El colegio de Arturo Eyries recupera la normalidad al ralentí con solo 18 de los 83 alumnos en clase
La familia del niño apaleado pedirá una orden de alejamiento y cree que las dos menores investigadas han podido salir del país
«Mi hija viene por la calle mirando hacia atrás y preguntando si van a a venir estas chicas», explicaba este jueves por la mañana ... el padre de una alumna del colegio público Jorge Guillén, en Arturo Eyries, cuyas aulas van recuperando al ralentí una relativa normalidad después de que los propios profesores del centro hayan llamado una a una a las familias de sus 83 estudiantes para convencerles de que regresen a clase una vez modificados los protocolos de entrada y salida.
Si el martes, al día siguiente de que dos hermanas de 15 y 17 años apalearan presuntamente a un niño de 10, fueron solo tres los alumnos que acudieron al centro público y al día siguiente fueron cinco, este jueves han sido 18 los estudiantes que han ido al colegio. «Nadie nos garantiza nada, pero entendemos que sí se confirma que esta familia si ha ido del barrio, el lunes volverán a clase la mayoría de los alumnos», apuntaban un grupo de padres.
Los alumnos, desde el martes y en adelante, han sido recibidos hoy por sus profesores y la directora del colegio público a las puertas del centro situado en la avenida de Argentina. Los propios docentes recogen a los niños y les acompañan personalmente hasta sus aulas desde la misma verja. Y el proceso se repite después a la salida, donde los profesores entregan a los alumnos a los padres en la verja de la entrada principal. «Ha sido un tema muy fuerte y nuestros hijos siguen asustados, pero lo que queremos es que puedan venir a clase tranquilos», reiteran los progenitores.
«Nadie nos garantiza nada, pero si se confirma que la familia se ha ido, el lunes volverán a clase nuestros hijos»
Fuentes de la Consejería de Educación han apuntado hoy que «el colegio está trabajando para reconducir la situación en coordinación con la Inspección y la Dirección Provincial de Educación» sin que hayan adoptado medidas excepcionales ante un absentismo, justificado por los progenitores por la ausencia de medidas de seguridad en el centro, que aún ronda el ochenta por ciento. Los alumnos que sí han acudido hoy a clase (18) han sido recibidos literalmente con abrazos por sus profesores antes de acompañarles a sus correspondientes aulas.
La normalidad, en paralelo, también ha vuelto a las calles del barrio después de que los vecinos del bloque en el que reside la familia de las dos hermanas detenidas por la agresión hayan confirmado su marcha del domicilio. Tanto es así que fuentes de la familia de la víctima apuntan a que es posible que, incluso, hayan podido salir del país. El abogado de los padres del niño agredido, en cualquier caso, ha mostrado hoy su intención de pedir una «orden de alejamiento sobre el menor por parte de las dos investigados para evitar que puedan acercarse a su domicilio o al colegio en el que estudia».
El letrado de la familia, a su vez, ha reiterado su intención de presentar ante el juez de menores, junto a la petición de las adopción de la citada medida cautelar, los mensajes recibidos por la madre del niño a través de las redes sociales en los que las dos hermanas detenidas se abrían burlado presuntamente de las lesiones causadas al menor y amenazado con volver a golpearle, además de jactarse de que se encontraban en libertad. La causa contra ellas será tramitada, en principio, por la comisión de un delito de lesiones graves con instrumento peligroso.
Las dos menores investigadas se negaron a declarar durante su comparecencia en la Comisaría
Las dos sospechosas, que inicialmente justificaron de manera espontánea que golpearon al menor porque acosaba a su hermana pequeña (de 10 años y compañera de la víctima, si bien posteriormente se negaron a declarar ya en la Comisaría antes de quedar en libertad con el beneplácito de la Fiscalía de Menores a la espera de un futuro juicio.
La familia de la víctima, conforme al testimonio del propio niño, asegura que la brutal agresión pudo tener su origen en un incidente en el patio del colegio, ocurrido la semana pasada, en el que el chico habría dado con un balón a la hermana de las después detenidas. Sea como fuere, lo cierto es que decenas de testigos (padres y alumnos del centro) presenciaron cómo el lunes las dos sospechosas, de 15 y 17 años, abordaban al menor dentro de las instalaciones del centro escolar y le golpeaban en la cabeza con un palo astillado de una cortina que, al parecer, estaba rematado con un bola metálica. El pequeño sufrió dos brechas en la cabeza y múltiples hematomas por su cuerpo. El abuelo de otro alumno, que medió para parar los golpes, también sufrió lesiones en los brazos.
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