Consolidar plantillas y avanzar en la investigación, retos de los aspirantes a rector de la UVA

Los cuatro candidatos al Rectorado de la Universidad de Valladolid llegaron con sus equipos, con los mensajes claros y con un cierto nerviosismo que, en algunos casos, se tradujo en tensión. En un debate electoral como el celebrado en la Hemeroteca de El Norte de Castilla es inevitable que los aspirantes a desbancar al rector acaben por conformar, siquiera inconscientemente, un bloque opositor al que Daniel Miguel trató de responder con datos que avalaran su labor durante estos cuatro años.

Antonio Largo, Ángel Marina, Agustín García Matilla y Daniel Miguel sí coincidieron, sin embargo, en una cierta visión de conjunto en lo tocante a una serie de dificultades que se unen entre sí. El envejecimiento del profesorado y la inestabilidad de las plantillas puede llevar a medio plazo a un deterioro severo de las cifras que dibujan la labor investigadora. Esto, a su vez, se refleja de modo rotundo en los rankings nacionales e internacionales y otorgan a la UVA una imagen negativa que redundaría, a largo plazo, en un menor atractivo para los estudiantes y sus familias.

Por eso, la consolidación de las plantillas de profesorado y lo relativo a la investigación centran gran parte de los mensajes lanzados por los cuatro candidatos. Daniel Miguel expuso los avances en los programas de investigadores predoctorales y posdoctorales y reclamó la creación de una figura de contratación laboral que permita a las universidades comenzar a adecuar sus plantillas, cuajadas de asociados a tiempo parcial, como destacó Antonio Largo. Ángel Marina achacó a este equipo rectoral y a muchos de sus predecesores un inmovilismo basado en las medidas a corto plazo, mientras que García Matilla volvió a tirar de su especialidad (es catedrático en Comunicación) para reclamar para la UVA una mayor movilidad y proactividad a la hora de comunicar sus hallazgos y logros a la sociedad.

En el turno final de réplica y conclusiones, Daniel Miguel se mostró duro con sus contendientes, a los que acusó de «proponer a veces con un cierto desconocimiento de los límites», como en el caso de ciertos aspectos que regulan la Consejería de Educación o incluso el Gobierno central.

Antonio Largo opuso en este caso como crítica que «se han perdido cuatro años para fortalecer las plantillas de profesorado y de administración y servicios» y coincidió con Ángel Marina en que es necesario pensar en un modo de recuperar los estudiantes perdidos en los últimos años. García Matilla abogó por acabar con la dispersión en algunos de los servicios de la UVA, desde la investigación -donde coincidió con los demás candidatos- hasta la comunicación.