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El Ayuntamiento reordena las terrazas en una plaza de Delicias tras las «quejas» vecinalesEs la primera reorganización conjunta de terrazas que se acomete en la capital después de que el Ayuntamiento anunciara su intención de «poner orden» en los montajes hosteleros de exterior ... para evitar interferencias con el tránsito peatonal o de vehículos. La Concejalía de Tráfico y Movilidad, a través del departamento de Espacio Público e Infraestructuras, ha aprobado inicialmente, a expensas de los resultados del trámite de audiencia para los establecimientos afectados y las comunidades de propietarios, el proyecto de reordenación de la superficie autorizada para la colocación de mesas y sillas en la céntrica plaza Rosa Chacel del barrio de Delicias.
La medida conllevará la reducción de la superficie destinada a este servicio en algún caso o a la reubicación de los elementos en otro, según recoge el documento publicado en el tablón de anuncios municipal. El informe se refiere a los cinco bares abiertos en esta plaza y en dos casos se da por buena, sin ningún tipo de pegas por parte la Administración municipal, la actual configuración de las instalaciones.
Estos cambios se fundamentan, según justifica el escrito, «en una reducción y racionalización del espacio ocupado en la plaza con motivo de garantizar la adecuada convivencia vecinal y la compatibilidad de las actividades hosteleras; con la habitalidad y tranquilidad; la movilidad y acceso de los vehículos de emergencias por el itinerario reservado, así como la más adecuada utilización del espacio peatonal y su accesibilidad».
Las protestas de los residentes de este enclave han llevado al Consistorio a poner en marcha esta medida, que ha cogido a los hosteleros desprevenidos y en plena temporada para hacer caja con esta oferta al aire libre. «Lo normal es que esto se hubiera hecho a principios de año y nos lo hubieran comunicado; en mi caso ya he abonado la tasa para 30 mesas y las mamparas, pero solo tengo 23 colocadas; ahora me las quieren dejar en 14», asegura el propietario de uno de los negocios afectados por estos cambios, quien acota que no tiene ninguna denuncia al respecto y cumple con el croquis autorizado en su momento.
El dueño de otro de los bares que tendrá que redistribuir su instalación llama la atención sobre dos aspectos. «Primero, a nosotros nadie nos ha informado de nada al respecto y, segundo, en mi caso yo he pagado la tasa por 36 mesas y ahora me quitan diez, con lo que lo lógico es que el Ayuntamiento nos devolviera la parte proporcional», subraya, al tiempo que recuerda que en ningún momento su instalación ha recibido ninguna advertencia hasta ahora por incumplir la normativa.
Este empresario apunta a que detrás de estas quejas estaría un vecino «muy conflictivo y agresivo» que vive en la plaza y que genera problemas a otros residentes y también a los clientes de las terrazas. En principio, estos hosteleros aún tienen tiempo para presentar sus alegaciones ante el Ayuntamiento, algo que, avanzan, harán en los próximos días.
La plaza, que tiene dos vados autorizados y prohibido el acceso al resto de tráfico privado, cuenta con una banda de rodadura en su perímetro interior, con unos bordillos muy bajos, destinada a garantizar el acceso de los vehículos de emergencia para atender posibles intervenciones en los bloques de viviendas de la misma. Y ahí radica una de las razones esgrimidas para proponer las modificaciones.
Según recoge el informe del departamento de Espacio Público, en los últimos meses «se han recogido numerosas quejas en las que los vecinos manifiestan su malestar alegando que hay un gran número de mesas y que se generan muchas molestias, sobre todo porque no se puede acceder a las viviendas y por la cantidad de ruido que se genera en la plaza». Además, se destaca que esas molestias «no permiten el descanso de los vecinos, sobre todo en verano, cuando las ventanas de las viviendas están abiertas por el calor».
Las personas que viven en los edificios de este entorno también han mostrado su incomodidad por los «ruidos que genera el montaje y desmontaje» de los distintos elementos por el «arrastre» de los mismos y el aspecto de «almacén» que presenta la calle cuando se pliegan. Por otro lado, se indica que «el gran número de mesas impide la entrada de las ambulancias».
Con estos argumentos, la concejalía abrió un expediente de oficio que ha concluido en una nueva distribución «dejando un itinerario peatonal accesible pegado a la fachada, dejando libre el acceso a los portales y las zonas con mobiliario urbano (bancos) y reduciendo el número de mesas autorizadas». Los técnicos también ha solicitado informe a los Bomberos para conocer la accesibilidad de los servicios de emergencia a Rosa Chacel.
