Valladolid
Javier Marqués, 'el buzo' del Pisuerga: «El fondo del río nunca es igual»Con más de 200 inmersiones a las espaldas en sus aguas, recomienda evitar el baño más allá de la playa fluvial ante una orografía desconocida que puede alcanzar los once metros de profundidad
«En el Pisuerga si sabes nadar no hay peligro. No hay corrientes ni remolinos como los que la gente puede imaginar, el agua siempre ... va hacia abajo, en dirección hacia la desembocadura». Quien habla con la autoridad que aporta la experiencia y el conocimiento del cauce que atraviesa Valladolid es Javier Marqués, también conocido como el buzo del Pisuerga, el que más ha desentrañado sus aguas turbias con más de 200 inmersiones a las espaldas en un cauce que exploró por primera vez en 2006. Cuando habla de «saber nadar», se refiere a «algo más» que ser capaz de «hacer un largo o un ancho» en una piscina.
«Hay mucha gente que se cree que sabe, pero nadar es bracear 2.000 metros y salir nuevo», matiza el buzo, que apunta a que detrás de casos trágicos como el sucedido el pasado lunes, cuando un joven de 20 años murió ahogado mientras se bañaba junto a unos amigos en la zona del embarcadero de Condesa Eylo, suele haber múltiples factores, más relacionados con el desconocimiento del cauce fluvial y la falta de pericia en este tipo de aguas, que con la naturaleza de las mismas.
«Aquí lo que suele pasar es que tú estás en un sitio en el que haces pie, das un paso y hay una poza. Que una poza no es otra cosa que un desnivel de la cota de profundidad del río, lo que supone pasar de repente de un metro de profundidad a lo mejor a tres. Entonces si de repente dejas de hacer pie y no sabes nadar, si no te rescata nadie te ahogas», sitúa Marqués, que advierte también de las diferencias orográficas entre ambos márgenes. «En el derecho, según entras al agua ya cubre bastante, entre dos - en las zonas de menor desnivel - y siete metros. No es como en el izquierdo, que puedes andar un par de metros hasta que te cubre entero».
Marqués advierte de la irregularidad entre ambos márgenes del río, llegando a alcanzar la orilla derecha los cuatro metros de profundidad
Una diferencia de profundidad que puede resultar mortal, si se desconoce la irregularidad entre ambas orillas y si las condiciones físicas no son las adecuadas para afrontar el recorrido. «Ha habido algún ahogamiento porque hay gente que se cruza el río del margen izquierdo al margen derecho, llegan agotados a la otra orilla pensando que van a hacer pie como en el izquierdo y no son capaces de salir», apunta Marqués, que relaciona la mayoría de fallecimientos en el río con el factor humano, en el que también incluye los intentos autolíticos, que son numerosos y que no en pocos casos se consuman.
Solo la zona de la playa fluvial de las Moreras, donde tampoco está permitido el baño por motivos sanitarios dado el nivel de contaminación arrojado en los análisis de agua que lleva a cabo la Consejería de Sanidad anualmente para elaborar el mapa de puntos de baño, es considerada zona segura por este y otros expertos. «Para bañarse yo solo recomiendo la zona de la playa fluvial de las Moreras, siempre que esté autorizado el baño y haya socorrista. Hasta las boyas es una zona lisa, de un metro cincuenta más o menos. Luego ya va bajando muy rápido, sobre todo según avanzas al margen derecho, que alcanza los cuatro metros de profundidad».
Lejos de los márgenes, algunos puntos pueden alcanzar desniveles de once metros, que además varían en su localización en función del nivel freático del río. «Las crecidas influyen en lo que tú te puedes esperar encontrar en un determinado punto», señala el buzo, que apunta a que, en función de cómo venga el caudal, este «tapa o destapa- las pozas-». Lo que supone que el descenso pueda ser distinto en un mismo punto entre diferentes temporadas de baño. «El fondo del río nunca es igual. Hay quien se baña siempre en el mismo sitio, pero si viene una crecida y destapa una poza, puede que en esa zona que era segura ya no hagas pie». Estos puntos críticos, que son «imposibles» de localizar en un mapa, pueden alcanzar hasta los 11 metros de profundidad
Las crecidas arrastran también la maleza sumergida, tales como «árboles caídos, ramas y troncos» también maleza sumergida tales como árboles caídos, ramas y troncos» que pueden llegar a determinar la suerte de una persona que batalla para salir a flote: «nunca se conoce el río. Puede que no haya nada y después de cuatro días la corriente te haya traído un tronco, un árbol». Frente a estos factores, la mejor recomendación es mantener la calma para lograr salir a flote. «Mientras respires despacio nunca te vas a hundir, pero claro, es muy fácil decirlo, hacerlo cuando estás en un momento de estrés es más complicado. Pero hay que intentar mantener la calma para llegar a la orilla o al sitio más cercano en el que te puedas agarrar.
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