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Una joven lee 'Manual de resistencia', el libro de Pedro Sánchez. RAMÓN GÓMEZ
Lo que el libro de Pedro Sánchez dice de Valladolid: el Toro de la Vega y el apoyo de Puente

Lo que el libro de Pedro Sánchez dice de Valladolid: el Toro de la Vega y el apoyo de Puente

El presidente del Gobierno pone al regidor de Valladolid como ejemplo de los alcaldes que «pasean por las calles de su pueblo o ciudad y hablan a diario con la gente»

Víctor Vela

VALLADOLID

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Miércoles, 20 de febrero 2019, 20:49

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Una cafetería de barrio en Madrid. El reservado de un hotel vallisoletano. Son los escenarios de dos pasajes rescatados del libro 'Manual de resistencia', calentito y recién llegado ayer a las librerías, en los que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, desvela los entresijos de sus relaciones con el PSOE de Valladolid. De su sintonía con Óscar Puente, regidor de la capital y uno de sus principales valedores, a su desencuentro con el alcalde de Tordesillas, José Antonio González Poncela, a raíz de una llamada de Sánchez al programa de Telecinco 'Sálvame' para criticar el Toro de la Vega. A lo largo de 309 páginas, Pedro Sánchez se refiere a varios episodios políticos que tuvieron como epicentro Valladolid y como protagonistas a políticos de la provincia.

Óscar Puente y los treinta de Aluche

Enero de 2017. Dos meses y medio antes, Pedro Sánchez había renunciado a su acta de diputado para no apoyar la investidura de Mariano Rajoy. Una gestora asumió las riendas del PSOE. Se barruntaban primarias en el horizonte. YSánchez no tenía claro si se quería presentar para liderar de nuevo el partido. El sábado 14 de enero, Patxi López anunció su candidatura.

«La interpretación que cundió en la prensa fue que era un movimiento para disuadirme de concurrir a las primarias», cuenta Sánchez en el libro. «Así lo entendió también un grupo relevante de partidarios míos con los que me reuní en aquellos días en el madrileño barrio de Aluche». Eran treinta. El batallón de Sánchez para recuperar el timón del PSOE.Y allí, entre esas treinta personas, había tres vallisoletanos.La eurodiputada Iratxe García. «En la primera etapa creyeron en mí, y en esta segunda con más vehemencia si cabe». El diputado Javier Izquierdo. «Los más interesados en que la crisis de liderazgo del partido no se prolongara en el tiempo». El alcalde de Valladolid, Óscar Puente, quien dejó clara su postura en aquella reunión de los treinta de Aluche.

Así lo recoge Pedro Sánchez en su libro, en la página 215. Puente le dijo: «Te apoyo por una razón muy sencilla, Pedro, porque quiero seguir siendo alcalde y con esta deriva que lleva el partido pierdo las elecciones.Da igual lo que yo haga como alcalde:si el partido sigue así, perdemos todo». Y las comillas se refieren a una frase que fue así, tal cual, textual. Lo refrendaba Puente ayer por la mañana:«Creo que Pedro tuvo que apuntar lo que dije para que lo recuerde con tanto detalle. Ahí se demuestra mi apoyo claro por él, y también algo que he dicho siempre, desde el principio. Yo no tengo aspiraciones nacionales. Mi mayor aspiración en política era ser alcalde de Valladolid y es seguir siendo alcalde de Valladolid. Y para eso, algo en el PSOE tenía que cambiar. Lo he tenido claro desde el minuto uno», asegura Puente, quien afirma no haber hojeado aún el libro del presidente del Gobierno.

Y eso que Sánchez le regala piropos, le pone como ejemplo de cercanía política. «Óscar representa a todos nuestros alcaldes que pasean por las calles de su pueblo o ciudad y hablan a diario con la gente. En aquellos meses de ebullición, más aún. Recibían la presión directa de sus vecinos, que les decían:'No os voy a volver a votar más'. Están cerca de la gente y de la militancia. Ellos iban a las asambleas del partido y los militantes les decían:'Como no se presente este chaval –que era yo–, me doy de baja'».

Asegura ahora Sánchez que aquel encuentro de los treinta de Aluche (en el que había tres vallisoletanos) resultó «tan discreto que no fue conocido por la prensa», pero que tuvo consecuencias políticas «muy relevantes»: eran personas que «venían de toda España, lo que ya indicaba que mis partidarios habían empezado a engarzar una estructura territorial». Y, además, había diputados con «peso político en el grupo parlamentario». Después de aquella reunión (en la que también estuvieron José Luis Ábalos, hoy ministro de Fomento, o María Luisa Carcedo, de Sanidad)Pedro Sánchez cuenta que se decidió para volver a plantar batalla y presentarse a las primarias, que ganaría cinco meses después.

