La UVA organiza un concurso escolar para captar vocaciones ingenieras femeninas

Es un problema nacional. No hay suficientes mujeres en los grados de ingenierías. Ni en Industriales, ni en Telecomunicaciones, ni en Informática. Los porcentajes son muy pequeños y contrastan de un modo abrumador con los relacionados con Ciencias de la Salud, donde el número de mujeres es muy mayoritario. La Real Academia de Ingeniería tiene entre sus objetivos prioritarios reducir esa tremenda brecha de género en sus estudios y ha auspiciado un programa dedicado por entero a ello. De ahí nació el año pasado un concurso celebrado entre escolares de Madrid. Concretamente, entre jóvenes de 12 a 16 años, puesto que son las edades a las que se escogen las opciones que desembocarán en unos estudios u otros.

La Universidad de Valladolid es participante activa en todas estas iniciativas. Celebran jornadas sobre Mujer e Ingeniería, en las que sus doctorandas exponen sus investigaciones; mentorizan a alumnas, acuden a los centros escolares... A la primera oportunidad que han tenido, los responsables de la Escuela de Ingenierías Industriales han decidido trasladar a los campus de la UVA (Valladolid, Segovia, Palencia ySoria) el certamen que se creó el año pasado en Madrid. «Está enfocado dentro de la línea de mujer e ingeniería para fomentar vocaciones tecnológicas a los chavales pero dando un empujón más a las chicas», comenta Esperanza Alarcia, vicedecana de la Escuela.

Los centros que deseen inscribirse deben formar equipos mixtos de entre seis y ocho componentes, y la finalidad del concurso es realizar un proyecto, con un 'Kit Techmi' que incluye herramientas de robótica y programación educativa, con un fin social. «Es para chavales de 12 a 16 años. Se trata de que formen equipos y con un kit robótico tipo Lego desarrollen un proyecto en el que el kit tenga un determinado fin social. Una de las razones por las que se piensa que la ingeniería no llama a las chicas es que lo ven alejado del fin social, parece que eso lo identifican más con ciencias de la salud. Por eso lo que desarrollen debe tener ese componente».

Por ahora la respuesta de los institutos es tibia. Cuentan ya con uno de Segovia y hay otros cinco confirmados y varios que tratan de ultimar los equipos a tiempo. «Hemos puesto el mínimo en diez equipos y el máximo en 15, porque es el primer año. Tienen de plazo los institutos hasta el 31 de enero», señala Alarcia. Los materiales, esos kits Techmi, los facilitará la propia Real Academia de Ingeniería, que tendrá un papel muy destacado a lo largo de todo el proceso. Eso incluye los premios, que serán visitas a centros tecnológicos nacionales y, si la financiación lo permite, también internacionales. El año pasado un grupo pudo visitar las instalaciones del CERN (Organización Europea para la Investigación Nuclear) en Ginebra, por ejemplo.

«Para desarrollar el proyecto las chicas mentorizadas el año pasado van a tener asignado un equipo y van a colaborar con ellos a desarrollar el proyecto», señala Esperanza Alarcia. Estas jóvenes estudiantes de último curso de grado o de máster en Ingeniería que recibieron asesoramiento de profesionales con puestos de responsabilidad en empresas. Ahora, a su vez, se convertirán en asesoras de los equipos participantes.

La Feria de Ciencia Sostenible, que organizará el Parque Científico de la UVA en mayo, será el escenario en el que se podrán ver los proyectos realizados por los equipos participantes. «La feria siempre tenía un concurso entre los institutos y hemos pensado en lanzar este, que es un poco más ambicioso. El resultado lo presentarán en la feria, elegiremos a los tres finalistas y harán una presentación en la fase final del concurso en julio, en la primera semana», después de los exámenes.

El concurso tiene otro aliciente que resulta muy atractivo para los estudiantes, y es que el proceso de creación del proyecto debe documentarse a través de un vídeo. «Los alumnos tienen que ir grabando vídeos para generar uno que subirán a Youtube con el proceso de lo que han hecho. La difusión del proyecto importa», señala Alarcia.

El porcentaje de mujeres en las diferentes ingenierías se mueve entre el 10% y el 20%, una tendencia que se mantiene casi inamovible y que se intenta revertir desde la UVA propiciando una mayor atracción de las niñas hacia las cuestiones técnicas en edades cada vez más tempranas.