Valladolid
Los agentes que trasladaron al niño atropellado por un 4x4: «Demostró entereza al calmar a sus padres»Los guardias civiles José Manuel M. e Ismael N. completan en menos de 15 minutos el trayecto entre La Parrilla y Valladolid para que un menor de 10 años fuera atendido tras ser arrollado por un vehículo cuando iba en bici
El pasado 28 de julio no fue un día cualquiera para José Manuel e Ismael. Estaban en plenas labores de patrullaje en la carretera que ... une Tudela de Duero con La Parrilla cuando entró un aviso por atropello a un niño de 10 años. Acto seguido, esa alarma se intensificó al escuchar por la emisora que estaba perdiendo mucha sangre.
Este es el inicio de una historia que promete un final feliz después de que ese menor de edad ingresase en la UCI del Hospital Río Hortega el pasado lunes en estado grave y haya evolucionado favorablemente en estos últimos siete días. Y entre todos los aspectos, de vital importancia, fue el traslado desde La Parrilla hasta el complejo hospitalario en un coche de la Guardia Civil. Sí, lo mejor que pudieron hacer esos dos guardias civiles destinados en el puesto de Cabezón fue pisar el acelerador. «Mejor no decir la velocidad a la que íbamos», recalcan sobre un trayecto que completaron «en menos de 15 minutos» cuando los estipulado por Google Maps es ligeramente mayor a los 20 minutos.
Esos «menos de 15 minutos» fueron vitales para que el pequeño, vecino de La Parrilla, llegara «consciente y con respiración».
«Mejor no decir la velocidad a la que íbamos»
Eran las 19:55 horas del 28 de julio cuando entró el aviso del 112. José Manuel e Ismael, a pesar de que no se hallaban su demarcación, se trasladaron al lugar del suceso al estar a escasos minutos. «En el acceso de la localidad, en la carretera, nos encontramos a un hombre que tenía en brazos a un niño, y a su madre, que requerían que les trasladásemos rápidamente al hospital porque su hijo tenía una herida penetrante en el costado y la ambulancia no llegaba», rememoran los dos guardias civiles.
Minutos antes de esa petición de socorro, el niño había sido atropellado en la calle Montón de La Parrilla cuando iba con su bicicleta. Se quedó atrapado debajo del vehículo hasta que fue rescatado por varias personas con una herida de gravedad en uno de los costados. Además de avisar a emergencias, los padres se acercaron hasta el extrarradio del municipio para esperar la ambulancia, si bien los primeros en llegar fueron los dos agentes. «Los padres se montaron en la parte trasera y nos trasladamos a gran velocidad a Valladolid», recuerdan antes de lamentar el gran contratiempo con el que se toparon en los accesos a la capital.
Fueron las obras en diferentes puntos del recorrido más directo. «Estaba todo cortado, tanto la V-20 como la V-30. La calzada de acceso al hospital estaba totalmente en obras y tuvimos que atravesar un poco por la zona de brea para ganar el mayor tiempo posible para que el chaval llegase a tiempo con vida», continúan los dos agentes.
Y así fue. Esas maniobras de conducción sirvieron para que el pequeño entrase en Urgencias con vida. «Estuvo consciente en todo momento. Queremos resaltar la entereza del chaval, que fue quien tranquilizó a los padres al decirles que no pasaba nada. Ellos, como es natural, sí que estaban nerviosos. Nosotros que somos padres nos ponemos en su situación y no era para menos», agregan a las puertas del Río Hortega.
Momentos de tensión para todos los implicados (el padre completó labores para taponar la herida) que encontraron un resultado satisfactorio con el paso de los días. «Nosotros nos hemos puesto en contacto con el padre porque ante este tipo de hechos nos gusta saber cómo evolucionan las personas heridas. En este caso, un niño era algo que queríamos conocer y ya nos informó el padre a lo largo de la semana pasada que la cosa iba bien y eso ya nos tranquilizó», prosiguen sobre una intervención en la que se mezcló la veteranía de José Manuel con las ganas de Ismael al encontrarse en prácticas.
Su primera intervención al límite
«Le había estado comentando veinte minutos antes un caso similar de estrés y a veces las circunstancias dan que lo viviera poco tiempo después y todavía con mucha más intensidad», agrega José Manuel.
Esa primera situación al límite para Ismael también la describe el joven guardia civil. «En esos momentos se intenta mantener la calma para transmitir, precisamente, calma. Además cuando ves que la intervención ha sido muy positiva, porque el niño llegó con vida y llegamos a tiempo, es muy reconfortante. Al final no todas las intervenciones terminan así y cuando concluyen de manera positiva es muy agradecido», agrega Ismael N. junto a José Manuel M., dos guardias civiles convertidos en ángeles de la guarda de un niño de 10 años vecino de La Parrilla.
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