El 21 de mayo de 2017, «un triunfo abrumador», dice para comentar una foto de aquel día, también recogida en el libro, y donde se puede ver a cincuenta personas celebrando la victoria. Entre ellas, Óscar Puente e Ismael Bosch. Además, hay otro vallisoletano que se convirtió en uno de los grandes apoyos iniciales de Pedro Sánchez. Desde el principio. Antes incluso de presentarse a las primeras primarias del PSOE. Es Carlos Daniel Casares, durante veinte años concejal (de Juventud y Participación Ciudadana) en el Ayuntamiento de Valladolid con Rodríguez Bolaños:uno de los «compañeros que luego se convirtieron en personas a las que quiero en lo personal y valoro en lo político».

Imagen de la llamada de Pedro Sánchez a Telecinco en 2014.
Imagen de la llamada de Pedro Sánchez a Telecinco en 2014. EL NORTE

Jorge Javier Vázquez y el Toro de la Vega

El 17 de septiembre de 2014, a las 18:00 horas, Pedro Sánchez llamó al programa 'Sálvame' de Telecinco para criticar el Toro de la Vega de Tordesillas. Llevaba apenas un par de meses al frente del PSOE, en sustitución de Alfredo Pérez Rubalcaba. «En aquella época, al PSOE se le cuestionaba todo. No estábamos en nuestro mejor momento», recuerda Sánchez en 'Manual de resistencia'. «Uno de aquellos días, yo estaba reunido con varios miembros de mi equipo en mi despacho de Ferraz, y de repente entró uno de ellos y exclamó: ¡Joder, hasta Jorge Javier!'». Relata cómo el presentador de Sálvame, «una persona muy vinculada a la protección de los animales, desde su programa y con su enorme audiencia, nos daba la espalda» por el Toro de la Vega.

«Así me lo explicó una colaboradora», prosigue el relato de Sánchez. «Acaba de decir en directo que va a dejar de votar al PSOE. ¿Por qué?Porque el alcalde de Tordesillas, que es socialista, defiende el Toro de la Vega, y le parece una atrocidad». Y entonces, el hoy presidente del Gobierno, entonces solo líder del PSOE, decide llamar a Telecinco.

«Y así fue como, en cuestión de minutos, estaba hablando con él [con Jorge Javier Vázquez] por teléfono en directo. Soy un gran amante de los animales –tengo una perrita [Turka] y dos tortugas– desprecio el maltrato animal y soy partidario de erradicarlo, no solo porque detesto ver sufrir cualquier ser vivo, sino también porque creo que maltratarlos nos deshumaniza como personas. Por otro lado, a los políticos siempre nos disgusta perder votantes, y más aún perderlos por una discrepancia que en realidad no existe». Así que llamó a 'Sálvame' y se comprometió a presentar una proposición de ley de protección animal, que el PP rechazó. Al colgar con Jorge Javier, Sánchez recibió una llamada de su esposa, Begoña.

«–¿Qué has hecho?– me dijo. ¿Has entrado en 'Sálvame'?

–Sí, por teléfono. ¿Por qué?

–Porque me está llamando gente a mi oficina, a mi empresa, sobre todo mujeres, para felicitarme por lo que has dicho... Que dicen que, si vas a una manifestación contra el Toro de la Vega, ellas van también».

Al mismo tiempo que esas mujeres llamaban a la esposa de Pedro Sánchez, la tía de un amigo telefoneaba al alcalde de Tordesillas, José Antonio González Poncela, quien aquel día en el que Pedro Sánchez criticaba el Toro de la Vega estaba comiendo con su panda La Criba, en plenas fiestas del municipio. «Yo pensé que había llamado al programa seguramente para defenderme. Esos días me habían amenazado de muerte, mi cara estaba en el centro de dianas», recuerda ahora el regidor tordesillano. Luego supo que no fue así, que la llamada no era precisamente para apoyarlo. Ni antes de aquella conversación pública en Telecinco ni con la polvareda posterior hubo palabras entre Sánchez y González Poncela. Hasta el 17 de noviembre de 2017. Tres años y dos meses después.

El líder del PSOE, por mediación de Luis Tudanca(secretario general de los socialistas en Castilla yLeón), convocó al alcalde de Tordesillas a un desayuno en el hotel Novotel. Aquel día, el PSOE celebraba en el Museo de la Ciencia la comisión permanente de la Ejecutiva Federal y Pedro Sánchez lo quiso comenzar con una conversación que tenía pendiente.

«Me pidió disculpas. Me dijo que las hiciera extensivas a la familia, los amigos, la agrupación socialista. Me dijo que se había confundido. Fue claro y conciso. Las acepté al instante. Lo único que eché de menos es que esas disculpas se las pidiera directamente a los vecinos de Tordesillas, que también se sintieron dolidos, y que lo hiciera públicamente, como hizo las declaraciones. Le agradezco mucho el gesto que tuvo, porque no es habitual que un político pida disculpas», dice González Poncela.

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