Valladolid, piedra sobre piedra
La iglesia vallisoletana donde está enterrado un general del ejército napoleónicoLa Iglesia de San Pedro Apóstol conserva en su interior uno de los escasos camarines que se construyeron en la capital
Situada en el número 10 de la calle Real de Burgos, la Iglesia de San Pedro Apóstol se levantó sobre una antigua ermita dedicada a ... Santo Toribio de Astorga. Se tiene constancia de su existencia desde finales del siglo XII. La mención más antigua data del 13 de septiembre de 1278, día en el que el canónigo Ferrán Domínguez ordenaba en su testamento que, tras fallecer, se entregara «a la obra de Sant Pedro cinco moravedis». En el siglo XIV ya era parroquia. En su interior se venera uno de los crucificados góticos más antiguos de la provincia de Valladolid, además de una de las imágenes devocionales y procesionales que ha gozado de mayor arraigo en la ciudad: el Cristo de la Espiga. De madera policromada, la escultura se fecha hacia el tercer cuarto del siglo XIII. Tiene el pie izquierdo desclavado de la cruz, según la tradición, consecuencia de un milagro realizado por este Cristo. El crucifijo posee un tamaño superior al natural. Antiguamente se sacaba en procesión siempre que los campos se veían amenazados de alguna plaga o cuando se temía esterilidad por falta de agua.
El actual edificio se construyó entre 1571 y 1634. La cabecera se finalizó en 1578 y el coro alto se completó en 1634, bajo la dirección de Juan de Répide, encargado también, veinte años después, de la ampliación del desaparecido Convento de San Francisco. En el siglo XVIII hubo otras importantes reformas: en 1748 y en 1759, momento en el que el maestro de obras Antolín Rodríguez añadió el camarín detrás del Cristo de la Espiga, uno de los escasos camarines que se construyeron en la ciudad. Esta sencilla estructura de dos pisos pasa totalmente inadvertida al exterior. Es una pequeña pieza rectangular cubierta en sus lados por bóvedas de cañón decoradas con yeserías con motivos geométricos con líneas quebradas. Se accede a ella a través de una escalera que parte de la sacristía. En 1890 fue cegado, perdiendo su función el ventanal que permitía que el Cristo recibiera un baño de luz desde sus espaldas.
De fachada modesta, de piedra y ladrillo, su portada adintelada herreriana está coronada por una hornacina de San Pedro. En 1950 se añadieron las dos espadañas. El interior es de una sola nave con pilastras toscanas y bóvedas de cañón decoradas con yeserías, crucería estrellada en la cabecera y coro alto con yeserías en los pies. El retablo mayor, de estilo barroco, muestra a San Pedro en la cátedra. A los laterales se sitúan San Juan Bautista y San Antonio de Padua.
Otra de sus curiosidades es que, en su vestíbulo, está enterrado un oficial del ejército napoleónico: Jean-Pierre Firmin Malher. En el mes de marzo de 1808, durante la Guerra de Independencia, este general francés falleció en Valladolid durante unos ejercicios de tiro realizados en el Campo de San Isidro. Un soldado disparó accidentalmente la baqueta de su fusil hiriendo de muerte al militar. «Tuvo lugar su sepelio el día 15 inmediato, después de los funerales que se celebraron en la misma iglesia, siendo acompañado el cadáver por toda la oficialidad del ejército francés acuartelado en Valladolid, desde el palacio de la Excma. Señora Marquesa del Arco, en la calle de Herradores, hoy de Alonso Pesquera, donde se hospedaba», cuenta Casimiro García Valladolid en su obra «Valladolid, sus recuerdos y grandezas». Su nombre figura en el Arco de Triunfo de París. La tumba está marcada por una calavera sobre fondo negro.
La próxima semana
La Iglesia de la Inmaculada Concepción de María, ejemplo vallisoletano de la arquitectura religiosa de la posguerra.
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