Valladolid
La caída del paro reduce las ayudas de emergencia y el envejecimiento dispara las de atención a la dependenciaLos Servicios Sociales registraron el año pasado más de 58.500 usuarios, con nuevas necesidades ante los cambios sociales y económicos
El Ayuntamiento tramitó durante el año pasado 2.580 ayudas dirigidas a familias con estrecheces económicas, que no llegan a fin de mes, que tienen ... especiales dificultades para pagar la luz, la calefacción, el alquiler. Así lo recoge la memoria anual, recién publicada, de la Concejalía de Personas Mayores, Familia y Servicios Sociales, donde se consigna que, a lo largo de 2024, el Consistorio tuvo que destinar 1.641.834,18 euros para sufragar este tipo de prestaciones sociales. Y aquí está un dato importante, porque esta cifra es inferior a la del año anterior (2023), tanto en su cuantía económica (1,9 millones), como, especialmente, en el número de beneficiarios (2.978). Durante 2024 hubo menos familias que recurrieron a estas ayudas municipales.
¿Por qué? Una primera explicación está en el contexto económico general. La capital vallisoletana terminó el año 2023 con 15.038 personas inscritas en el paro. A finales de 2024 eran 14.105. El dato más reciente del Ministerio de Trabajo (julio de 2025) dice que son 13.603. Esta mejoría en la ocupación impacta en la necesidad de recurrir a las ayudas públicas y su relación se aprecia de forma clara en la evolución de los últimos años.
El grueso de este tipo de prestaciones se engloba dentro de las que se dirigen a «familias en situación de necesidad». Bajo este epígrafe se tramitaron 1.780 prestaciones en 2019. Al año siguiente, la cifra se disparó hasta 2.700. El parón económico y laboral provocado por el confinamiento y la covid, con negocios cerrados y empresas en ERTE, elevó este tipo de prestaciones, que desde entonces han vivido un paulatino descenso hasta las 1.632 del año pasado. También han bajado las de gastos derivados del cuidado de menores durante su primer año de vida (fueron 343 en 2020, 212 en 2023 y 200 el año pasado) y el mayor descenso se ha registrado en la financiación de los gastos en escuelas, centros y guarderías infantiles (de 96 a 26).
Esto está directamente vinculado con la entrada en vigor de la gratuidad en escuelas infantiles de la educación para menores de tres años. Por el contrario, sí que se han incrementado los expedientes para financiar los gastos de alimentación de menores en comedores escolares. Aquí hubo un descenso durante la covid, pero desde entonces no ha dejado de crecer (hasta las 722 del año pasado).
Así, el presupuesto ejecutado para prestaciones sociales quedó el año pasado en 1.641.834,18, lejos del pico de los 2,3 millones del año 2020. El concejal del área, Rodrigo Nieto, apunta otra causa que influye en este descenso de solicitud de ayudas. «Se tramitan todas las que llegan, no se deja ninguna sin atender, pero sí que es verdad que desde la entrada en vigor del Ingreso Mínimo Vital, se ha perdido la conexión con algunos sectores en riesgo de exclusión a los que antes se concedía ayudas», asegura el edil.
Este descenso ha caminado de forma paralela a otras líneas de intervención vinculadas con la inserción social, tanto desde el punto de vista personal como laboral y comunitario. Así, los Equipos de Inclusión Social (EDI) han trabajado directamente en 2024 con 130 personas (86 continuaban de alta a 1 de enero de 2025) y otras 378 en situación de valoración especial. Esto se completa con la acción de los equipos de intervención familiar, compuestos por psicólogos y educadores y que desde la concejalía contemplan como «un refuerzo del apoyo a las familias y los menores, convertidos en una prioridad».
Entre otras medidas, aquí se incluye la «orientación, acompañamiento y apoyo en la mejora de la convivencia, la parentalidad positiva y la resolución de conflictos». El programa llegó a 580 familias con 943 menores (frente a las 614 y 1.047 menores del año anterior). Por áreas, la mayor parte se encuentra en los barrios de la zona este (Delicias, Pajarillos…), con 249 de las 580 familias (el 43%). Le siguen la zona Campo Grande (136) y Esgueva (121). El número más bajo (74) se encuentra en la zona Pisuerga, donde se engloban los barrios del oeste de la capital.
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También vinculado con la situación económica se encuentra un descenso en los hogares atendidos por riesgo de desahucio (de 116 a 65). Sin embargo, sí que han crecido las intervenciones vinculadas con personas que atraviesan una situación económica más extrema. Por ejemplo, han aumentado (de 1.164 a 1.265) las atenciones en el servicio de primera acogida a personas sin hogar. Durante el año pasado se registró un ligero descenso de los beneficiarios de la UE (de 405 a 401), sin embargo, pasó de 759 a 864 los que necesitaron ayuda y procedían de otros países extracomunitarios. El servicio de comedor se ha mantenido estable en cuanto al número de beneficiarios (1.134), pero se ha aumentado la prestación (con 31.679 comidas y 25.518 cenas servidas), frente a los 1.156 del año anterior (25.311 comidas y 21.027 cenas). Las pernoctaciones en el albergue y las pensiones de la ciudad bajaron de 31.450 a 26.582.
«Uno de los ejes fundamentales de la intervención social ha sido la mejora de la empleabilidad de las personas en situación de desempleo o con dificultades de inserción laboral», explica Nieto, quien recuerda que 1.735 personas participaron en los programas de formación y empleo impulsados o apoyados por el Consistorio (a través de convenio con JuanSoñador, Cruz Roja o la Fundación Secretariado Gitano). El año anterior, fueron 1.407 beneficiarios.
Envejecimiento de la población
Pero, sin lugar a dudas, uno de los grandes retos de la acción social (y que se intensificará durante los próximos años) está vinculado con el progresivo envejecimiento de la población. La capital tiene 28.693 vecinos con más de 80 años (el 9,4% del total), según el último padrón municipal (a 1 de julio de 2025) y eso obliga a adoptar medidas para unos vecinos de edad cada vez más avanzada. El presupuesto de la ayuda a domicilio ha pasado de los 8,7 millones del año 2019 a los 22,4 de 2024 y el número de usuarios ha saltado de los 3.139 en atención personal a los 5.117. También se ha incrementado la prestación del servicio de comida a domicilio (de 639 en 2019 a 1.068), con un descenso en los servicios de limpieza y lavandería.
«Hemos reforzado los mecanismos de protección social, con la prevención de la exclusión y la promoción de la autonomía personal», explican desde la Concejalía de Personas Mayores, Familia y Servicios Sociales, desde donde subrayan que este tipo de medidas «aseguran una atención continuada en el propio hogar». Además de estas cifras de ayuda en el domicilio, están las 253 usuarios del servicio de estancias diurnas (1,19 millones de euros de inversión), en una cifra de beneficiarios similar a la del año anterior (254).
El crecimiento también ha sido espectacular en el caso de la teleasistencia, que casi ha duplicado su número de usuarios desde el inicio de la pandemia. En 2019, justo el año anterior a la covid, este servicio alcanzaba a 5.462 vallisoletanos. En 2024 fueron 10.411. El refuerzo de la teleasistencia es unas de las 26 medidas incluidas en el nuevo Plan Contigo (con el horizonte 2028) para luchar contra la soledad no deseada en Valladolid. Otras de las acciones aquí incluidas son el reparto de dispositivos con asistente de voz (llegaron a cien personas) o la colaboración con los centros de salud para detectar posibles situaciones de vulnerabilidad entre las personas mayores.
A todo esto habría que añadir que los equipos especializados de promoción de la autonomía personal intervinieron en 263 casos de personas con discapacidad, dependencia o enfermedad mental. Y además, están las actividades vinculadas con los centros de vida activa y otros servicios municipales, que gozan de una importante participación social. Hubo 6.866 mayores apuntados en las actividades socioculturales y de animación, 15.758 en talleres, 13.110 en las sesiones de baile, 1.581 en los programas de excursiones, 959 en las actividades intergeneracionales y 426 en los huertos ecológicos.
Los datos recogidos en esta memoria de acción social (un área que maneja un presupuesto global de 44,3 millones de euros) se completa con 3.290 participantes en 70 proyectos de educación e intervención social.
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