Expertos de la UVA monitorean las nubes de gases del volcán de La Palma
La erupción les pilló en un observatorio de Tenerife. Insisten en que la nube «está lejos de afectar a la Península ibérica»
El viernes regresaron cuatro investigadores del Grupo de Óptica Atmosférica (GOA) de la Universidad de Valladolid todavía con la imagen en la retina ... de la interacción de los gases del volcán Cumbre Vieja sobre la puesta de sol en el Observatorio de Izaña (Tenerife) a 2.371 metros de altura. Y en el recuerdo el olor de los gases y el dolor de los palmeros que se deposita en el ambiente, igual que las cenizas en el parabrisas del coche con el que cruzaron La Palma.
Como expertos en la medición de aerosoles atmosféricos llegaron a Tenerife para avanzar en los sistemas de control del polvo sahariano. La erupción trastocó sus planes. «Nos enteramos nada más aterrizar. En pocas horas preparamos equipo junto con el personal de AEMET (Agencia de Meteorología) porque es una situación en la que las medidas en tiempo real son fundamentales», explica el físico y miembro del GOA Carlos Toledano. Este grupo de la UVA es una referencia mundial y colabora con la NASA americana y con la red europea (AERONET) para suministrar información de sus trabajos.
Cogieron un ferry a La Palma, cruzaron la isla y lograron colocar un fotómetro a 10 kilómetros del volcán. «Nos puede dar información sobre la cantidad de partículas en la atmósfera», avanza Toledano. El fotómetro mide la interacción de esas partículas con la radiación solar. Junto a él se colocó un ceilómetro para calibrar su estructura vertical. No es la primera vez que radiografían un volcán. Ya se enfrentaron al islandés Eyjafjajjajokull que en 2010 bloqueó con sus cenizas el tráfico aéreo de toda Europa.
Aún sin los datos de sus máquinas, Toledano se muestra muy prudente sobre la gran pregunta. ¿Llegarán las cenizas a la península, habrá lluvia ácida? Considera que se han lanzado avisos sin información concreta. «Todo tiene bastante incertidumbre porque la emisión no es constante ni en intensidad, ni en altura, concentración, composición, etc», insiste este físico, que, en todo caso, cree que la nube «está lejos de llegar a la Península de momento. Sin embargo, sí que afecta al resto de Canarias».
En lo que sí confían él y el resto del GOA es en que su labor ayude a despejar incógnitas como esta en un futuro cercano. «Los datos que intentamos proporcionar, junto con la AEMET,deberían ayudar a mejorar las predicciones, junto con las medidas de los satélites». Desde la UVA seguirán monitorizando La Palma con su programa de vigilancia de los aerosoles volcánicos mediante técnicas radiométricas: la radiación solar y lunar. Solo así se podrán hacer en el futuro predicciones más veraces de riesgos de lluvias ácidas.
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