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Apagón en Valladolid
Los grupos electrógenos salvan la actividad en los hospitales durante el apagón«Mi médico se ha enterado del apagón cuando he entrado en consulta y le he dicho lo que pasaba fuera». El comentario de una paciente que tenía cita en el Hospital Universitario Río Hortega ilustra la burbuja de 'normalidad' con la que los centros hospitalarios de Valladolid han afrontado el apagón general que ha paralizado el país. En esa consulta, lo que notaron el facultativo y la enfermera fue que se encendió la luz de emergencia fugazmente. Luego volvió la normalidad en un suspiro. Había entrado en funcionamiento el generador para hacer frente a las emergencias energéticas.
Los grupos electrógenos de respaldo han permitido contar con suministro eléctrico en estos centros sanitarios, que son instalaciones altamente sensible. Se activan automáticamente, según explican fuentes de la Consejería de Sanidad, con un protocolo de prioridades para optimizar el gasto. Siguen las intervenciones con los pacientes que ya estaban en quirófano y se paralizan nuevas entradas salvo que sean urgentes. Servicios como las unidades de Cuidados Intensivos y Reanimación tienen prioridad total.
En el Río Hortega, sobre las dos de la tarde, se vivía normalidad. Escaleras automática funcionando, pacientes entrando y saliendo de consultas y pruebas diagnósticas, la cafetería con clientela haciendo cola para el menú del día -con alitas o rape en salsa americana- y la cocina a pleno rendimiento como quedaba constancia por el aroma a pescado y la sección de Atención al Pacientes, termómetro de posibles incidencias, prácticamente vacía, con una pareja de ciudadanos esperando en la antesala.
El apagón no interrumpió siquiera el funcionamiento de puesto de extracción de sangre que se habíamontado este lunes en unos de los altillos de la primera planta que da al vestíbulo general. Recogían bártulos al filo de esa hora tras una actividad normal en las donaciones.
Hasta las máquinas expendedoras de bebidas y cafés instaladas en los pasillos y el quiosco de prensa y libros funcionaban como un día cualquiera.
En el Hospital Clínico Universitario de Valladolid, la situación fue similar. Saltaron los generadors y se activó el protocolo para encarar una situación de caída de la electricidad. Se priorizaron las atenciones de riesgo vital y las más urgentes y se redujo otro tipo de actividad para ahorrar consumo eléctrico.
Fuentes de la Consejería de Sanidad destacaban avanzada la tarde del lunes que los hospitales de la comunidad habían mantenido la activida esencial y de urgencias a través de los grupos electrógenos, suspendiéndose asistencias que no presentaban esa catalogación. Eso afectó a operaciones programadas, cirugías que se volverán a citar en cdo se puedan reprogramar.
Una normalidad, a la espera de la evolución y el tiempo que dure la caída de la red eléctrica general y los problemas con las comunicaciones telefónicas e Internet.
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