La comida a domicilio, de moda en Valladolid: 2.400 negocios incorporan el teleservicio

De forma más concreta, el 65% de los establecimientos hosteleros de Valladolid, de un total de 4.800 (según las estimaciones que maneja la agrupación provincial), ya entregan platos elaborados a domicilio. Es decir, unos 3.120. Antes de que la covid arrasara con todo lo hacían unos 720. E irá –prevé Hernández– a más. «Creo que viene para quedarse; sí que es verdad que las limitaciones no las vamos a tener, pero queda mucho para que volvamos a una normalidad económica, para que los negocios vuelvan a facturar como antes», sostiene la representante provincial del sector, quien atribuye este incremento a que «a la gente no le ha quedado otra que buscar diferentes canales para llegar al cliente». «Si no podían venir a consumir porque los locales estaban cerrados y las barras clausuradas, el servicio de comida a domicilio ha sido una opción para llegar a ellos y ha ayudado a que muchos no cerrasen», añade. La gran mayoría, en torno al 90%, son pequeñas y medianas empresas.

Ella misma ha vivido en primera persona ese 'boom'. Reconoce que antes de la pandemia ya entregaba pedidos a domicilio, pero lo hacía solo con una entidad de reparto. Desde hace unos meses trabaja con tres. «Decidimos, como muchísimos otros compañeros, que no podíamos quedarnos en casa, así que nos metimos en la cocina y la gente respondió muchísimo. Tanto, que hemos contratado otras dos más», dice, al tiempo que resalta que «lo notamos mucho porque pasamos de no tener ingresos a tenerles». «Si trabajas bien, si tienes clientes, puede suponer el 30% de la facturación», desvela.

No permite este modelo de negocio cubrir «todas» las necesidades de empresas y empresarios, pero sí pagar gastos y «mantenerse». De hecho, contratar una plataforma de reparto –por la que se decanta la gran mayoría– supone el 30% de la cuantía que el negocio hostelero se llevará por dar salida a cada uno de sus platos por esta vía. «Se llevan en torno al 30% del precio; compensa si tienes mucho volumen de ventas. Si tienes poco, es posible que o no te compense o que lo mires como una promoción de tu local, porque la verdad es que te da mucha visibilidad», argumenta María José Hernández.

Si algo tienen claro los hosteleros vallisoletanos es que la crisis sanitaria ha cambiado la forma de trabajar. Ahora deben aportar un «valor añadido» a su oferta, personalizar cada producto para que el usuario se sienta «único». «Hay que tener en cuenta que la hostelería todavía tiene al 20% de los trabajadores en ERTE; si queremos volver a recuperar cierta normalidad, vamos a tener que aportar algo más a los negocios, que puede ser precisamente el servicio de comida a domicilio, la recogida en local, una alimentación más saludable... Una serie de cosas que hacen que el sector esté mucho más diversificado que antes», continúa la Hernández.

Por otra parte, cree que el verano será «bueno». Pero considera que el invierno traerá consigo una «dura» crisis económica. «Va a ser complicado, todo lo que se avecina es una realidad y para volver a esa normalidad tendremos que tocar todos los palos», cuenta, mientras subraya que no descarta retomar el proyecto de crear una plataforma propia para que los asociados a Apehva canalicen por ahí sus pedidos antes de entregárselos a sus clientes en sus casas.

«Intentamos hacerlo, es bastante complicado y no lo hemos podido desarrollar de momento, está todo en 'stand by', aunque sí que es verdad que todo el mundo nos hemos apuntado a todas las plataformas que hay. De momento no hay nada pero está ahí».