Hace ahora diez años
El próximo jueves se cumple una década de la muerte de Miguel Delibes
El próximo jueves se cumplirán diez años de la muerte del novelista Miguel Delibes. Ocurrió en la madrugada del 12 de marzo, viernes, de ... 2010. Cuando solo le faltaban al escritor siete meses para su nonagésimo aniversario.
No he querido pasar por alto la fecha, si bien lo que ahora estamos conmemorando, en este año de 2020, es el centésimo aniversario de su nacimiento. Y en ello sigo en estas mis 'horas' de paseos y charlas con el escritor.
Y recordará el lector que terminaba mi 'hora' del pasado domingo preguntándole a Miguel por qué había recortado el título de su novela 377A, madera de héroe, suprimiendo del mismo la letra A y el número adherido a ella.
– Pues porque me he dado cuenta de que el título puede resultar un pequeño galimatías. Por lo del número y la letra, digo.
– A mí me resultan muy significativos. Eran el número y la letra que te asignaron en la Armada, y que era una manera de despersonalizar al individuo. Tú ya no te llamas Miguel Delibes, te llamas 377A. Número y letra que, además, son la antítesis de lo que sigue después: 'Madera de héroe'. ¿Cómo un héroe se va a llamar con tres cifras y una letra mayúscula?
– Que sí, que lo que tú quieras. Y además ese fue el sentido que quise darle al título, al contraponer heroísmo y anonimato. Pero tengo el presentimiento de que no poca gente ha dejado o va a dejar de comprar la novela por miedo a entrar en una librería y no acordarse o decir erróneamente el numerito de marras. Un lío, amigo Ramón, un lío. Además 'Madera de héroe' suena bien, es suficiente. (¡El proverbial sentido común de Delibes!)
De tres a quince sílabas
Los títulos de los libros de Miguel Delibes. Para él muy importantes. Al último de todos ellos, el de su postrera novela 'El hereje', le dio muchas vueltas. Dudó en titularla de varias maneras. Al final se quedó con dos opciones: 'Historia de un hereje', o simplemente 'El hereje', con el que apareció en portada finalmente.
También en otros relatos le entraron dudas al novelista a la hora de cerrar el título definitivo. Por ejemplo en 'El príncipe destronado', publicada en 1973. En el manuscrito original consta como epígrafe «El fabuloso mundo de Quico V». A mis pesquisas y preguntas me respondió también Miguel Delibes:
– Sí, lo titulé primero como acabas de descubrir en el manuscrito. Era un juego de palabras, basándome en el orden que el niño protagonista ocupaba entre sus hermanos. Pero pronto me di cuenta de que no sonaba bien, y hasta resultaba un tanto pretencioso.
Pero lo más llamativo, en la forma de titular Miguel Delibes es que pasa de lo conciso a lo extenso. Buen ejemplo lo tenemos ya si comparamos la primera novela, 'La sombra del ciprés es alargada' (1948), con la última, 'El hereje' (1998): once sílabas la primera, cuatro sílabas la última. Ocurre con frecuencia en la titulación delibeana. 'El camino' (cuatro sílabas), frente a 'Viejas historias de Castilla la Vieja' (doce). O 'La hoja roja' (cinco), frente a 'El disputado voto del señor Cayo' (doce). O 'La mortaja' (cuatro), frente a 'Señora de rojo sobre fondo gris' (once).
Aunque el récord de concisión frente a prodigalidad lo ostenta Delibes con estos dos títulos: 'Las ratas' (1962), de tres sílabas; y 'Cartas de amor de un sexagenario voluptuoso' (1983), de quince.
– Salen así –contestó el novelista a mi curiosidad–, no es que yo me proponga de antemano esta o la otra dimensión. Lo único que busco en mis títulos es que sean expresivos y significativos. ¡Y que no embarullen al lector con letras y guarismos en clave, como el 377A!
- ¡Ah...!
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