La iglesia vallisoletana dedicada al Papa de los milagros
El templo, ubicado la Plaza Porticada de Girón, es el mayor edificio del barrio
Construida íntegramente en ladrillo, la iglesia de San Pío X se encuentra ubicada en el número 41 de la Plaza Porticada del barrio Girón. Levantado ... dentro del proyecto del barrio, uno de los primeros barrios sociales que se edificaron en Valladolid a principios de los años cincuenta del siglo XX, el templo fue diseñado por el arquitecto salmantino Julio González Martín, autor, entre otros, en la capital vallisoletana, de la Iglesia de la Inmaculada Concepción de María. Es el mayor edificio del barrio. Con planta de cruz latina, orientado el ábside hacia el oeste, posee dos torres circulares rematadas en punta en los pies, flanqueando la puerta principal y una mayor a modo de campanario junto a la cabecera.
El arquitecto tomó como modelo la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, en Rueda, «para realizar un ejercicio de abstracción en el que los elementos principales, como las torres cilíndricas, se mantienen y los elementos ornamentales se simplifican y conceptualizan. El interior es de una sobriedad monacal, como correspondía al momento, construida con el mismo baldosín y las mismas bóvedas catalanas que todo el barrio, con una fuerte presencia de luz directa. Llaman la atención el coro, galería y púlpitos en listones de madera que no figuran en el proyecto original y aparentan corresponder a una reforma más reciente», señalan María Jesús González Díaz, Fernando Frau Olmedo y José Luis Sáinz Guerra en un artículo sobre el barrio publicado en la revista 'Anales de Arquitectura'.
El templo está dedicado a San Pío X, conocido como el Papa de los milagros. A Pío X se le adjudicó la capacidad de realizar milagros durante su pontificado, como la curación a través de la imposición de manos y el ver el alma de las personas. Una de las historias más conocidas ocurrió durante una audiencia papal cuando Pío X sostenía en sus brazos a un niño que padecía parálisis. Al soltarlo, según se cuenta, el pequeño comenzó a correr por la habitación. El cardenal Ernesto Ruffini, quien fuera arzobispo de Palermo, contó a los investigadores durante la recopilación de testimonios para la causa de canonización del pontífice que visitó al Papa después de ser diagnosticado con tuberculosis. Pío X le dijo que volviera tranquilo al seminario y se solucionaría. Días después, se curó sin explicación.
Consagrada en 1958, nunca ha dispuesto de campanas. Hacia el sur se abre un soportal hacia la plaza, por donde se realiza el acceso diario al edificio. En su interior custodia una pequeña imagen de Santa Águeda. Exceptuando tejados, pintura y otros arreglos solamente ha experimentado el cambio de un dibujo en el ábside por un pequeño retablo del siglo XVIII.
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