La limpieza «anónima» del relieve recupera el último monumento franquista que pervive en Valladolid

¿Quién ha limpiado el relieve? Pues parece que nadie. El Ayuntamiento defiende que ninguno de sus servicios municipales ha realizado el trabajo. Pero lo cierto es que alguien lo ha hecho y que la mole de piedra vuelve a mostrar su contenido 62 años después de que fuera colocada en el jardín central de la plazoleta formada por las calles Falla, Granados y Félix Antonio. Y allí sigue a la espera de una retirada, reclamada ya en diversas ocasiones por la plataforma por la retirada de los símbolos franquistas, que desconocía su existencia cuando elaboró el mapa de las reminiscencias de la dictadura a raíz de la entrada en vigor de la Ley de la Memoria Histórica (2007), cuya aplicación supuso el cambio de denominación de 19 calles de la capital y la demolición del monumento a Onésimo Redondo que coronaba el cerro de San Cristóbal (2016).

Pero el relieve en honor a Jesús Aramburu sobrevivió a la piquete y hoy, a raíz de su limpieza «anónima», vuelve a recordar la figura del jefe del Movimiento y gobernador civil de Valladolid entre 1954 y 1957. Este médico guipuzcoano, que inició su carrera durante el franquismo en Salamanca, antes de recalar en Valladolid, fue objeto de numerosos reconocimientos por parte del Ayuntamiento, que a raíz de su salto a Madrid ordenó la elaboración de un «trabajo escultórico en homenaje al excelentísimo Jesús Aramburu Olarán», para el que destinó un presupuesto de «300.000 pesetas (1.800 euros)» y que acabó colocado en su actual emplazamiento en el Cuatro de Marzo, el barrio impulsado por él, en 1959. Otro polígono de viviendas, inaugurado en 1962 en Delicias, luce aún hoy su nombre: Jesús Aramburu. La Diputación, en paralelo, acordó la concesión al exgobernador de su medalla de oro en 1958 por «regir de forma certera los destinos de nuestra provincia».

De manera que a día de hoy aún sobreviven en la capital dos símbolos visibles del que fuera su gobernador civil a mediados de los años cincuenta en forma de barriada con su nombre y de mole de piedra, con la base un tanto descarnada, eso sí, en el corazón de un barrio que viene afrontando en los últimos años un proceso de rehabilitación de sus bloques de viviendas. «El monumental grupo '4 de marzo' –fecha que conmemora la unión entre Falange Española y las JONS en el Teatro Calderón el 4 de marzo de 1934– ha de venir a resolver en buena parte el angustioso problema de la vivienda (en Valladolid), que supone una preocupación constante del invicto Caudillo Franco», rezaba la crónica que anunciaba su construcción impulsada por Aramburu en 1954.

La inauguración del monumento

El 11 de septiembre de 1959 fue la fecha de la inauguración del monumento en honor al que fuera gobernador civil de Valladolid (1954-1957) e impulsor del barrio del Cuatro de Marzo, Jesús Aramburu. El Ayuntamiento destinó 300.000 pesetas (1.800 euros) en el homenaje.