Valladolid
Hermanos al rescate en el Pisuerga por casualidadMarcos y Nicolás Sánchez, uno policía y el otro bombero, coincidieron el sábado en el río para salvar a una joven que se había caído al agua
Cada vez que les preguntaban de niño qué querían ser de mayor, la respuesta de Marcos y Nicolás Sánchez siempre fue la misma: policía y ... bombero. Se sacan cinco años, pero los dos hermanos lo tenían claro. Y lograron su sueño en su Valladolid natal. Uno con chaleco antibalas y pistola y el otro con el traje ignífugo, siempre para ponerse al servicio de la ciudadanía vallisoletana. Lo que no sabían de pequeños es que este sábado, a última hora de la tarde, iban a coincidir en una intervención con final feliz. Hasta el punto de que estuvieron trabajando hombro con hombro sin casi darse cuenta para rescatar a una joven que se había caído al río a la altura de la pasarela del Museo de la Ciencia.
Su testimonio es el del trabajo bien hecho sin importar que compartan sangre. Porque en plena intervención «fuimos compañeros».
Los hechos discurrieron sobre las 21:00 horas del sábado. Inicia el relato Marcos, policía municipal de Valladolid, después de que, junto con su compañero de patrulla, les entrara el aviso de que una persona se había caído al Pisuerga. «Llevábamos una tarde repleta de avisos y de un lado para otro. Solo sabíamos que una persona intentaba salir del agua, pero que no podía», describe Marcos.
Entraron con el coche por la calle Turina y a la carrera llegaron hasta debajo de la pasarela. Allí se toparon con la joven. «Estaba sujeta a una de las patas del puente. Intentaba subir por la pendiente del dique, pero no podía. Sabíamos que lo mejor era un rescate acuático, así que la intentábamos tranquilizar porque ya sabíamos que los bomberos estaban a punto de llegar», continúa el agente.
Pérdida de conocimiento
Pero a los «30 segundo», la chica perdió el conocimiento. «Primero se quedó bocarriba, pero se dio la vuelta con la cabeza sumergida», describe. Así que Marcos y su compañero de patrulla no dudaron en tirarse al agua tras desprenderse del chaleco antibalas, entre otros enseres. Valoraron las corrientes y su propia integridad física y a pesar del riesgo no dudaron en actuar. «Nadé unos metros hasta alcanzarla y la ayudé a que sacara el agua que podría haber tragado y recuperó el conocimiento», prosigue.
Con la joven estabilizada, los dos policías municipales arrastraron a la chica hasta el mismo dique. «Ahí ya hacíamos pie y optamos por esperar a la llegada de los bomberos», remarca Marcos.
No pasaron ni dos minutos y un mando de los Bomberos de Valladolid ya les tranquilizó al decirles que ya estaba entrando un equipo al agua. Y así fue, Nicolás junto a un compañero, con los trajes de neopreno, hizo acto de presencia en ese punto. «Me asomé al dique y no sabía que era mi hermano el que estaba allí con la joven. Ya cuando estaba hombro con hombro me di cuenta. «Sabía que estaba trabajando de tarde -por Marcos-, pero no que estuviera en ese preciso instante», recoge el testigo de la declaración Nicolás.
Con un protocolo marcado, los bomberos calmaron a la joven. «Al acercarnos vimos que estaba consciente y a flote», prosigue.
«Entras en dinámica, te pones en modo de trabajo y no te das cuenta si está tu hermano»
Entre los dos policías y los dos bomberos completaron un rescate satisfactorio antes de ser derivada a los equipos de emergencias sanitarias. «Entras en dinámica, te pones en modo de trabajo y no te das cuenta si está tu hermano. En ese momento lo que piensas es que tienes que cumplir con tu deber y que estás haciendo tu trabajo. No piensas en lo personal», agregan bombero y policía por igual. «Sí que tranquiliza escuchar una voz familiar, porque llevaba ya mucho tiempo en el agua», puntualiza Marcos.
No fue hasta que la joven entró en la ambulancia cuando llegaron esos abrazos y el orgullo de haber compartido una experiencia inolvidable. Porque aunque no es la primera vez que se encuentran en una misma intervención en Valladolid, sí que es la primera de un gran calibre. «Alguna vez hemos coincidido, pero en otros asuntos como por ejemplo darnos prioridad de tráfico en alguna emergencia», recuerda Nicolás, que como bombero ya le había dado algún consejo del río.
«Esta zona en la que se metió mi hermano no es de las más peligrosas al hacer un poco de remanso. Ahora estamos en verano y viene menos agua, pero el río siempre es peligroso. No sabes lo que te vas a encontrar», detalla Nicolás, que al igual que su hermano agradece recíprocamente el la profesionalidad del colectivo del que forman parte. «Agradecer el trabajo del servicio de bomberos por mi parte, que para mí es un cuerpo de élite del Ayuntamiento de Valladolid. Siempre saben lo que tienen que hacer en cada momento y que ojalá se siga teniendo este tipo de coordinación, trabajo y relación afectuosa. Tanto si somos hermanos como si no, porque aunque no se sean hermanos de sangre, para el resto de compañeros se tiene ese sentimiento también», concluye Marcos.
Palabras que suscribe su hermano Nicolás respecto a la Policía Municipal de Valladolid.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión