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Prueba de una valla protectora para camiones de hasta 44 toneladas en las instalaciones de Cidaut en Mojados. Fran Jiménez
Cidaut cumple 25 años con 38 patentes y sedes en Boecillo, Mojados, Alemania y México

Cidaut cumple 25 años con 38 patentes y sedes en Boecillo, Mojados, Alemania y México

La Fundación supera la crisis para consolidarse con 175 trabajadores y una facturación de 17,36 millones en 2018

Antonio G. Encinas

Valladolid

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Domingo, 6 de octubre 2019, 10:58

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En el salón de actos del edificio cuatro de Fundación Cidaut en el Parque Tecnológico de Boecillo, se escucha un golpetazo. Se siente, además. Es uno de los artefactos que sirven para realizar pruebas de impacto en vehículos. De cuando en cuando, mientras se repasan las imágenes de un cuarto de siglo de vida, o se pronuncian los discursos, interrumpe otro 'bum' sordo. El edificio, aclaran, aguanta en pie. ComoCidaut, que ha alcanzado los 25 años a pesar de que en algún momento de su trayectoria la viabilidad de esta fundación sin ánimo de lucro llegó a peligrar.

Entre 2013 y 2016, este centro tecnológico de I+D que se originó en 1993-1994 vivió una caída drástica en el número de proyectos. De los más de 300 ingenieros que llegó a tener –321 fue el máximo– a quedarse por debajo de la mitad. Juan Carlos Merino, su director y uno de los que formaron parte de su creación desde que solo era una idea, contaba a El Norte en 2016 que el pico de facturación se alcanzó en 2007 y 2008, con en torno a 35 millones de euros. De la creatividad de sus ingenieros, formados en la Universidad de Valladolid, en la que Cidaut hunde sus raíces –Merino y el subdirector, Francisco Tinaut, son catedráticos de la Escuela de Ingenierías Industriales–, han surgido ideas que se han convertido en empresas derivadas, lo que se conoce como 'spin-off'. Cidaut estuvo detrás, también, de la creación del Foro de Automoción de Castilla y Léon.

Ahora, 25 años después de iniciada la aventura, se observa una gráfica curiosa en su ciclo vital. Una eclosión vertiginosa, con un ascenso en cuanto a personal y a ingresos envidiable. Unos años de estabilización en la cota máxima, en esos trescientos ingenieros y 35 millones de facturación, antes de una caída brusca que respondió a una concatenación de causas. La respuesta de la Fundación fue intentar internacionalizarse. En España no había dinero. Cidaut competía contra otras empresas apoyadas por gobiernos autonómicos sin apenas restricciones y se veía obligada a echar mano en el extranjero de la buena fama labrada en los años anteriores. En 2016, Juan Carlos Merino hablaba de que la apuesta por Alemania, con Audi en Ingelstadt, empezaba «a rendir».«Es una apuesta muy bien cimentada», decía, y auguraba que iría«dando sus frutos de manera creciente». Un pronóstico que parece haberse cumplido. Cidaut mantiene ahora cuatro sedes: Boecillo, donde cuenta con cuatro edificios; Mojados, con el circuito de pruebas en el que se han llegado a evaluar vallas protectoras para impactos de camiones de gran tonelaje; Alemania, en Ingelstadt; y también en México.

Una situación que no alcanza los topes máximos de la Fundación pero que se encuentra situada en la curva ascendente, sostenida y viable, que muestran sus números desde 2016. Con una Cidaut presente en otros campos además del de la automoción, lo que ha llevado a actualizar su logo para prescindir del tradicional cochecito que lo conformaba. Ahora, seis círculos recuerdan que en estos edificios trabajan ingenieros que resuelven problemas. Y eso incluye todas las etapas del proceso, desde detectar la necesidad hasta fabricar la solución a escala industrial, pasando por el diseño, la búsqueda de nuevos materiales, la evaluación...

Acumula más de 400 clientes industriales –aunque no atiende a todos simultáneamente–, cada vez más diversificados, lo que le ha permitido facturar 17,36 millones de euros en 2018, cifra que aspira, al menos, a igualar este año. Cuatro edificios con 23.304 metros cuadrados; instalaciones en Mojados con otros 250.000 metros; 38 patentes –más otros desarrollos que fueron patentados por las empresas que pagaban el proyecto de turno–; 170 investigadores, formados en su mayoría en la propia Universidad de Valladolid. Cifras que hablan de la recuperación de un centro de investigación que ha dejado productos que se pueden ver, incluso, en las carreteras de la provincia, como esos salvacunetas de bajo coste que ya han evitado alguna muerte en salidas de vía en carreteras secundarias. Un proyecto, además, premiado a nivel internacional.

Los golpetazos de la catapulta inversa insisten durante el acto que sirve para celebrar el cumpleaños, como si quisieran recordar que las crisis y los reveses económicos siempre están prestos a volver a atacar. Pero de momento Cidaut, a sus 25 años, luce una cara más optimista.

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