La fiebre de los pepinillos más virales de internet llega a Valladolid

Son pocos los establecimientos que disponen de una amplia variedad de estos producos. Y los que los ofrecen, constatan su venta casi inmediata. Así ocurre por ejemplo en La Casa del Dulce, de La Cistérniga, cuya propietaria, Nuria Salvador, está siempre pendiente de las novedades: «Con los influencers y las redes sociales como TikTok e Instagram cada semana se viraliza un producto y hay que estar pendiente para poder ofrecerlo rápido», señala.

Primero fueron los Prime -bebidas energéticas y rehidratantes- que sacó Ibai Llanos en uno de sus vídeos y se convirtieron «en un furor para los más jóvenes, a partir de 9 años», después llegó la revolución de los Sonny Angels -pequeñas figuras coleccionables de bebés con gorritos que se originaron en Japón- y ahora los pepinillos gigantes con vinagre de sabor. «Los hemos repuesto ya varias veces y siempre tardan muy poco en agotarse. Hay cuatro modelos: de ajo, eneldo, picante y avinagrado. Están muy buenos y son enormes», confiesa Nuria Salvador.

Muchos de estos productos virales se fabrican fuera de nuestro país y a veces no es tan sencillo conseguirlo unidades. «Por suerte tenemos buenos distribuidores de aquí de la zona y cada vez que veo algo nuevo en redes sociales o vienen preguntando mucho por ello les pregunto si pueden conseguirlo», confiesa la propietaria. Aunque todavía no se han atrevido a explorar demasiado en mundo de las redes sociales con el quiosco, «de vez en cuando publico algo que nos ha llegado nuevo en Facebook o en los estados de WhatsApp y enseguida vienen los niños a preguntar acompañados de sus padres».

Las chuches liofilizadas también han sabido hacerse un hueco entre los lineales. Se trata de chuches que han sido congeladas a muy bajas temperaturas muy rápido y después son secadas con calor durante horas en una máquina liofilizadora. Al hacerlo al vacío, a este método se le llama sublimación. «La mayoría aumentan su tamaño lo que las hace muy impactantes visualmente además de que su textura cambia completamente, volviéndose más crujientes como si fueran una galleta y se potencia el sabor en cada bocado, ya que se disuelven rápidamente en la boca», concluye Nuria Salvador.