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Cecilio Santiago Díez y Felisa Pastor, en la residencia Villa del Tratado de Tordesillas.
Coronavirus en Valladolid. «En cinco días pasó de tener fiebre a morir»

«En cinco días pasó de tener fiebre a morir»

Cecilio Santiago, de 88 años, falleció el 28 de marzo en la residencia Villa del Tratado de Tordesillas por el virus, que contagió también a su mujer

Jueves, 14 de mayo 2020, 07:06

Yni el olvido borrará la huella de ese recuerdo que llega hasta la muerte». Quieren Luis Carlos Santiago y su familia que esa frase figure en la lápida de su padre, Cecilio Santiago, de 88 años, que falleció el 28 de marzo en la residencia Villa del Tratado de Tordesillas como consecuencia del coronavirus. Pero el estado de alarma y las medidas sanitarias están impidiendo de momento visitar a familiares en cementerios y realizar tareas de embellecimiento y cuidado en sus tumbas y nichos. «Hace mes y medio que nos dejó sin avisar y fue un golpe duro para todos, pero para nosotros sigue estando muy presente a todas horas y lo estará siempre. Recordaremos su buen carácter, su sentido del humor y también su cabezonería... Todo esto era y mucho más, por eso siempre estará en nuestro pensamiento», señala Luis Carlos al hablar de su padre, que llevaba dos años en esa residencia con su mujer, Felisa Pastor, de 87 años, desde que esta se cayó y se partió la cadera y quedó con secuelas en la columna. Primero estuvieron en Arroyo tres meses, pero «salió la posibilidad de esta residencia y cambiaron en mayo de 2018», apunta Luis Carlos, que empezó a preocuparse cuando el 21 de marzo salió en este periódico la noticia de contagios en el centro.

«Intenté conectar con la residencia, y sobre las 14:00 horas pude hacerlo. Me dijeron que mis padres estaban bien, y a las 16:00 horas me llamó el director para confirmármelo. El 23 de marzo me llamaron para decirme que mi padre tenía fiebre y que le iban a dar paracetamol, yo les dije que procedieran como creyeran. Toda la semana estuvieron tratándole con antibióticos. El 27 de marzo me comentaron que seguía con antibióticos y que en breve se lo quitarían, y el día 28 se murió», recuerda con dolor Luis Carlos, crítico con la forma de actuar de la residencia en lo que atañe a la información ofrecida.

Un «infierno» de días

«Imagino que la residencia no quería salir mal reseñada en los medios de comunicación, pero en vez de tapar la situación que tenían, deberían haberla difundido lo más posible», asegura Luis Carlos, quien, como el resto de su familia, tiene sensación de impotencia. «Esos días fueron un infierno», recalca.

«El 29 de marzo fue cuando se produjo la intervención de la Junta en la residencia, y a partir de ese momento todo fue bastante más transparente y sí recibimos más información», agrega el menor de los dos hijos de Cecilio Santiago (tiene una hermana mayor). «El 7 de abril dio positivo mi madre y apenas tuvo síntomas, así estuvo hasta el 20 de abril, que le dieron el alta pero sin hacerle pruebas que confirmaran el negativo», apostilla Luis Carlos.

«Mi padre se ha muerto y ya no podemos hacer nada, pero queda allí mi madre. Lo pasamos muy mal con mi padre, pero también con mi madre. Yo entiendo que cuando murió mi padre estaban agobiados, porque tenían ochenta residentes y la mitad del personal de baja, pero ellos tenían que haber entendido nuestra situación. El 8 de marzo fue el último día que vi a mis padres, a mi madre le han dicho que a mi padre se lo habían llevado al hospital, pero el día 30 se lo dijo mi hermana. Mi madre está mal, ha perdido a la persona con la que compartía su vida desde hace casi 70 años y además no puede ver a sus hijos. Pensábamos que se me moría de pena, no del virus», agrega Luis Carlos.

Cecilio Santiago Díez, natural de Villanueva de los Caballeros, fue agricultor y tuvo también algo de ganadería (ovejas y cerdos de recría). Residió casi toda la vida en esta localidad vallisoletana al límite con Zamora, al igual que Felisa Pastor, con quien se casó en 1956 y se hicieron una casa en el municipio con la herencia de un abuelo. «Antes vivían en otra casa en la misma calle», rememora Luis Carlos Santiago, al tiempo que recuerda esos veranos en que ayudaba a su padre en el campo, cuando la recolección de cosecha.

«Mi padre fue una persona muy conciliadora y dialogante, que trataba siempre de mediar», hace hincapié el hijo del octogenario Cecilio Santiago Díez, que fue el último alcalde predemocrático de Villanueva de los Caballeros. «Fue también socio fundador de la cooperativa de comercialización de lechones Videca, iniciativa que fue una magnífica herramienta de impulso y defensa del ganado porcino, que carecía de protección y ayudas por parte del Estado», afirma Luis Carlos Santiago, que destaca también de su padre su participación en la Asociación de Jubilados de Villanueva de los Caballeros y, «de esto no hace tantos años», su ayuda al párroco del pueblo como monaguillo.

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