Cristina Catalina: «Hay cerca de 150.000 personas en duelo por las muertes de la covid-19»
Aula de Salud de El Norte de Castilla ·
La psicóloga Cristina Catalina Fernández considera que muchos profesionales sanitarios sufren ahora de un estrés postraumático por su trabajo en los hospitalesLa recuperación llevará tiempo, porque las consecuencias de la pandemia no son solamente físicas, también se observan consecuencias emocionales que sufre, tanto la sociedad en su conjunto como los individuos que la forman. Unas consecuencias que deben atenderse, con daños que pueden ser graves, pero también con la esperanza de que muchas personas reaccionen mediante un cambio y una adaptación a las nuevas condiciones, según indicó en el Aula de Salud de El Norte de Castilla la psicóloga Cristina Catalina Fernández. El Aula de Salud, que se desarrolló en directo a través de la plataforma de al web elnortedecastilla.es cuenta con el patrocinio de Grupo Hospitalario Recoletas y Gullón.
«El miedo es un mecanismo de defensa que nos prepara y dispone en alerta frente al peligro»
Cristina Catalina Fernández es psicóloga especialista en Psicología Clínica vía P.I.R. Licenciada en Psicología por la Universidad Pontificia de Salamanca (2003-2008) obtuvo en el curso 2007-2008 el Certificado de Aptitud Pedagógica. Cuenta con formación específica como Psicóloga Interna Residente (PIR) en el Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid que desarrolló entre los años 2011 y 2015 y también con formación en psicopatología y psicoterapia de adultos, niños y adolescentes. La formación en infancia y adolescencia la obtuvo en la Sociedad Española de Psiquiatría y Psicoterapia del Niño y del Adolescente en Madrid entre los años 2014 y 2016.
Cuatro fases
Fernández centró su intervención, bajo el título de 'Aspectos emocionales en tiempo de pandemia' sobre las distintas fases por las que atraviesan las personas desde el inicio de una de estas situaciones y enumeró cuatro fases, la primera basada en la indiferencia y la curiosidad. «Que fue lo que ocurrió cuando supimos que había una enfermedad en China, y quizá luego, en Italia» dijo. Hay suficiente distancia física como para que se vea lejano. Todo cambia con la segunda fase, en la que aparece el miedo y se produce también un tiempo para la organización. «Lo que ocurrió cuando vimos que se acercaba. El miedo es un mecanismo de defensa que pone alerta ante un peligro» comentó. Y fue cuando, por ese temor, se produjeron los momentos de acaparamiento de productos y de alimentos» explicó la experta durante su charla.
Especiales coronavirus
Y llegó el confinamiento
La tercera de las etapas está caracterizada por el sufrimiento y recordó la psicóloga la frase de Albert Camus «Toda la cuestión estaba en impedir que el mayor número de hombres muriese y conociese la separación definitiva», por eso es en este momento cuando pueden verse síntomas de ansiedad en las personas por lo que sucede, pero también síntomas obsesivos con los cuidados físicos, con la limpieza, con la higiene... y hasta síntomas psicosomáticos que hacen que, quienes los padecen sientan auténticos procesos físicos. Incluso en los casos más graves, se pueden observar síntomas postraumáticos y depresivos. Indicó en este sentido cómo muchos profesionales sanitarios, sobre todo los que han estado más relacionados directamente, no con la fase final de las personas y en cuidados paliativos, sino lo intensivistas, sufren en la actualidad de un estrés postraumático ocasionado por la angustia de no haber podido salvar a algunas personas que han tratado y por el hecho de haber conocido realmente la vulnerabilidad de haber puesto su vida en peligro real», comentó.
«Hemos pasado por una fase obsesiva de rigurosos rituales de limpieza casi exahustivos.Es lo normal, casi un efecto social»
En la cuarta fase, tras admitir y superar lo anterior, comienza un proceso que pasa desde la incredulidad a la aceptación y comentó que cerca de 150.000 personas en España, en función de la cifra de fallecidos por la enfermedad, siguen en fase de duelo. No han tenido la oportunidad de llevar a cabo una despedida emocional del difunto, en ocasiones ni siquiera una despedida previa o una última charla y tampoco han tenido ocasión de desarrollar un ritual funerario.
La soledad de los mayores
Cristina Catalina Fernández dedicó la parte final de su intervención a responder a las preguntas de quienes siguieron la charla en direto a través de nortedecastilla.es y aclaró así que es lógico que haya quien en estos momentos tenga sensación de temor por la vuelta al trabajo, sobre todo de quienes se encuentran de cara al público «y que es normal que puedan sentir enfado» frente a conductas que puedan entender como inadecuadas para reducir la pandemia. Una de las consecuencias emocionales de la pandemia es la sensación de soledad que ha acompañado a los pacientes que han sufrido esta enfermedad en hospitales, en residencias de mayores o en sus domicilios. «Se han sentido muy solos, frente a un hecho, el de la enfermedad, que tiene uno de sus principales paliativos no solo en los cuidados, también en sentirse acompañados, atendidos, cuidados. Debemos acompañar más a nuestros mayores», concluyó.
La muerte y los niños
Sin tabúes. La psicóloga Catalina Fernánez se mostró partidaria de que a los niños no se les oculte el fenómeno de la muerte, ni en el caso de personas cercanas, ni tampoco en el ámbito general. «Los niños deben de entender tres conceptos:por una parte, que la muerte supone la cesación de todos los procesos de una persona, que tiene un carácter universal, o sea, que nos ocurre a todos y finalmente, que los efectos que provoca son para siempre.