Confunden un ataúd que iba de Oviedo a Valladolid para un entierro con otro de la capital asturiana
El funeral estaba previsto a las 13:30 horas en Hornillos de Eresma, un pueblo a 10 kilómetros de Olmedo, cuando un familiar se dio cuenta al abrir el féretro de que el fallecido no era su hermano
Miriam conde
Valladolid
Sábado, 9 de noviembre 2019, 16:24
Todos los habitantes de pueblo de Hornillos de Eresma estaban reunidos la mañana del sábado a las 13:30 horas en la Iglesia de San Miguel Arcángel. El coro, el organista, el párroco, vecinos y familiares estaban preparados para presenciar la misa funeral y el entierro de su vecino Jesús Ángel Revueltas de 59 años –conocido como 'el guaje' en el municipio– que había fallecido el pasado viernes en Oviedo, lugar en el que actualmente residía junto a algunos de sus familiares. La funeraria asturiana que realizó el primer servicio trasladó al difunto el día anterior en un coche fúnebre a Olmedo para su posterior entierro en Hornillos de Eresma, a 10 kilómetros de Olmedo, municipio donde Luis Ángel Revueltas había vivido gran parte de su vida.
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La noche del viernes, varios familiares pasaron la noche velando al fallecido tras la llegada del cuerpo en el coche fúnebre que transportaba al fallecido desde Oviedo, aunque nadie se percató de la confusión ya que el féretro estaba cerrado. Únicamente un trabajador de la funeraria vio al fallecido para observar que estuviese en buen estado, pero él no conocía personalmente al fallecido, por lo que se limitó a comprobar que estuviese indemne.
El incidente ocurrió poco antes de la hora de la inhumación, cuando un familiar del fallecido abrió el ataúd en torno a las 13:00 horas en la funeraria de Olmedo para darle el último adiós a petición de varios miembros de la familia. Al no reconocer a su hermano, dio aviso a la funeraria de Oviedo –lugar del error– para conocer el verdadero paradero del fallecido.
La funeraria asturiana encargada del traslado llevó al sujeto de la confusión hacia Oviedo para llevar a cabo el intercambio de ataúdes y enterrar a los fallecidos en la localidad correspondiente. Una vez en Oviedo, fueron los trabajadores de la propia funeraria quienes localizaron al vecino de Hornillos de Eresma en la capital asturiana e irrumpieron en el velatorio del otro funeral para dar el aviso a la segunda familia implicada.
Tras el correcto intercambio, el coche fúnebre emprendió rumbo por segunda vez hacia Hornillos de Eresma para oficiar la misa del vecino del municipio vallisoletano a las 17:45 horas en la Iglesia de San Miguel Arcángel.
A finales de octubre se produjo un suceso similar cuando un féretro con destino a Valladolid acabó en Cáceres por un error de la funeraria. La empresa contactó con la sede de Madrid y comprobó que se había producido una confusión y que el ataúd de Extremadura había sido enviado en realidad con destino a Valladolid, mientras que a Cáceres había llegado otro con el cuerpo de la persona que tenía que ser enterrada en la ciudad castellana y leonesa. En este caso, los dos coches fúnebres que trasladaron los cadáveres se intercambiaron los cuerpos en Navalmoral de la Mata.