El Ayuntamiento de Valladolid rematará la obra de la última calle sin asfaltar tras 'despedir' a la empresa responsable
La pavimentación de la calle Peninsular se reanudará en breve tras más de un año de retraso y con el 66% de los trabajos ya finalizados
Para los vecinos de la última vía sin asfaltar de Valladolid, la calle Peninsular, en la Cuesta de la Maruquesa, no ha habido suerte ni ... a la hora de ejecutar la obra. La empresa adjudicataria tenía que haberla rematado hace mucho tiempo, pero no fue así. En septiembre de 2018 se formalizó el contrato, por 183.679 euros más IVA, y según el pliego de condiciones los responsables de la empresa Estructuras Residuales y Aguas, S.L. disponían de cuatro meses para ejecutarla.
«Tenía que haberse acabado la obra a principios de 2019, arrancaron, hicieron parte, pararon, volvieron y desde marzo no han dado señales de vida», señala el concejal de Movilidad y Espacio Urbano, Luis Vélez. Un año de retraso que ha mantenido a los vecinos con el 'casi'. Porque la obra, en realidad, estaba ejecutada al 66%. Queda, de hecho, trabajo como para una semana, según los cálculos de Vélez. «Lo que falta es rematar algunas barandillas que van en determinados tramos de acera con mayor desnivel y el asfaltado de la calle», señala el edil. Ayer, por segunda vez, visitó la zona para comprobar cómo ha acabado la otra gran obra de la Cuesta de la Maruquesa, la cimentación de la ladera de la calle Barco de San Vicente, en la que se habían detectado grietas en el año 2016.
«En la calle Peninsular estuve hace meses y esta mañana, hablando con los vecinos, y están tranquilos porque está en vías de solución», explica. Despedir a la empresa adjudicataria, o en términos legales «resolver y liquidar el contrato», es una medida que se toma como última opción, porque los plazos y trámites necesarios retrasan la finalización de los trabajos, más aún en un caso como este, en el que estaban ejecutados en dos terceras partes. «Les reclamábamos que abordaran de forma urgente algunas cosas, como la acera, porque había riesgos de caídas. Les dimos un plazo de 48 horas con un burofax, no conseguimos que lo recogieran, luego a través de la Policía Municipal de Ponferrada conseguimos que se lo notificaran...», cuenta el edil.
Una odisea que se remató cuando, al no cumplir con los plazos otorgados, el Ayuntamiento decidió entrar al tajo «con medios propios para rematar las aceras, lo más urgente, y luego resolver el contrato». Aprobada la resolución, queda un tercio por ejecutar con un presupuesto de unos 60.000 euros aproximadamente, pero el Ayuntamiento no volverá a licitarlo para no demorar más la finalización, sino que la rematará por sí mismo.
Reforma importante
Lo que sí se terminó finalmente fue la obra de consolidación de la ladera de la calle Barco de San Vicente, con un coste de 222.000 euros. «Supone una importante intervención que mejora la seguridad de la zona y de las viviendas próximas», explicó el Ayuntamiento en una nota de prensa. «Las obras han consistido en la construcción de una pantalla discontinua de aproximadamente cincuenta pilotes de hormigón armado de 0,60 metros de diámetro y una longitud de 16 metros. Se han ejecutado mediante el sistema de perforación y hormigonado in situ, para lo cual ha sido necesario el corte total del tráfico en la zona afectada», señalaba.
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