En el documento del Servicio de Extinción de Incendios y Protección Civil, se informa de que se deberá asegurar que «en todo momento las vías de circulación y de acceso a los edificios de la zona afectada por la actividad permanezcan libres de obstáculos, debiendo garantizarse la accesibilidad a los vehículos de los servicios públicos, al ser esta prioritaria respecto de cualquier otra actividad otorgada».
Así, se subraya que, con carácter general, en la calzada se dejará una anchura mínima libre de 3,50 metros y una altura mínima de 4,50 metros, estará libre de objetos, material o cualquier otro obstáculo que dificulte el paso de los camiones de bomberos y a la altura mínima libre de la fachada del edificio.
El documento recuerda, además, que «las estructuras fijas o semipermanentes distarán, en general, 3,50 metros o más de las fachadas más próximas, para facilitar el acceso de vehículos de emergencias». «Para la autorización de la instalación a distancias menores se precisará del informe favorable de este servicio para confirmar que dicho espacio no resulta necesario para el tráfico de vehículos de emergencias», se destaca.
El informe municipal señala que «las incidencias detectadas» en esta plaza, a la que se accede por una vía peatonal perpendicular al Paseo de San Vicente y por otro canal reservado a los viandantes a través de la calle Granada, «no se limitan a advertir incumplimientos de la normativa en materia de terrazas por parte de los titulares de las mismas, sino que afectan al espacio y disposición de los aprovechamientos existentes autorizados», algo que niegan los propietarios de los negocios
A su vez, apunta el Ayuntamiento, la tramitación de las quejas coincide temporalmente con la presentación de solicitudes de modificación de terrazas y de autorización de otras nuevas en la plaza presentadas por algunos establecimientos hosteleros.
La propuesta afecta a tres de los cinco bares. El Pata Negra y el Macorina, que también figura como Taita en el informe, se libran de la nueva ordenación y mantienen la existente. En el situado en la confluencia con el Paseo de San Vicente, el Coven Garden, se insta a colocar las mesas en una sola alineación entre los soportales y la banda de rodadura dibujada en el ágora y a retirar las que están instaladas bajo los primeros.
En el caso del bar La Coartada, el informe municipal destaca que la ordenanza indica que, siempre que sea posible, la terraza tendrá que estar agrupada en un solo bloque. Este establecimiento la tiene distribuida en tres, «dos más de los que recomienda la normativa» y por ello determina la obligación de eliminar uno de ellos.
Por su parte, en el bar Rosa Chacel se da por buena la instalación de mesas y sillas entre los soportales y la banda de rodadura y se propone situar el resto del montaje al otro lado de este canal para la circulación de los vehículos de emergencia, un lugar más cercano al centro del ágora. Según el croquis que incluye esta nueva planificación, el negocio se quedaría únicamente con catorce mesas frente a las 30 pagadas en la licencia, según incide el propietario del bar.
Es una de las iniciativas en las que el equipo de Gobierno PP y Vox ha hecho hincapié desde su llegada al Gobierno municipal. La ordenación de las terrazas hosteleras para evitar una invasión excesiva del espacio público ha llevado a la Concejalía de Tráfico y Movilidad a sacar a licitación un estudio que dará las pautas para que estos montajes de exterior no se vayan de madre y se coman al peatón.
Acabado ya el plazo del concurso público, se han presentado cuatro ofertas y la que más puntuación ha obtenido es la de Incidec, con una calificación de 9,5 puntos sobre 20, aunque aún no se ha adjudicado. Así las cosas y hasta que ese estudio se elabore -hay un plazo de ejecución de 15 meses-, el pasado mes de marzo el área que gestiona Alberto Gutiérrez Alberca emitía una instrucción en la que se advertía de que, por el momento, «únicamente» se otorgará autorización para el despliegue de terrazas «ligeras», es decir mesas, sillas y unas sombrillas para proteger a los clientes. El objetivo del Ejecutivo local es reordenar esta oferta, con el foco puesto en algunos ámbitos especialmente sensibles, como el entorno de la Plaza Mayor o las zonas de Poniente-Coca, Catedral y algunos tramos del Paseo de Zorrilla.
Además, este mismo martes, la Policía Local colgaba un mensaje en la red social X (antes Twitter) en la que informaba de que ha iniciado una campaña de control de terrazas en la vía pública. «Nuestro compromiso es garantizar un uso ordenado y seguro del espacio público», subrayaban en el texto. El Ayuntamiento tenía autorizadas a principios de año un total de 1.022 terrazas en la ciudad. En 2023, las arcas municipales recaudaron 1.163.819 euros por esta ocupación del espacio público, un año después se preveía ingresar 1.115.000, lo mismo que en el presente ejercicio.
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