La patrulla aérea de la Policía de Valladolid
Once mandos del cuerpo municipal se forman para pilotar los dos drones adquiridos por el Ayuntamiento para vigilancia y emergencias en la capital
Once futuros pilotos, todos ellos mandos de la Policía Local, para dos naves modelo 'DJI Mavik 2 Entrepise Dual'. Ambos drones pueden volar a un ... máximo legal de 120 metros de altura (aunque técnicamente alcancen los 500), tienen una autonomía de 30 minutos y su velocidad puede llegar a los 72 kilómetros por hora, según recoge la ficha técnica. La primera patrulla aérea de Valladolid tiene previsto despegar en dos semanas para colaborar y dar indicaciones desde el cielo en operaciones de vigilancia y emergencias de todo tipo. Las instalaciones de la Jefatura acogen estos días la formación en el manejo de esta versátil herramienta, que ayudará al cuerpo municipal y al resto de servicios de urgencia que intervienen en la ciudad a controlar a vista de pájaro lo que acontece. Se trata, según explica el concejal Alberto Palomino, de que esa nueva visión de altura complemente el trabajo a pie de calle y se gane así en eficacia.
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Desde la extinción de un incendio hasta el control del aforo de un gran evento, pasando por el rescate de una persona, la revisión de una fachada tras la caída de unos cascotes a la vía pública o la localización de un enjambre en un edificio a las cámaras de alta resolución de estos aparatos no se les escapa nada. Ni de día, ni de noche.
Su puesta en funcionamiento se anunció durante la primera ola de la pandemia por parte del alcalde, Óscar Puente, quien avanzaba la intención de contar con estos dispositivos para controlar desde el aire una movilidad entonces restringida. Sin embargo, la compleja tramitación legal ha alargado el proceso. El Ayuntamiento cuenta por fin con la autorización de la Base Aérea de Villanubla para poder operar con estas naves. «Hemos tenido que hacer un estudio de seguridad y un protocolo de actuación coordinado el Ejército del Aire», explica Palomino. Él también se sienta en los pupitres de este curso, que imparte el instructor Ander García, ingeniero aeronáutico y uno de los responsables de la empresa Drone by Drone.
¿La ventajas de esta nueva arma policial? Muchas. Otras ciudades ya la utilizan con éxito desde hace tiempo. Labores de seguridad en todos los ámbitos, apoyo a los Bomberos en tareas de extinción de fuegos y rescate al contar con una cámara termográfica capaz de detectar los puntos calientes en un incendio o en una zona de búsqueda, control de la movilidad en diferentes espacios, apoyo aéreo en operativos relacionados con desastres naturales, como riadas, desprendimientos, etc... Las posibilidades son variadas, enumera García.
Con un peso de 905 gramos, estos drones, en los que se han invertido cerca de 7.000 euros, contarán con todos los 'extra' necesarios para su finalidad: focos para favorecer la visibilidad en zonas oscuras o guiar a personas extraviadas, altavoces para dar avisos en vuelo a la población o al resto de servicios que participan en una intervención y baliza para llevar a cabo trabajos nocturnos con mayor seguridad. «Es una herramienta de futuro», sostiene el edil para quien también es muy importante la formación normativa que están recibiendo los mandos de cara al control de estos dispositivos por parte de los particulares. La próxima semana los alumnos iniciarán las prácticas de vuelo y en quince días contarán con su título. Será entonces cuando la patrulla aérea comience sus misiones en las operaciones en las que se les requiera, con especial cooperación con el cuerpo de Bomberos. Hay que confiar en que no sea en la vigilancia de nuevos confinamientos.
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