El incendio de un bus urbano provoca una humareda visible en todo Valladolid

En cuestión de minutos ese vehículo era un amasijo de hierros en plena esquina de las calles Pío Baroja con Miguel Delibes. Según relatan testigos presenciales, el conductor se percató del humo que salía desde la parte posterior del autobús, lo que propició que los cuatro pasajeros que aún permanecían en el interior se bajaran del mismo.

A partir de ese momento, las llamas devoraron el habitáculo, a pesar de la rápida actuación de los Bomberos de Valladolid que a su llegada solo pudieron completar labores de refrigeración, tanto en el vehículo como en los contenedores que se hallaban a escasos centímetros.

Precisamente, hasta cuatro contenedores quedaron totalmente calcinados, reduciendo a una gran mancha gris tres de ellos.

Asimismo, coches que se encontraban estacionados en la misma esquina del suceso sufrieron también los efectos de las altas temperaturas. Era el caso del de Carlos Bermejo, que se disponía a disfrutar de una tarde de piscina. «He visto las llamas, pero no he llegado a tiempo para retirar el coche. El espejo, las llantas y el lado que estaba más cerca del autobús están destrozados», recalcaba el joven con los papeles del seguro en la mano.

Precisamente, persianas del bloque número 35 de la calle Pío Baroja también han sufrido el calor de las llamas con grandes desperfectos exteriores al estar prácticamente derretidas.

Minutos más tarde del suceso, otro bus de Auvasa ha recogido a los pasajeros del vehículo incendiado para continuar con el trayecto hasta Puente Duero.

Hasta el lugar del incendio también se trasladaron varias dotaciones de la Policía Local y de la Nacional.