El criador de halcones juzgado por estafa asegura que tuvo que regalar las aves porque el intermediario de un sultán de Dubái no las recogió

La Audiencia de Valladolid ha dejado visto para sentencia el juicio por supuesta estafa y falsedad documental en la venta de 13 halcones. El acusado, A. E. R. F., un veterano criador vallisoletano, ha asegurado al tribunal que F. M. el intermediario del sultán con el que acordó la compra de los ejemplares, utilizó un treta para demorar la entrega en Dubái con el fin de devaluar el precio de las aves a medida que se acercaba la temporada y así forzarle a vender por menos precio del estipulado. La defensa sostiene que los compradores retrasaron «de manera espuria los permisos de importación para forzar a mi cliente a aceptar un precio menor» y que su cliente «hizo las gestiones necesarias para poder proceder a su exportación y se pusieron a disposición del denunciante para que los recogiera», lo que no ocurrió y «se vio obligado, tras un plazo más que amplio, a desprenderse de ellos a fin de evitar el gasto, poder utilizar las instalaciones para la cría de la siguente temporada y asegurar a los halcones un destino digno«.

La acusación particular, que pidió en sus conclusiones provisionales que se le impusiera una pena de siete años de prisión, solicitó finalmente al tribunal que se le condene a dos años de prisión, que es la misma pena que reclama la Fiscalía para el cetrero, a quien se acusa de un delito de falsedad documental en concurso con otro de estafa procesal, según han informado fuentes jurídicas. Además, solicitan el pago de una multa de 3.600 euros y el abono de los 18.300 euros al comprador de las rapaces como responsabilidad civil. El defensor ha pedido la libre absolución para su representado, quien insiste en que el estafado fue él.

Los hechos se remontan a marzo de 2016, cuando F. M. A., a través de otro criador de Aranda de Duero, se presentó como representante de un sultán de Dubái en el centro de cría de halcones que el acusado detenta en Tudela de Duero y se interesó por varios de los halcones. Finalmente se acordó la venta de 13 ejemplares (seis hembras y siete machos) al precio de 18.300 euros. Pero las rapaces nunca llegaron a su destino. Según declaraciones del criador recogidas por Europa Press, la operación se truncó cuando el intermediario del sultán, F. M, comenzó a renegociar a la baja la adquisición de las aves y también por las discrepancias sobre quién tendría que costear los cerca de 6.000 euros que suponía el porte de la 'mercancía' hasta Emiratos Árabes.

El acusado mantiene que la falta de acuerdo hizo que pasaran los meses y que la temporada de exportación estuviera ya muy avanzada, con lo que se vio obligado a dar salida a las aves para evitar que estas se echaran a perder en el criadero y para reducir los costes de mantenimiento, de ahí que parte de ellas se las regalara a un amigo cetrero y otras las vendiera en el mercado local para cubrir gastos.

«Llevo treinta años trabajando en este negocio y jamás he tenido un problema con nadie», ha sostenido A.R, quien, secundado por su esposa en calidad de testigo, ha asegurado que incluso se puso en contacto directo con el sultán y este le respondió que se trataba de un negocio de Faisal. «Al final, se pasaban la pelota entre ellos«, ha denunciado el criador de halcones, cuya esposa ha añadido que no entregaron los 18.300 euros al comprador «porque nunca los reclamó».

Además del delito de estafa, el criador está acusado de un delito de falsedad documental por haber presentado una factura falsa por la compra de los halcones en contestación a la demanda que F. promovió en un procedimiento civil en el Juzgado de Primera Instancia 14 de Valladolid. En dicha factura, según determinó un perito calígrafo, A.R. modificó los números del precio e incluyó conceptos no acordados.

La demanda fue estimada y el juzgador declaró resuelto el contrato de compraventa y condenó al criador a pagar a Faisal los 18.300 euros, al tiempo que dedujo testimonio contra él por presentar un documento falso en un procedimiento civil.

El denunciante, F. M, no compareció en el juicio, que ha quedado visto para sentencia.