Molinos y placas solares: el 91,6% de la generación eléctrica de Valladolid procede del aire y el sol
Valladolid ocupa el puesto número catorce en la potencia instalada de fotovoltaicas y el quince en aerogeneradores
Casi el 92% de la generación eléctrica de la provincia vallisoletana proviene de los molinos de viento y de las placas fotovoltaicas, de la fuente ... eólica y de la solar. Los datos proceden del Registro de Productores de Energía Eléctrica (Pretor), un listado que recoge las instalaciones de producción de energía eléctrica que están dadas de alta en el territorio nacional y en el que se incluye, además, los términos municipales de su ubicación, así como la potencia instalada.
A partir de estas anotaciones, es posible calcular el peso que estas renovables tienen en la generación eléctrica y comprobar cuánto aportan al sistema en cada una de las provincias.
Así, en el caso de Valladolid, el mayor porcentaje (el 52%) procede de la energía eólica. Algo que se corresponde con un patrón más o menos repetido en todo el país. La mitad norte de la península se encomienda a la fuerza del viento. En el sur, tienen al sol como su principal aliado. Hay provincias contadas (en Cataluña o el País Vasco) donde predominan otras fuentes, como la cogeneración, con algunos casos donde tiene especial relevancia la aportación que se hace desde las estaciones hidroeléctricas.
Si nos fijamos en la energía eólica, Valladolid ocupa la posición número 25 respecto al peso porcentual que este tipo de fuente tiene en el registro de Pretor, con respecto al conjunto a la potencia instalada en cada una de las provincias. La eólica es especialmente fuerte en Lugo (con el 93,79%). A continuación se sitúan cuatro provincias de Castilla y León. Burgos tiene el 88,42%, Soria alcanza el 85,67%, León llega al 78,67% y Ávila, el 78,28%. En Valladolid hay 33 instalaciones registradas, con una potencia total de 1.033 megavatios, lo que le hace escalar posiciones hasta la provincia número 15 respecto al suministro que pueden aportar sus instalaciones. Murcia, Zaragoza y Burgos encabezan el listado de potencia instalada.
En Valladolid, las instalaciones se reparten entre quince localidades, con siete en Castromonte, cinco en Valdenebro de los Valles, cuatro en Torrelobatón y otras tantas en Peñaflor de Hornija. El parque eólico más grande está en Villalba de los Alcores (con una potencia de 103,5 megavatios), que tiene más del doble de capacidad que el siguiente (50 megavatios, en Adalia). El tercero más importante está en Quintanilla deTrigueros (49,5). Y hay también instalaciones eólicas en Fompedraza, Ciguñuela, Casasola de Arión, Villán de Tordesillas, Medina del Campo o Velilla.
Las instalaciones fotovoltaicas son mucho más numerosas (hay 1.376 registradas en la provincia), aunque su capacidad de generación es inferior a la de las eólicas (789,2 megavatios), de ahí que también sea más bajo el porcentaje de cuánto supone en el conjunto provincial (el 39,69%). Valladolid es la provincia número 15 en ese peso de la solar, por detrás de Sevilla (donde llega al 89%), Badajoz (86,6%) y Cáceres (84,7%), aunque, en estos tres casos, la fuente no procede exclusivamente de las fotovoltaicas, sino que aquí también hay una importante presencia de la solar térmica (que apenas está presente en otras provincias; por ejemplo, no hay en Valladolid). A más distancia (69%) están ya Ciudad Real y Segovia. Pero si la comparación se hace con respecto a la potencia solar instalada, la primera posición es para las dos provincias extremeñas (Badajoz y Cáceres), seguida por Sevilla. Valladolid ocupa aquí la posición número 14 (entre Huelga y Córdoba). En Valladolid, la planta con más potencia (Pegaso solar) está en el término municipal de la capital (77.350 kilovatios), seguida por otra de 50.000 kilovatios en Medina del Campo y otra que ronda esa cifra en Tordesillas.
Así, las suma de estas dos fuentes de energía alcanza en Valladolid casi el 92%, dada la presencia testimonial de otros recursos. Por ejemplo, la hidroeléctrica implica el 1,62%, muy por debajo de otras provincias, como Gerona, donde alcanza el 28,35% o Cantabria (27%).
La Consejería de Economía y Hacienda subrayó hace unos meses que Castilla y León es «la comunidad líder de España tanto en potencia instalada de energías renovables, eólica e hidráulica, como en la cantidad de energía limpia vertida a la red española». A lo largo de 2023, el 88,7% de la generación eléctrica fue renovable en Castilla y León, frente al 52% del conjunto del país. Durante 2024, Castilla y León repitió como la comunidad con mayor potencia instalada renovable (14.611 megavatios), lo que representa el 17,2% del total nacional, de acuerdo con los datos publicados por Red Eléctrica. Castilla y Léon fue la comunidad que registró el mayor incremento de potencia eólica durante el año pasado, al poner en servicio 639 nuevos megavatios.
Pero el mayor avance (775 megavatios más) se dio en la tecnología solar fotovoltaica (aumentó su capacidad de generación el 37,4% con respecto a 2023). Este peso de las renovables se da porque en Castilla y León, como ocurre en Valladolid, apenas tienen presencia otras fuentes de energía, como la nuclear, el carbón, el fuel o gas o las centrales de ciclo combinado. En comunidades como Asturias (por el peso del carbón) es mayor la aportaciones de fuentes no renovables, al igual que en Extremadura (por el peso de la nuclear) o el País Vasco (por el ciclo combinado).
Este auge de las renovables, con la instalación de macrocampos de placas solares y bosques de molinos, no siempre es bien recibido, sobre todo «cuando se implantan de manera arbitraria», como critican desde la plataforma SOS Montes Torozos, una organización «que defiende el territorio frente a las masacres al paisaje». «No estamos en contra de las energías renovables, porque está claro que son necesarias, pero deben implantarse de manera ordenada y no por el medio rural. No puede ser que una energía que se denomina verde se extienda a costa de lo verde», censura Pura del Cura, portavoz de una plataforma que reclama «más controles» a la hora de aprobar y promover estas instalaciones energéticas, «que en ocasiones buscan subterfugios para no respetar la ley». «Más que de renovables, hablamos de macrorrenovables», dice Del Cura, convencida de que existen soluciones que se podrían adoptar.
«Si el mayor consumo de energía se produce en las ciudades, no puede ser que la generación se haga desde el mundo rural. En las ciudades hay muchas alternativas para instalar estas plantas», aseguran desde SOS Torozos. Y ponen ejemplos: «Placas solares en los tejados de viviendas e industrias de los polígonos industriales, medianas de las autovías, lechos ferroviarios. Hay muchos lugares y no es necesario para ello destrozar el paisaje, la ganadería, la arquitectura y nuestro patrimonio», concluyen.
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