Valladolid

Bolaños de Hoyos traspasa su negocio tras 48 años al líder en muebles de Castilla y León

«Es un gusto que haya traspaso. La jubilación siempre es motivo de alegría pero que el negocio no se convierta en un local más cerrado en Valladolid y que recojan el testigo gente del mismo sector es aún más satisfactorio», revela Eva de Hoyos, que atiende a El Norte de Castilla en la tienda, ya convertida en un esqueleto con muebles aún por vender. En el cartel de la entrada se puede leer «liquidación con productos hasta al 70% de descuento» y así es. «En este último mes estamos tratando de liquidar las exposiciones. Muchos clientes se han beneficiado de descuentos importantes, pero todavía nos quedan muchas cosas», apunta.

Casi medio siglo vendiendo muebles en Valladolid dan para mucho. El negocio comenzó siendo una mueblería al uso con diseños muy clásicos. «Comenzamos en este mismo espacio y llegamos a tener hasta tres tiendas abiertas de manera simultánea en esta misma calle, en San Quirce. Con la crisis de 2010, los hermanos Bolaños dividieron el negocio, por un lado muebles de hogar, que es esta tienda, y por otro muebles de oficina, con Felipe Bolaños, que ya se jubiló», puntualiza De Hoyos.

Con un negocio centrado en los proyectos y diseños a través de muebles de primera calidad, con fabricantes tanto españoles como italianos, Bolaños de Hoyos ha vendido muebles a miles de clientes. «Muchos se han convertido en familia y amigos muy cercanos. Les conocemos de hace muchos años, han vuelto con sus hijos y ahora les estamos amueblando las habitaciones de sus nietos», presume orgullosa la copropietaria.

La edad marca etapas y ha llegado el momento de poner punto y seguido con la llegada de Juluis como continuidad del negocio de muebles de hogar. «Mi marido y yo tenemos cuatro hijos, tres de ellos fuera de España, y cinco nietos, así que nuestro tiempo se lo vamos a dedicar a ello», señala la empresaria. No obstante, ella y su marido continuarán hasta finales de año «apoyando a Eloisa y Mario -los nuevos propietarios- en la gestión y el contacto con los clientes».

Las anécdotas se cuentan por centenares y lo más importante para Eva de Hoyos es «que los clientes puedan seguir viendo a su tienda de referencia y que un negocio de la ciudad siga abierto después de una jubilación». Entre los clientes ha habido miembros de la plantilla del Pucela «cuando el Real Valladolid jugaba siempre en Primera y tenía jugadores con cierta relevancia». Eva de Hoyos recuerda «que cuando venían a la tienda los trabajadores que teníamos se revolucionaban un poco. Hemos vivido momentos muy bonitos aquí».

Crear un proyecto de diseño de muebles para una casa pequeña o grande o incluso para una bodega ha conseguido que «muchos clientes sean, a día de hoy, grandes amigos». «En proyectos así intentas ponerte en la piel del cliente para saber qué es lo que busca y satisfacer sus necesidades. Acaba siendo un amigo y eso es algo que te llevas dentro», señala De Hoyos.