienta, una especie de aspirador, que succionó el aire de las vías respiratorias y permitió sacar la pieza de carne. «Nos dejó a todos impactados del tamaño que tenía, era enorme y con razón no podía expulsarla», relata.
Gracias a las maniobras previas a la aspiración mecánica, el pedazo cartilaginoso de carne se fue moviendo, «aunque mínimamente, lo que permitió que entrase el aire suficiente para mantenerse con vida», añade Iricibar. «Estaba muy aturdido, pero cuando por fin pudo decir algo no hacía más que repetir 'gracias, gracias'», recuerda el agente. Finalmente, el septuagenario fue trasladado al Hospital Río Hortega para comprobar si la pérdida de oxígeno le había afectado y para ver si tenía alguna contusión por la fuerza de las maniobras que se le habían practicado previamente.
«Nosotros estamos para ayudar en lo que podamos, al final ese es nuestro trabajo», dice el exportero, quien no oculta la «enorme satisfacción de ser parte de una cadena de acciones» que ha permitido que un hombre siga con vida. «Ha vuelto a nacer».
La importancia de saber actuar
Iricibar no es ningún novato en esto de salvar la vida a alguien, pues hace un año vivió un episodio similar en Cigales, mientras paseaba con su mujer por la localidad. Por la noche, encontraron a una chica, a la que habían visto previamente practicando deporte, desplomada sobre la acera y con un golpe en la cabeza. Aunque emitía algún sonido, en el momento en el que se acercaron a ella, la joven se quedó, blanca y pálida, sin pulso, por lo que sin pensarlo y sabiendo lo que hacía, el ahora policía practicó las técnicas de reanimación que había aprendido en un curso de primeros auxilios de preparación de sus oposiciones a policía. Unas técnicas que, según expresaron después sanitarios y agentes de la Guardia Civil, salvaron la vida a la joven.
Iricibar incide en la importancia de conocer y emplear técnicas de primeros auxilios en cualquier circunstancia. «Saber reaccionar a tiempo es importante, tanto como conocer cómo hacer la maniobra de Heimlich o la reanimación cardiopulmonar, porque pueden ser la diferencia entre que una persona siga viva o que muera», finaliza.
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