Inobat quiere tener la fábrica de Valladolid lista en 18 ó 20 meses y ya cuenta con un cliente
La empresa quiere acelerar el proyecto tras los 53 millones recibidos del Perte VEC III y se presenta también a la cuarta edición de estas ayudas
Era 2021, en torno al mes de octubre, cuando en Valladolid se escuchó por primera vez la palabra «Inobat». Una megaplanta de baterías que estaba ... en plena expansión y que pretendía abrir una megafactoría en la ciudad que crearía hasta quinientos empleos. Salió poco después del impacto de Switch Mobility y sus buses eléctricos, que aún siguen en el limbo industrial. Desde entonces han pasado por el Gobierno central tres ministros de industria, ha habido relevo en la Alcaldía de la ciudad y ha habido cambio de Gobierno en la Junta, con cuatro consejeros de tres partidos distintos.
Este lunes, festivo en Valladolid, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado en un foro industrial que se va a dotar a este proyecto de 53 millones de euros para que Inobat se instale definitivamente en la ciudad. «Les anuncio la dotación de 50 millones de euros [sic] para el desarrollo de una nueva gigafactoría de baterías en Valladolid, construida por Inobat Iberia, que va a crear 260 empleos directos, quinientos indirectos, con una inversión total de 700 millones de euros».
La cifra la matizaba justo a continuación Óscar Puente, que no es el ministro del ramo pero sí el que participó durante toda la gestación del proyecto, que aterrizó en Valladolid cuando él aún era el alcalde de la ciudad. «El domingo 15 de enero de 2023 salí a las 4 [de la madrugada] de mi casa camino de Bratislava. Conmigo, la entonces ministra de Industria, Reyes Maroto. Trabajábamos en la implantación de Inobat en Valladolid tras el interés mostrado por esa empresa. Hoy han sido seleccionados en el Perte VEC III y recibirán 53 millones de euros del Gobierno de España. Es bonito ver que el trabajo da resultados. Aunque nunca sea fácil. ¡Feliz día de la patrona de Valladolid!», escribía en su red social favorita.
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Desde que todo empezó hasta hoy, sin embargo, el camino ha sido mucho más complejo de lo que preveían todos los implicados. Incluso el presidente de Inobat, Marian Bocek, se atrevió a pronosticar que la fábrica empezaría a funcionar «en 2025, para alcanzar en 2027 una producción de 32 gigavatios/hora». Ese pronóstico lo hizo en julio 2023. Si actualizamos las fechas, la fábrica debería comenzar a operar en 2027 para alcanzar su máxima capacidad dos años después, en 2029. Eso si los siguientes pasos se dan esta vez sin más demora, dado que el dinero solicitado ya está de camino.
Y es que a partir de aquí, explica el abogado y CEO de la compañía, Eleuterio Gordaliza, todo se acelera. La firma trabaja ya con empresas de ingeniería para el diseño de la fábrica y tiene intención de que la gigafactoría sea una realidad en 18-20 meses. Y no es una promesa vacía: Inobat tiene ya un cliente comprometido. Una multinacional americana y europea que quiere las baterías que se van a fabricar en Valladolid. «Es una gran noticia», señala Gordaliza. «Ahora mismo hay que proceder a todo el desarrollo de la fábrica en cuanto a suelo y edificación se refiere, nos meteremos con ello de manera inmediata».
«Seguimos avanzando en el proyecto», concluye el representante de la compañía. Pero esta vez con velocidad de crucero, se espera, una vez que se cuenta ya con el punto de partida que se necesitaba.
Inobat anunció en su día que pediría 140 millones en ayudas y 60 en préstamos
Lo de los Perte VEC, los «Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica en su modalidad de desarrollo del Vehículo Eléctrico y Conectado», se le ha atragantado a Inobat desde el primer día. Su intención era solicitar 200 millones de euros, según explicaban en los inicios de la andadura: 140 millones en ayudas y 60 en préstamos. Ya había solicitado 120 millones en la primera convocatoria a la que acudieron, pero se les denegó la solicitud. Inobat presentó unas alegaciones que el Ministerio de Industria, con el que explican que existe una sintonía y voluntad de trabajo absolutas, ha resuelto favorablemente. No solo eso, sino que Inobat acudirá también al Perte VEC IV.
El alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero, confiaba en febrero que la solicitud de Inobat se atendiera y que la factoría se convirtiera en realidad. Aseguraba que mantenía un contacto «constante, directo y fluido» con sus responsables. La Junta de Castilla y León firmó un protocolo en diciembre de 2021 junto a una directiva de la empresa y al entonces alcalde, Óscar Puente. El anuncio, sin embargo, ha corrido a cargo del Gobierno y del propio ministro de Transportes y ex alcalde, que en ese mismo mes de febrero, a finales, culpaba a la «atonía absoluta del PP» de que la implantación de Switch Mobility estuviera liquidada «y la otra», la de Inobat, «en serio riesgo».
El suelo, listo
El Ayuntamiento, tras el cambio de manos en la Alcaldía, aprobó en diciembre de 2023 la modificación del Plan General de Ordenación Urbana para poder acoger la factoría en las 85 hectáreas que necesita para alcanzar su máximo potencial. Pero los plazos se han dilatado porque las buenas intenciones y las declaraciones de intenciones chocaron con la complejidad de unas ayudas que son de carácter competitivo y a las que acuden gigantes del sector automovilístico y energético, lo que obliga a afinar en la solicitud. Y con la expansión de una empresa que tenía diferentes objetivos simultáneos en diferentes puntos de Europa. En una de sus visitas a Valladolid, esta vez para reunirse con la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, Marian Bocek dejó claro que la llegada de Inobat dependía en todo caso de hasta dónde estuvieran dispuestos a poner las administraciones: «Depende de la financiación, del apoyo del Gobierno, pero hacemos grandes progresos y tengo muchas ganas de continuar este proyecto», dijo.
Los 53 millones aprobados parecen abrir, ahora sí, el camino para el desembarco definitivo de una empresa que prometía grandes cifras de empleo en Valladolid, tanto directos como indirectos. Sin embargo, la planta no dispondrá desde el primer momento de todo su potencial, sino que contaba con un calendario estimado de implantación y desarrollo que iba desde alcanzar los primeros 8 gigawatios/hora en sus inicios hasta los 32 prometidos por sus impulsores.
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