El difícil puzle de la lista del PP para el Ayuntamiento de Valladolid

Los populares echan cuentas. Saben que si quieren gobernar tienen que absorber como mínimo los tres ediles que ahora tiene Ciudadanos, lo que les dejaría en 12 de 27, y esperar a ver qué ocurre con Vox y con los votos perdidos. Que Valladolid Toma la Palabra esté en trámites de aglutinar el espacio que queda a su izquierda, y con los actuales concejales -María Sánchez, Alberto Bustos y Manuel Saravia- dispuestos a seguir si la asamblea se lo permite, no es una buena noticia. Significa que el voto zurdo más allá del PSOE puede mantenerse estable y obliga a PP y Vox -Ciudadanos se da por amortizado- a convertir las papeletas en concejales, sin poder permitirse un resbalón en los restos. Si Vox araña votos pero no los transforma en más ediles, la suma se puede quedar corta.

La terna de cabezas de lista parece, a estas alturas, más reducida. Jesús Julio Carnero, el favorito en las encuestas internas, se ausenta 'motu proprio' salvo que Feijóo ordene y mande, lo que no parece plausible después de que haya hecho público su deseo de que sean los barones territoriales los que decidan qué fichas colocan en cada provincia. Mercedes Cantalapiedra asegura que no sabe nada, que hay tiempo, que sigue enfocada en su labor en el Senado y otras frases de argumentario rutinario. Es, sin embargo, una de las posibilidades más arraigadas conforme pasan las semanas. Y el partido ha demorado de finales de octubre a finales de año la proclamación de sus candidatos en Castilla y León, mientras capitales como La Coruña ya saben desde hace meses quién se batirá en las urnas. El paralelismo, en este caso, dice mucho: desde finales de julio se conoce que el senador Miguel Lorenzo buscará recuperar la Alcaldía coruñesa de manos socialistas en una ciudad de 244.000 habitantes.

Pilar del Olmo, que preside el Grupo Municipal en el Ayuntamiento, parece un poco más alejada de la posibilidad de repetir, mientras que Ignacio Tremiño, director general en la Comunidad de Madrid con Isabel Díaz Ayuso, se alza como una vía alternativa.

A partir de aquí, todo lo demás son incógnitas. Conrado Íscar, presidente provincial del PP y de la Diputación, tiene el antecedente de Jesús Julio Carnero y de Ramiro Ruiz Medrano, quienes llegaban al sillón de la Diputación desde sus puestos como ediles rasos en el Ayuntamiento de la capital. Con la excepción del primer mandato de Ruiz Medrano, cuando arribó desde la Alcaldía de Renedo. Conrado Íscar, siguiendo esa lógica, debería entrar en un puesto de salida, una decisión que se tomará en el PP autonómico, con Jesús Julio Carnero, su predecesor, como hombre fuerte.

Si se coge el organigrama del PP en la provincia, el coordinador general, Rodrigo Nieto, además presidente de Nuevas Generaciones en Valladolid, debería ocupar un puesto de salida. Ahora mismo, con la recolocación del grupo, es el número 3, después de haber entrado en la papeleta de 2019 con el 6. Pero también, según ese organigrama, habría que acomodar a Víctor Alonso, vicepresidente de la Diputación, hombre de confianza de Conrado Íscar para confeccionar las candidaturas en la provincia y alcalde de Fombellida, que ocupa la vicesecretaría de Organización del partido. A mayores, en todas las listas posibles figura como obligada la presencia de Francisco Blanco, a quien en el partido consideran un futuro candidato a la Alcaldía y un valor a proteger. Otro de los que han sonado en los últimos tiempos como aspirantes a candidato es Eduardo Carazo, aún diputado en el Congreso, cuyo futuro habrá que dilucidar.

A esta lista le faltan, como es obvio, mujeres. En 2019 el PP incluyó a 14 féminas y 13 hombres, aunque 7 de ellas en los últimos diez puestos, sin opciones reales de ejercer como concejales. Y sobre todo gente que aporte renovación en el Grupo Municipal, algo que no se dio en 2019, con un cartel plagado de ex altos cargos de la Junta en los primeros puestos.