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La Feria de Día empieza sus bodas de plata con fuerza, quince casetas más y lleno
Ayuntamiento y hosteleros se fijan como reto que el año próximo las barras cuenten con «una copa de vino» diseñada ex profeso
Quedaban 17 horas para la inauguración oficiosa y en Martí y Monsó ya había gente acodada en la barra de las casetas de laFeria de ... Día. Quedaban 16 horas para la inauguración oficial y en Recoletos ya era casi imposible encontrar una silla libre en esas mesas de terraza que rellenan los intersticios entre las casetas. Quedaban 15 horas para la inauguración oficial y en los aledaños de la Plaza Mayor ya era casi imposible hacerse un hueco para pedir.
Que dice Jaime Fernández, el presidente de los hosteleros vallisoletanos, que la primera noche, la previa a la inauguración oficial, fue un éxito.
Pero ya se sabía.
Cuando llegó la inauguración oficial, con el alcalde y los concejales con el mandil puesto, esta vez en la calle Cardenal Cos, junto a la Catedral, la Feria de Día ya sonreía satisfecha.El buen tiempo de la noche anterior, más templado que dentro de algunos locales en los que el aire acondicionado se vuelve polar, y las ganas de fiesta se aunaron para empujar a los vallisoletanos a la calle y, de paso, a las barras. A 3,50 el pincho de Ferias y con mucho más donde elegir.Porque este año, apuntó Jesús JulioCarnero, alcalde de Valladolid, hay quince casetas más. Y hay una zona más, que se recupera, para poder expandir el restaurante a cielo abierto y que se pueda caminar y pedir con cierta holgura, si es que eso es posible en unas fiestas que han comenzado con un llenazo. En SantaCruz vuelve a haber barras y pinchos, al pie de la sede del Rectorado, donde el jueves aún se daban unos retoques mientras se empezaban a colocar las bebidas.
«A tope», resumía Jaime Fernández. Bastaría con eso para dar por inaugurada oficialmente una Feria de Día consolidada como uno de los referentes del programa cada año, equiparable al pregón, el desfile, los fuegos artificiales, la alfombra floral para la patrona, los toros o los conciertos de la Plaza Mayor y sus crónicas de Víctor Vela en El Norte. Fiesta, luego caseta. Fiesta, luego pincho. «Y sin ningún incidente reseñable», matizaba. A la chavalada que inundó Recoletos, Santiago y la Plaza Mayor, en el sentido más literal de la palabra inundar, calimocho en mano, calimocho en pistola de agua, calimocho en camiseta, le dio tiempo a ir a casa, sacarse el pestazo a vino chorreante y regresar al cachondeo. Mientras, los del servicio de Limpieza se entregaban con sopladoras, barredoras, hidrolimpiadoras y camiones a dejar Recoletos reluciente mucho antes de que llegara la medianoche.
«Se ha demostrado que la Feria de Día es uno de los principales atractivos del programa», presumía Jaime Fernández, que se felicitaba por la uniformidad de las casetas, por su afán de mejorar la atención a las personas con movilidad reducida con esa barra plegable lateral «prioritaria» y «por el tema de los vasos y los platos».
Este año hay 85 casetas más.«Con la que está cayendo», dice, y se refiere a los costes cada vez más altos, aunque también podía referirse a la que está cayendo en general, porque los costes de la vida suben para todos, también para el que acude a pedir a la barra.
Veinticinco años de la Feria de Día dan para todo esto y para pedir más. Fernández pone un objetivo:«Volver a los barrios, que siempre es difícil, pero es un reto». Y Jesús JulioCarnero pone otro: «Conseguir una copa de vino».
Que no es un brindis al sol, nunca mejor dicho, sino un recado directo a la responsable de la Concejalía Eventos yMarca Ciudad. «Cuando acabe la Feria, y la concejala Blanca Jiménez lo sabe, tenemos que empezar a trabajar a ver si somos capaces ya de conseguir esa misma uniformidad de las casetas en la copa.Valladolid es vino y tener una copa distintiva, reutilizable, que no sea de cristal, pero hay materiales que pueden permitirlo, hará que consigamos una mayor uniformidad en la Feria de Día».
Una calle tan estrecha, casetas mediantes, como CardenalCos, el escenario para probar las barras accesibles para las personas con movilidad reducida era ideal. Fran Sardón, presidente de CermiCastilla y León (Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad), hizo los honores junto al resto de los concejales. «En esta Feria de Día todas las casetas son accesibles, tienen una barra prioritaria para personas con movilidad reducida», explicaba Sardón. Y hacía hincapié en lo de «prioritaria». «Las pueden usar todos los ciudadanos, pero son prioritarias para las personas con movilidad reducida». A partir de aquí entra en el civismo de cada cual respetar esa prioridad igual que se respeta, en general, la prohibición de aparcar en zonas reservadas a personas con discapacidad. «Es la Feria de Día más accesible de la historia de las fiestas de Valladolid». Lo que es igual que decir que es la más accesible en 25 años. Un regalo de cumpleaños que también apunta a éxito consolidable.
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