Incendio en La Victoria: «Las llamas llegaban a mi ventana, podía haber ardido el edificio entero»
El fuego intencionado de 96 sillas de terraza del bar Bambú obliga a desalojar el número 18 de la calle Neptuno y provoca la indignación de los residentes del barrio
«Las llamas llegaban a mi ventana, podía haber ardido el edificio entero». David Mencía, vecino del primero B del número 18 de la calle ... Neptuno, en el barrio de La Victoria, se recuperaba a media mañana de este domingo del enorme susto sufrido de madrugada. Eran las cuatro de la mañana cuando desde la cama comenzó a notar que algo pasaba. El olor a humo le hizo levantarse y fue entonces cuando se percató de la gravedad del suceso. «Esto parecía el coloso en llamas. El fuego hacía mucho ruido, mira cómo están las persianas», indica mientras muestra el plástico retorcido y ennegrecido. Agarró el móvil y el cargador para poder estar comunicado y salió pitando del piso. «Si coge la bombona de queroseno que tengo ahí para la estufa, esto salta por los aires», subraya apuntando a una zona con mirador a la que llegó el fuego y donde almacena el depósito de combustible.
La rápida y efectiva intervención de los Bomberos frenó lo que podía haber sido una tragedia en toda regla. El incendio, todo apunta a que fue intencionado, de 96 sillas de terraza apiladas en un pasaje que une esta calle con la plaza de la Solidaridad, obligó a desalojar el inmueble durante dos horas y desató la indignación en el barrio. «Esto no es vandalismo, esto es algo bastante más serio, se podían haber producido daños personales, esto te encabrona y mucho», subraya Miguel Puga, residente en el tercero B del mismo inmueble.
Él había estado tomando algo con sus amigos por la zona. Llegó a casa y se metió en la cama. «De repente apareció un bombero en la vivienda, tuvieron que reventar mi ventana, porque no me había enterado y cuando bajé a la calle me encontré con todo el percal», relata. «Más que miedo, da rabia porque ha afectado a negocios que son de toda la vida, son amigos», lamenta.
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Uno de ellos es la peluquería Alfredo, situada pared con pared con el pasaje. María San José, propietaria del establecimiento, ha sufrido las graves consecuencias de esta salvajada, que el propio cuerpo municipal reconoce que «pudo tener consecuencias fatales». «Cuando hemos entrado esta mañana, estaba toda la peluquería negra, se nos ha quemado el aire acondicionado y la calefacción, el cuarto de baño está para tirar, no tenemos luz...», enumeraba la empresaria. Logró coger la agenda con los teléfonos de los clientes para avisarles de que, al menos en unos días, no podrán atenderles. «Tenemos gente de pueblos y otros barrios y no sabemos cuándo vamos a poder reabrir», afirmaba. Junto a ella otros vecinos sacaban fotos y señalaban las partes del inmueble tiznadas por el fuego y el humo. «Esto no tiene nombre», coincidían en señalar enojados.
A las 4:10 horas, el Servicio de Extinción recibía la alerta. Cuando llegaron al lugar de los hechos, se encontraron con unas virulentas llamas que salían por ambos lados de la conexión peatonal. Alguien había prendido el mobiliario del bar Bambú, unos elementos que cuando el local cierra se apilan en este espacio. «Esto con un mechero no coge fuego, aquí han utilizado un acelerador o algo», sospechan los residentes.
Los destrozos están a la vista. El pasaje está totalmente calcinado, con el falso techo desprendido y las fachadas del número 18, tanto a la calle Neptuno como a la plaza de la Solidaridad, muestran las huellas del fuego en ambas caras del edificio. Hay cristales de las viviendas rotos y se han derretido algunos marcos de las ventanas y varias persianas.
Marcos Real, del 4º C, también se recuperaba a media mañana del incidente. A través del portero automático atendía a El Norte. «Hemos un pasado momentos de miedo y tensión, yo he oído a una vecina gritar fuego y hemos salido de casa», explicaba. Los Bomberos tomaron el edificio para ventilarlo con urgencia y evitar que el humo afectará a los propietarios. Desplegaron una autoescala y utilizaron un camión autobomba para sofocar las llamas. Dos horas de trabajo y angustia, que, finalmente, se saldaron solo con daños materiales.
La Policía Nacional ha abierto una investigación para intentar dar con el autor o autores de este incendio, que ha alterado la vida del barrio al haberse producido en su plaza más céntrica. De momento, las pesquisas no han dado resultado. El espacio permanece acotado con cintas. Este lunes los peritos de las diferentes compañías de seguros valorarán los destrozos. «Un milagro que se haya quedado solo en un susto», repetía una vecina.
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