Valladolid
Un amigo del joven ahogado en el Pisuerga llegó hasta él pero no pudo sacarlo del aguaEl padre del fallecido, Ghiath Warram, también estaba en la orilla en el momento en el que el joven de 20 años desapareció en el río
La mirada ausente de la madre de Ghaith Warram, el joven de 20 años que ayer murió ahogado en el río Pisuerga mientras disfrutaba ... de una tarde de baño, es representativa del estado de shock que acompaña desde ayer a su familia, que superó unida el horror y la devastación de la ciudad Siria de Alepo, de la que salieron en 2023 y que encontró en Valladolid una nueva oportunidad, la misma ciudad donde el joven ha encontrado un trágico final en las aguas del Pisuerga.
«No era la primera vez que iba al río con varios amigos y solían ir casi siempre a ese sitio», dice la madre del fallecido, completamente devastada por la reciente pérdida de su hijo. Se refiere a la zona del puente de Condesa Eylo, donde Ghiath pasaba la tarde del domingo disfrutando, junto a tres jóvenes más y junto a su padre, Mohamad.
Pasadas las siete de la tarde, Ghiath decidió meterse al agua junto a a otro amigo, «pero no sabemos qué pasó, porque sabía nadar pero comenzó a moverse hacia la izquierda y se alejaba cada vez más», recuerda la familia. En ese momento Ghiath comenzó a ponerse nervioso y fue entonces cuando pidió ayuda para que llegasen hasta él y le sacaran del agua. Al darse cuenta de la gravedad de la situación dos amigos que estaban en la orilla se lanzaron al río para llegar a él lo antes posible. «Uno de ellos llegó incluso a alcanzarle pero no pudo hacerse con él para sacarlo o al menos moverlo hasta la orilla, no hubo manera y desapareció».
«Ha sido traumático para todos. Ghiath gritaba: ¡Ayúdame papá! Ha sido horrible, su padre está en shock desde entonces y la familia entera destrozada por vivir algo tan doloroso», comenta Tharaa, una amiga de la familia, que vive en un humilde piso del barrio de La Rondilla, que no se ha separado de ellos desde ayer y que está haciendo las veces de traductora para agilizar los trámites que conllevan un fallecimiento.
Su hermana Rama sostiene la mano a su madre, quien apenas tiene fuerzas para hablar. Solo niega en silencio con la cabeza. «No hay palabras para explicar lo que están viviendo. Pidieron ayuda lo antes que pudieron y llegó la policía, los bomberos y bueno... al final lo encontraron», dice cabizbaja Tharaa.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.