Muere en Valladolid un niño de dos años atragantado con anacardos

La presencia de cuerpos extraños en la vía respiratoria del niño no es una patología frecuente, pero cuando ocurre puede tener consecuencias graves, incluido el fallecimiento, según alerta la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), que recuerda que hay que tener especial precaución con los niños entre uno y cuatro años, y, aunque con menos incidencia, con los de entre los 9 y 12 años.

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La mortalidad por este motivo se ha cifrado en nueve casos por cada 1.000 accidentes respiratorios por cuerpos extraños en niños. Concretamente, durante el año 2000, fue la causa de 160 muertes y de más de 17.000 consultas a los servicios de urgencias en niños menores de 14 años en Estados Unidos. Asimismo, la muerte por asfixia secundaria tras la aspiración de cuerpos extraños es la cuarta causa más común de muerte accidental en general en España y la segunda causa de muerte doméstica, que además es evitable.

Los cuerpos extraños ingeridos suelen ser frutos secos o semillas, así como también partes de juguetes o piedras, mientras que en el segundo pico de incidencia entre los 9 y 12 años es más frecuente la ingesta de capuchones de bolígrafos, pilas de botón u objetos metálicos.