Jose I. Domínguez
Víctima de la inquiokupación en Valladolid
«No te pagan, siguen en tu casa y pasan casi dos años hasta que la recuperas»La inquilina del vallisoletano le ha asegurado que no se irá de su vivienda hasta que no le den una casa de acogida
A priori, la pareja (ambos con trabajo) y el hijo de cinco años de ambos le parecieron una buena opción a José I. Domínguez, quien ... decidió formalizar -a mediados de 2019- un contrato de alquiler por el piso que tiene en propiedad en la calle Caamaño de Valladolid. «Primero me pagaban los 395 euros que acordamos, pero con la pandemia les rebajé en 2021 y de forma temporal y excepcional unos 95 euros al mes porque a los seis meses de entrar a vivir la pareja se separó y estaba ella sola con el niño», explica Domínguez. Hizo esa rebaja de buena fe, pero al año siguiente, y considerando que la situación había mejorado, quiso volver al importe que se firmó al inicio del contrato. «Nunca me lo han pagado desde entonces, me ponía siempre la excusa de que no llegaba», asegura el propietario.
La inquilina le pagaba tras varios meses de retrasos en las mensualidades, «siempre he tenido que estar detrás de ella para poder cobrar el alquiler. Había veces que me pagaba lo de tres meses juntos porque siempre eran excusas», asegura él, quien vio que desde hace más de un año la situación ya se ha tornado en insostenible.
Tras varios meses sin pagar en 2024 Ignacio decidió comunicarle en septiembre a su inquilina su deseo de anular el contrato entre ambos antes de lo previsto (enero de 2025) «y perdonarle incluso esos meses con tal de que se marchasen de mi casa», admite. La respuesta fue todo lo contrario a lo que se esperaba. «Encima me amenazó con que si no le renovaba el contrato no me pagaría nunca y se haría inquiokupa. Se saben todas las leyes, saben que están muy protegidos, que todo va muy lento y que como no cambie nada al respecto, va a haber muchos casos como el mío».
«El proceso es muy largo porque ya no es solo lo que dejas de ganar, que también, es que tienes que seguir pagando suministros, seguros, comunidad...». En su caso tiene que hacer frente a una deuda no generada por él de 1.070 euros. «Eso es algo que tengo que solucionar yo también. Esta mujer no se va a marchar hasta que le den una vivienda de acogida, ¿cuánto puede tardar eso? Y por qué tengo que pagar yo las consecuencias. Es todo surrealista», zanja el vallisoletano.
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