Los hospitales de Valladolid aplazaron 87 cirugías programadas durante el apagón

«Los hospitales y centros de salud de Castilla y León han regresado a la normalidad tras el corte de luz vivido ayer en toda España, gracias a la implicación de todos los profesionales y a la comprensión de los ciudadanos», destacan desde el equipo del consejero Alejandro Vázquez. Los centros hospitalarios reponían en la mañana de este martes el gasóleo que gastaron los generadores y permitió contar con electricidad durante un apagón total e inédito.

La previsión es que los pacientes afectados por esas suspensiones de cirugías sean atendidos con brevedad. También afectó ese funcionamiento en modo crisis a consultas y pruebas diagnósticas, pese a que sí se mantuvo más actividad en estos ámbitos. En el Hospital Universitario Río Hortega se atendían pacientes con normalidad en consultas y radiología dos horas después del corte de fluido eléctrico. La Consejería de Sanidad calcula que los especialistas dejaron de atender en consulta a un 15% de los pacientes citados y en las zonas de pruebas diagnósticas esos fallos fluctuaron entre el 20% y el 30%.

«Los hospitales están procediendo a la reprogramación inmediata de las intervenciones quirúrgicas, consultas y pruebas diagnósticas que no pudieron ser realizadas por falta de electricidad». Esa puesta al día abarca a los centros de salud con documentos clínicos que no pudieron registrase el lunes.

Por hospitales, las cirugías suspendidas se reparten en el mapa de Castilla y León con 18 en Segovia, Ávila y Burgos, 10 en Zamora, 5 en Soria y Aranda de Duero, 7 en Palencia y en Ponferrada, 22 en Salamanca y 40 en León, a las que se suman las 87 que operaciones aplazadas en el Clínico de Valladolid, el Río Hortega y Medina de Campo. Únicamente el Hospital Santiago Apóstol de Miranda de Ebro no aporta intervenciones al listado de las incidencias de quirófano que dejó el apagón.

Desde la Consejería de Sanidad resaltan que los generadores alternativos funcionaron correctamente. «Saltan automáticamente cuando hay cortes de luz», explican. Eso propició que, en una jornada con horas de falta de fluido eléctrico, se pudiera mantener la actividad más sensible: cirugías en marcha y urgentes, unidades de Cuidados Intensivos, áreas de Reanimación, respiradores, incubadoras, monitores cardiacos... «Aunque hay instalaciones que se quedaron sin luz en alguna zonas, estos cortes no han afectado a la asistencia crítica, ya que se reserva la energía para esto casos», remarcan.

El apagón provocó problemas de conexión que afectaron a la usabilidad del programa informático con el que trabajan los profesionales de Atención Primaria en los centros de salud, el Medora, que impedían conectarse a la historia clínica de los pacientes y que se extendieron al programa de la receta electrónica, el Recyl. En este último caso se ofreció a las pesonas que lo necesitaban receta de papel.

Algunos centros de salud funcionaron con generadores de electricidad facilitados por los ayuntamientos, aunque también los hubo sin esa posibilidad y con una atención de urgencia, que no reflejó incidencias en la asistencia.

La reorganización del trabajo durante la jornada del apagón se efectuó desde el Centro Coordinador de Urgencias y Emergencias de Sacyl. Se agrupo el servicio de ambulancias en los hospitales y centros de salud para facilitar su activación con el apoyo de patrullas de las policías locales y se envió dispositivos con oxígeno a residencias de mayores y centros que los necesitaban, además de habilitar puntos de electricidad para los pacientes que necesitan el uso de óxigeno en su domicilios.